La ciencia del amor

love? - reiven
Yo siempre deseé sabiduría.
Curiosa y muy tenaz era mi mente;
cualquier libro tomaba y absorbía
hasta entender su cátedra latente.
De ti me enamoré en oscuro día.
Aún hoy eres el más extraño ente.
Por las noches proclamo: “todavía
no supe leer tu libro inherente”.
¿En qué lenguaje fuiste cincelada?
¿En qué alfabeto? ¿En qué idioma extraviado?
¿Cómo entender tu sílaba estampada?
Si me amas, no lo sé; ni si me quieres.
De tu boca no sé el significado;
impenetrable, oscura, ¡ignota!… eres.

Iraultza Askerria

¡Contenido extra!

Originalmente este soneto fue publicado el 5 de diciembre de 2010, bajo el título de «Soneto II». Recupero hoy esta poesía bautizándola como «La ciencia del amor», nombre que aún así no me convence.
Si algún lector concibe un mejor título, estaré encantado de recibir la aportación en mi dirección de correo. Como siempre, ¡gracias!

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El corazón enterrado

New Moon Over Carbon Hill - Keith WilliamsAl poco de enterrar mi corazón en el fondo del río, me sentí más relajado y ligero. Me quité un peso de encima, doscientos ochenta gramos de inútil músculo y una responsabilidad un tanto tediosa.

El lecho del río abrigaba ahora mi corazón moribundo, y yo abrigaba un sentimiento de pura libertad.

Aún recordaba el momento del apuñalamiento. Tuve que introducir el cuchillo por el costado izquierdo del busto, con cuidado de no quebrar las costillas o herir el pulmón, y luego extraer el corazón con un sutil movimiento de ventosa. Fue doloroso, sin embargo, no difícil.

En virtud de la higiene he de admitir que brotó poca sangre. Tampoco me quedaba mucha. La mayoría de mis humores habían sido consumidos por una arpía llamada Patricia. Preciosa ella, pero mala como un tumor en el pecho. Por ello, resolví quitarme el corazón.

Ahora el cáncer rojo se ahogaba en la corriente de agua, mientras yo sobrevivía con una frescura intransigente.

No, no perdí la vida. Por mucho que se afanen los médicos en afirmar lo contrario, el corazón sólo trae dolor y sufrimiento. Más vale desprenderse de él.

Sólo hay un pequeño inconveniente. Tras arrancarme el corazón me convertí en un asesino, en un violador, en un corrupto y en un usurpador sin escrúpulos.

Aunque supongo que es el precio que tiene que pagar la sociedad cuando uno de sus miembros ha perdido lo más precioso en la vida: el amor.

Iraultza Askerria

Al contra lucha

Photo - {author}

Tirotean en las calles los mendigos
sin más pan que las balas huecas
mientras los esposos esposan las alas
de aquellas a quienes juraron amar.
La ley tienen por égida
los criminales declarados a la hacienda
mientras en los soportales pancartas negras
hipotecan las lágrimas desahuciadas.
Y entre tanto verdes celulosas ajardinan
los trajes de oro de los reelegidos.
¿Por qué enrabietar con la inocencia
si con la misma violencia
podemos optar por terminar?

Iraultza Askerria

Cantiga

cantiga - {author}

¿Dónde estará él? ¿Dónde él estará?
¡Madre mía, dime!, ¿cuándo él volverá?

Ya las setas duermen bajo la hojarasca,
ya las secas nueces abundan en casa,
ya vuelan pendones, gloria castellana,
y vuelve mi mano de mano vaciada.
¿Cuándo vendrá él? ¿Cuándo él vendrá?
¡Dime, madre mía! ¿dónde él estará?
Ya me voy diciendo que la guerra es cara,
que no siempre vuelve todo el que cabalga.
Una guerra crea otra guerra santa
cuando más allá deja rota un alma.
¿Cómo vendrá él? ¿Cómo él volverá?
¡Dime, mía madre! Si él muerto ya está.

Iraultza Askerria

Cuando habla el corazón

Photo - {author}

A veces las palabras vuelan lejos
sin poder ser leídas o escuchadas,
las mismas no aparecen reflejadas
ni en sonidos, escritos o librejos.
Pero aunque no te lleguen los reflejos
directos de mi voz ni en las llamadas
ni en escritos o lúgubres baladas
sabe que entre estos cálidos reflejos
subyace una razón más que imperante
una palabra siempre resonante:
son los latidos, que aunque lejos hablan.
Y si cierras los ojos para oír
el tímido compás de mi latir
escucharás los versos que se entablan.

