Tus ojitos

.lágrimas - {author}¿Cómo van a llorar tus ojitos de fuego? De su dicha pende el destino de la humanidad, los secretos mejor guardados del universo, la inspiración que carcome el espíritu de los poetas y el equilibrio entre el cosmos y el caos.

Que no lloren tus ojitos de luna llena porque han de mantener viva la esperanza y la ilusión, y por supuesto, el amor. Ese amor que una mirada tuya propaga por el mundo entero, llenándolo con su tierno aroma a barniz, casi narcótico y embriagador. Amor en tus pupilas de oro cegador, lustrosa compasión del más allá y curioso intelecto del inframundo. Cielo y tierra, paraíso e infierno en tus ojitos bíblicos.

Han de lucir abiertos y felices, tus ojitos, sí, tus ojitos. Son soles y astros y órbitas celestes alrededor de la vida. Son la purga de la maldad y el flujo del aire oxigenado. Son mucho más de lo que tú puedes ver, porque no puedes mirarte. Yo, que te miro como un loco, sé que tus ojitos no deben sufrir una gota de nostalgia.

¡Qué las lágrimas marchen a incordiar a otras mujeres y no osen a cubrir tus ojitos de té! Ya que sólo tu iris puede apagar la sed del espíritu humano, tan enzarzado en guerras y otros dolores. Tus ojitos sonrientes son el amanecer de La Tierra.

Por todo ello, te ruego que no llores. No marchites tu belleza con el insano plañir de la distancia y mantén vivos los recuerdos que me unen a ti. En tus ojitos dichosos duermen mis sueños y trasnocha mi literatura. Los quiero contemplar siempre abiertos y contentos, eternamente.

Iraultza Askerria

Tu tristeza

Tristeza1-Laura Leal Martínez

Un avión surcando el cielo
gota helada en tu mirada,
pasa rápido, invisible,
mas dejando triste marca.

Tu rosal se descompone
como en invernal helada,
y a los labios marchitados
la sequía los alcanza.
En la puerta de tu ánima,
ya no se oye la balada,
y las húmedas riberas
callan mudas, agotadas.

Los pilares de los cielos
que subían de tu alma
han caído destronados
al infierno de la nada.

Ni con versos, ni con besos.
La tristeza no se marcha.
Vida mía, te lo ruego:
¡abandona ya esas lágrimas!

Tercetos a un hermano ofendido por el amor

Posta de sol al Passeig de la Ribera, Sitges - {author}

Como aquel que rompiendo las cadenas
de las esclavitudes deshonrosas
y corre hasta una fuente a aliviar penas.
Como aquel que llorando a decorosas
mujeres que nos roban corazones,
se cava entre sus lágrimas las fosas
de la muerte, ponzoña de pasiones,
que es la causa del lúgubre destino
que acorrala a tantísimos varones.
Como aquel desdichado que en el vino
ahoga llanto y dice: “por no verte
que se agote hoy mi triste desatino”.
Como aquel que escapando de la muerte
corre en busca de afecto de un hermano,
a plañir y cantar su mala suerte.
Mas no encuentra consuelo en esa mano
sino una confidencia traicionera
pues ni mujer ni hermano en el verano
perdieron tiempo al sol de la ribera.

