De fuego y carmín

 - {author}
Es de fuego y carmín, combustible nevado,
donde alegre perdura tu aniñada sonrisa
que discurre sin fin por tu boca deprisa
sonando en el apuro de mi amor encerrado,
pues palpita mi pecho, cuando llega a mi lado
el certero y el tibio, el clamor de tu risa
que se vuelve un alivio del yo, necesitado,
de corazón maltrecho, por tu lejana brisa.
Que necesito oírte, y oír bien a tu boca
y beber del enjuague de tus húmedos labios,
honda caverna dulce, que a mi alma vuelve loca.
Ojalá llegue el día para unir a ti mi alma
al reencontrarnos más ardientes y más sabios
y besarnos, reírnos, mientras te escucho en calma.

Iraultza Askerria

Tus labios

Another dimension. - {author}
Tú sabes que tus labios son la vida,
el latir incesante del anhelo,
rama luenga fluyendo por el cielo
de tu carita pálida y querida.
Tú sabes que en tus labios hay cabida
para la miel, azúcar, caramelo,
es el húmedo y cálido riachuelo
por Moisés en dos lados dividida.
Tú sabes que en tus labios se revelan
las obras de arte más esplendorosas
de poesía, cine o escultura,
mientras entre sus límites riëlan
las sonrisas, envidia de las diosas,
que no pueden llegar a tu hermosura.

Iraultza Askerria

Desnuda hermosura

(des)tapada - {author}

Con tu vientre despojado
de las venideras marcas
que a las féminas más carcas
atraviesan sin cuidado,
vi tu ombligo despejado
y acechado por las parcas
yemas mías que a tus arcas
procuraban dar cazado.
Ni por mucho meditarlo
logro alcanzar mi objetivo,
pues me derrito al mirarlo.
Que me mata su figura,
que me priva aliento vivo
tanta desnuda hermosura.

Iraultza Askerria

Cátedra

Photo - {author}

Perla, nácar, calor, sólida piedra
de tu inocencia pura se construye,
con la firmeza aérea de quien huye
por recovecos íntimos de hiedra.
Eres bosque, eres el río que medra
por las almas ajenas, se diluye
con dulzura secreta pues se intuye
que los hombres de ti ansían catedra.
Estudiarte, saberte, contemplarte,
analizar tu voz asonantada
que rima con luz, cielo, tierra y arte,
es la razón auténtica del hombre
que encumbra sobre el mundo tu mirada,
tu intelecto, tu físico y tu nombre.

Iraultza Askerria

Triste lectura

Triste lectura - {author}
Ando un poquito triste reyelendo
las penas de antiquísimos poetas,
los que estuvieron antes transcribiendo
los amores que hicieron las maletas.
Y ando también con la lectura viendo
que a lo lejos se van tus silüetas,
olvidando el amor que prometiendo
se llevó mis sonrisas bien sujetas.
Ya no vendrás a verme a los altares,
ya no atravesarás por mí los mares.
Yo iré a buscarte lejos. Te habrás ido.
Porque tu amor fue bala, disparada
allá de la promesa apalabrada,
donde esta se quedó en el triste olvido.

Iraultza Askerria

El pájaro

Pájaro - Bird - {author}

Dentro de tu alma he visto
un pájaro volar;
parecía una nube
que besaba la mar.
Las olas en tus ojos
comienzan a arreciar,
y en tus labios sabrosos
resplandece la sal.
El sol envuelve al ángel
cual estrella fugaz,
y aplauden las centellas
en acuerdo ejemplar.
Y mientras ese pájaro
se eleva hacia el final,
yo me quedo a lo lejos
como un puntito más.

Iraultza Askerria

Respiración

Guau. - {author}

En los días azules
de cielos despejados
y sonrientes albas
de entusiasmados labios,
veo un recuerdo hablar
tras los montes sellados
como el afán de la brisa
y los aplausos vanos,
es tu voz que a la sombra
se hincha en tu regazo
y asciende cual anhelo
como un bendito canto
para abrir en tu boca
el ceremonial hálito.

