A un corazón roto

heart breaks in 2 - buttersweet

Tú ya conoces todos mis secretos,
tú ya sabes mi poesía,
tú has leído mi rima y mis sonetos
y los llantos de esta alma mía.
Tú ya estorbaste tantos alfabetos
que recorrí de noche y día.
Tú ya has puesto en el verso fiel y escueto
la infiel y dolorosa estría.
¿Qué quieres tú ahora? ¡Déjame!
Te he dado mi vida y arte,
vete de aquí a otra parte.
Déjame morir ya. ¡Déjame!
Enterrado en las canciones
de los rotos corazones.

Iraultza Askerria

Soneto a un caballero

0SIR_1255 -1 SIRIA CRACK DE LOS CABALLEROS - Javier Martin Espartosa

Cabalga, caballero, trota apriesa;
recorre, las llanuras de Castilla;
galopa, mas no olvides que quien brilla
arriba no es el sol, es tu princesa.
Traviesa la muralla tanto gruesa;
alcanza a quien bandidos acaudilla,
sembrando miedo y pánico en la villa.
Acaba al dictador, ¡que allá confiesa!
La paz regresa al pueblo agradecido;
tu nombre loarán en las almenas.
La voz de tu señora hoy te aclama.
Retomas nuevamente el recorrido;
buscando liberar de tantas penas,
al tiempo que te aguarda tu fiel dama.

Iraultza Askerria

Ramera

prostituta - {author}

La ramera de la solitaria luna
cuando escampa el sol y la tormenta los acuna.
Lleva a su regazo el cetro plateado.
La cortesana que reclama un título nobiliario.
En el silencio se frotan los colores.
Abundan sudores, lluvias y los calores
cual girasoles que sombrean aquí y allá,
ocultan un pecado capital.
Los muros de ladrillo se caen de madrugada
La cal de las paredes desconchada.
Un arañazo cortando una araña.
Un corte arañando una coartada.
Luego silencio,
adiós.
Emprender el camino a casa.
Refresca el silencio, la soledad,
la espesura del remordimiento.
La fría transpiración audaz,
la búsqueda intranquila del llavero.
Sello abierto,
puerta abierta,
boca abierta,
sábana abierta,
falso abrazo,
falaz beso
y más allá
una ramera
contando gotas de agua verde.

Iraultza Askerria

El pescador nazarí

Alcazaba - {author}

Sopla el viento de Levante
sobre la roja alcazaba,
y de frente, por delante,
no se ve nada;
salvo la Sierra Nevada
y la Alpujarra distante.
¿Dónde se fue el agua?
Que no veo entre la bruma
el son marino del agua,
ni la blanca y suave espuma,
ni las barcas ni las cañas.
¿Dónde se fue el agua?
¡Qué solo queda en la Alhambra
la sequedad de mis lágrimas!

Iraultza Askerria

Marinero maldito

marinero - María Aurinko laulelettLágrima alta en la vela,
párpado de aros viejos.
Mar te abraza de lejos
cual manchón de acuarela.
Ola que pinta esquela
sobre ancianos pellejos.
Lleva el mar los reflejos
lejanos de la escuela.
Mares de olvido y muerte
do nadie puede verte;
tumba acuosa te esconda.
Tierra azul y redonda,
campo santo infinito.
Mar, minero maldito.

Iraultza Askerria

¡Contenido extra!

Desde la primera escritura del poema he sobrellevado la duda del último verso. Vacilaba entre «Mar, minero maldito» o «Mar, dinero maldito«. En ambos casos, el enlace de «Mar, minero» o «Mar, dinero» era una referencia fonética a «Marinero«. Sin embargo, dependiendo del uso entre «dinero» o «minero», el poema adquiría un tono y una conclusión diferente. Mi pregunta es clara, ¿por cuál te decantas? Respóndeme, si lo deseas, a la siguiente dirección de correo.

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Rocío

Just Drops - Dr.  AzzacovTomillo espolvoreas en mi cara,
como polvo de estrellas o de nieve,
como el agua bendita que en un ara
derrama el sacerdote sobre un bebe.
¡Ay, si el sol en mi rostro despuntara
no se apropie del agua que en mi llueve!
¡En mi rostro ojalá siempre quedara
el perfume de un beso blanco y leve!
¡Ay, señor, ya amanece allá a lo lejos!
Y del bosque feroz desaparece,
bajo el pobre sol mueren sus reflejos.
La noche a los demonios deja paso,
el día vil con fuegos amanece
y yo esperando quedo al nuevo ocaso.

Iraultza Askerria

¡Contenido extra!

Quizá le gusta saber al lector que he tardado nada menos que tres años en encontrar un título para este poema. Ahora, sin embargo, veo tan claro el nombre del soneto que me resulta extraño saber cuánto tarde en bautizarlo. A veces, la creatividad necesita un largo espacio de tiempo para seguir produciendo.

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La pirámide maldita

Kukulcan Pyramid (Chichén Itzá - Mexico) - Jorge Sanmartín Maïssa

Pico dorado,
que alzas tu esplendor
sobre el acantilado
de la vida.
Muchos hombres mataste
en tu interior,
tarde avisaste:
solo había ida.
Zigurat de oro.
Afán conquistador
al buscar tu tesoro;
acto suicida.
Nunca hubo montaraz
ni explorador
de hallar capaz
su argéntea cabida.
En tus entrañas
polvo se mutaron.
Fueron como alimañas
siempre hambrientas
tras un botín.
Egoistas que pecaron.
Se lamentan al fin
de horas muertas
cuando no quedan más
que macilentas
llamas. Jamás
volvieron tras sus puertas.

Iraultza Askerria

Al campo

Tardes de campo entre Caldas y Tolima-Ana Garcia

Tierra abierta al estío campesino
bajo rayos dorados.
Viste la flor de trigo mi camino,
puente de faustos hados.
Cantan los pajaritos, el molino
trae cantos de arpados.
Pétalos, néctar, litros de buen vino
cubren labios regados..
El tiempo ora invernal
de mi ciudad ahogada
me recuerda el final
de aquella era pasada;
evolución fatal
que agota mi balada.

Iraultza Askerria

Al sexo

Yo escribo para joder,
pa’ joderte bien jodida
y sentir latir tu vida
en tus labios de mujer.
Yo escribo para follar
y follarte en la despensa
donde tu hálito se densa
y tu cuerpo sabe a mar.
Para joderte y follarte
quemando mi cuerpo al tuyo
y mientras gimes, amarte,
y sentir tu puro arte
en la punta de un capullo
que se llora por tocarte.

Iraultza Askerria

Aprendiendo a escribir liras

Photo - {author}

Yo no sé escribir liras,
lo intenté muchos años, y los versos
me decían: “que miras,
tú, juglar, tan diversos
los versos que colócalos reversos!
Se reían las sílabas
de mí, y yo lloraba desquiciado.
La estrofa imparisílaba
de verso enrevesado
fallaba siempre en métrica o rimado.
Traté con los sonetos
por olvidar la pena de la lira.
¡Me cansásteis cuartetos!
Y como quien suspira
volví a centrar aquí el punto de mira.
Dominaba los once,
pero los siete aún se resistían
busqué una treta entonce:
vi que si se rompían
en siete y cuatro sílabas volvían.
Así escribí la lira:
haciendo endecasílaba la estrofa;
y como quien retira
del verso la voz fofa
en siete convertí la dura estrofa.

Iraultza Askerria