Iraultza Askerria

Aprender

Photo - {author}Insulsos fueron los besos que di a otras mujeres cuando los tuyos aguardaban a la vuelta del destino. Cuánto tiempo malgastado intentando conquistar a falsas damas cuya belleza apenas te alcanzaba el tobillo. No hablemos del carácter o la inteligencia.

Ahora que tú existes el amor antiguo se convierte en un ronco recuerdo desapasionado, indiferente, de aire evaporado, de caricias yermas. ¿Por qué arrugué mis labios en bocas hinchadas de gasolina? ¿Por qué recogí entre mis brazos cofres que carecían de tesoros? ¿Por qué pinté versos en pieles oxidadas y teñidas de fracaso?

Tú estabas ahí, expectante, silenciosa, ineludible e inagotable. Pronto acudiría mi corazón a tu pecho, y solo entonces comprendería lo que era una boca, un tesoro, un verso. Tú me enseñaste a amar y, aún más, a ser amado. Con las demás no aprendí nada. Contigo todo el conocimiento del universo quedó a mis pies.

Iraultza Askerria

Lira a una dama dormida

Photo - {author}
Lira, lira del bardo,
sentimiento tañido en el ocaso,
bajo el tierno letargo
de un amante de paso,
de un susurro prendido al fon de un vaso.
Lira, lira del cielo
abrazada a un café, cuerpo de fuego.
Una rimas de anhelo,
canto mudo, que luego
suenan días radiantes de apego.

Iraultza Askerria

Luz y sonido

Fotos Representación Carillon La vida se ha vuelto un baile constante de luz y sonido. Brillos consonantes en la espesura de la dicha, resplandores caprichosos que tornan a cubrirlo todo una y otra vez. Entre el espectáculo policromado, aparece un franco susurro, largo y tendido, que se expande en la atmósfera con una musicalidad inusitada. Se oyen las sílabas, las consonantes arden, se derriten las vocales y, en la fogosa melodía, llueven cristalinos agradecimientos y palabras. Saben a intelecto, huelen a mundo. Son la revelación.

La vida está colmada de esa luz y ese sonido. Esa luz que esparcen tus ojos y ese sonido que genera tu boca. En la visión y la oración, me someto como un parroquiano de tus virtudes, como un soldado de tu corazón, como un poeta de tu tinta.

Así sigo, día tras día, noche tras noche, persiguiendo tu luz, anhelando tu sonido, buscándote en los recuerdos y en los sueños y en los diarios que intercambiamos. Algún día sé que te encontraré, y entonces, ya nunca me alejaré de tu luz y sonido.

Iraultza Askerria

Sobre el amor, el desamor y algo más

Pasión incontinente,
señor que al cuerpo débil da calor.
Locura de la mente,
un rostro sonrïente de color.
¡Todo eso es el amor!
Pesar, cuchillo hiriente,
veneno cual resaca de licor.
Castigo tan ardiente
que el alma sufre y grita de dolor.
¡Todo eso el desamor!
El beso que se siente,
suspiro que la llama consumió.
Sonrisa que no miente,
amor que con los años se apagó.
¿Qué somos tú y yo?

Iraultza Askerria

Un rato entre las sombras

in the shadow - Gioia De AntoniisEstate un rato entre las sombras, escondida de mi amor. Viaja al otro lado del mundo, sin mirar quien te persigue. Vuelve tu mirada a la profundidad del cosmos y no escapes de su amparo hasta que veas el amanecer.

Estate un rato en los secretos de las tinieblas. No salgas de la protección que te ofrecen. Mantente serena y silenciosa, cual materia inanimada, y no permitas que mi instinto descubra tu escondite.

No fuerces la situación, no juegues con mi astucia. Mujer, te advierto que soy un hombre salvaje y amoral. Escóndete de mí mientras la oscuridad persista y muéstrate solo cuando el sol exhiba su poder, cegándome el alma y el corazón y dejándome indefenso ante tus deseos.

Si no lo haces, te encontraré, y entonces seré yo quien queme tu espíritu y arranque los gemidos de tu pecho y descorche tus dos intuiciones y te mate penetrando en tu mirada. En la clandestinidad de la noche, no respondo de mis instintos, soy un monstruo sin razón.

Por eso, vida mía, te lo ruego: estate un rato entre las sombras. Espera pues a que amanezca.

Iraultza Askerria