Iraultza Askerria

El amor de mi vida

copa y papel arrugado - {author}

Los versos se acumulan entre dolor y retazos de papel. Las palabras se amontonan ante el espejo de la soledad. Y tú en ellos apareces, como una estrella de fugaces resplandores, iluminando la desdicha de mi vida con el fuego del amor. Pero tan rápido como llegas, marchas, ¡desapareces!, y la efímera fortuna, agotada, me estrangula. El desgarro de tu ausencia me mata; la incapacidad de mis deseos me ahoga, y todo víctima de un sentimiento que sólo a tu lado puede ser hermoso.

Doy la vuelta a la hoja, la observo entre lágrimas. Los versos se destiñen ante mi lamento, y la tinta -color de mi sangre- me envenena. Aprieto el papel con la ira de mis puños, harto. Con furia arrojo la hoja lejos de mí, en un intento vano de alejar mi pesar. Pero al volver la cabeza, encuentro sobre mi escritorio más y más papeles que se abalanzan sobre mí, siendo tan solo un cúmulo de sueños y fantasías con forma de frases armoniosas. Nada más que una plaga de poemas, desconocidos por la musa que los inspiró. Por ti… mi vida.

¿Qué es la vida sino un momento?
¿Qué eres tú si no la eternidad?
¿Qué soy yo si no un lamento
y un resto de soledad?

Tantos versos se abren y luchan por salir a flote, como inmensa es la impotencia que me roe las vísceras. La furia me embarga, y solo hay oscuridad mientras mis puños se ceban con los hijos que yo mismo escribí. Los papeles blancos se tornan rojos y mis uñas sangran, sangran por pecadoras. En la habitación del demonio, gritos dementes y desgarradores dan la bienvenida al infierno.

Pero entonces, todo termina y el caos se diluye bajo la fuerza del cariño. Porque entre los inútiles papeles garabateados, surge una pequeña foto, un retrato de tu rostro que, majestuoso y divino, surte efecto ante el caos incontenible que me asola.

Los ojos de almendras, llenos de vida; los cabellos de ébano y lisos como un océano templado; las mejillas tersas y dulces; y los labios de fresa llenos de secretos. Todo ello se dibuja en la fotografía bajo el pincel de una sonrisa, de tu sonrisa. Una sonrisa que retrata en una pequeña lámina de papel la imagen más bonita del universo entero.

En ese instante, comprendo por qué te amo tanto y, más aún, por qué te necesito tanto. Aferro el retrato con fuerza y lo acerco a mis trémulos labios. Te beso como si fuese el último beso…, que te di… o que te daré… ¡quién sabe! Pero te beso con fuerza, con total ternura, sabiendo que eres el único amor de mi vida.

Iraultza Askerria

 

¿Te acuerdas?

te-acuerdas
Como música la brisa,
nos besamos en la playa.
¿Te acuerdas mi vida
de ese hermoso día?
Caminamos por la orilla
con las manos agarradas.
¿Te acuerdas luz mía
de aquel todavía?
Ya las olas con envidia
un “¡te quiero!” escuchaban.
¿Te acuerdas mi niña
cuánto me decías?
Horizontes que me abrías
con promesas que jurabas.
¿Te acuerdas María
de tantas mentiras?
¿Te acuerdas…?
¡Di!
¿Te acuerdas…?
Calla… por mi vida…
No lo digas…

Iraultza Askerria

Retrato

Aparece una foto de tu tez
y sonrío y me lleno y desfallezco
por la belleza eterna que otra vez
vacilo en si yo mismo la merezco.

No hay nada más hermoso ni en Jerez
ni en Cádiz ni en Sevilla; pues me crezco
al pensar que retuve el dulce diez
de tu cuerpo desnudo, al que me ofrezco
de por vida a seguir enamorado
y escribirte mil versos cada día
estés aquí o allá o en la alma mía.
Que no quiero bondad más que a tu lado,
vivir hasta agotar la tinta roja
que escribe mis amores en tal hoja.

Iraultza Askerria