Iraultza Askerria

Vía de escapatoria

ruta y niebla - {author}Ralla la duda iridiscente como una tormenta de otoño, y las lágrimas pasas se deslizan en el cristal de la mirada, como un hilo de terciopelo desgarrado. Un graznido, un reproche, un trueno que al corazón atraviesa y vuelve sus latidos un lento toque de campanas. La solemnidad del llanto -orgulloso como una manzana roja erguida en la copa de un árbol ceniciento, cuyo color ha desaparecido bajo la aridez del clima- atraviesa el tiempo con sus caricias arrugadas que pliegan el espacio hasta la soledad más absoluta. El rojo ocaso es rojo amanecer, y el mediodía, aún más rojo, absorbe el blanco y el rosa, devorándolos. Ávida boca, voracidad intempestiva de la madrugada y el día. Mueren las manos al desasirse y caen las presas de la guerra como muñecos de lana sobre el campo de batalla. Minas de gloria, sexos húmedos, pero evaporados por la inclemente penetración de un aguileño pico. La pala excava. La pala entierra. Desaparecen los recuerdos tras un universo de grava, y en el polvo añejo se escucha el eco olvidado de un nombre. A los cometas se les va su cola y aparece una roca fría y tediosa. Chocar contra chocar. Las piedras se desmenuzan como papilla. No hay nada más sólido que la posibilidad de no existir. El suicidio parece la única vía de escapatoria.

Iraultza Askerria

Diciendo adiós

Photo - {author}Tarde o temprano todo el mundo siente que la vida, en un principio maravillosa y tierna, aparece infatigablemente cruel y ladina al otro lado del muro de la ilusión. Es allí donde surgen sus garras más temidas, mezcladas de casualidad y sofisticada conspiración, para arrancar en un instante la mera ilusión de existir, la esperanza de mantenerse con vida.

Di adiós a la alegría, di adiós a la felicidad, da la bienvenida a un amor que te puso los cuernos y, después, si tienes cojones, pégate un tiro.

Iraultza Askerria

Ojos teñidos de lágrimas

Photo - {author}
Ojos teñidos de lágrimas me observaron durante la noche helada.

Tú estabas acurrucada bajo un soportal, con las manos vistiéndote el rostro y los gemidos de tu voz envolviendo acompasadamente el perfil de tu figura. Menudo, como un arbolillo silvestre, se me aparecía tu cuerpo; frágil como un deseo de porcelana que se rompe cuando llega a cumplirse.

Así de inestable, insegura e inconsolable surgiste en mi vida. Me acerqué a tu público escondite, me arrodillé ante ti como un vasallo y te pregunté si te podía ayudar. Naturalmente, entre argumentos generosos y explicaciones inciertas, declinaste mi ofrecimiento. Querías estar sola con tu soledad; alguien te había hecho daño y nadie podía apaciguar tu dolor.

En esta circunstancia, me acomodé a tu lado, en silencio, y me convertí en una sombra invisible, en una invisible fortaleza, en una fortaleza impenetrable y en una impenetrable alegoría del príncipe azul. Siempre en silencio.

No tenía intención de abandonarte en tu dolor. Aquellos ojos teñidos de lágrimas eran demasiado bonitos como para olvidarlos. Quería verlos felices antes de morirme.

De esta guisa, transcurrí horas a tu lado: mudo, como otra sombra de la noche. En ningún momento me miraste. Pasadas las horas, pensé que te habías olvidado de mi presencia, pero mucho tiempo después, me preguntaste cómo me llamaba.

Habías dejado de llorar. Y sonreías.

Han pasado muchos años, y aún hoy recordamos aquella noche, riéndonos dichosos.

Ya es hora de que el mundo sepa cómo nos conocimos.

Iraultza Askerria

Y ahora te lamentas

I just want to be happy. - .bravelittlebirdNunca quisiste creerme, nunca confiaste ciegamente en mí, nunca hiciste caso de mis opiniones, y mis consejos no valían nada.

Y ahora te lamentas.

Fui tu conocido, tu compañero, tu amigo, tu amante, tu amor, tu amante, tu amigo, tu compañero y tu conocido, y a pesar de tantos años de proximidad, nunca diste crédito a mis palabras.

Y ahora te lamentas.

Tú procurabas contradecir mis argumentos, particularizando la palabra clave, saliendo por la tangente, defendiéndote entre ataques, gritos, calumnias, desplantes y acusaciones. En definitiva, sacando toda la mierda del pasado.

Y ahora te lamentas.

Te lo advertí con una única preocupación: protegerte de ti misma; pero daba igual. Oídos sordos a palabras ciegas.

Y ahora te lamentas.

Creaste falsas expectativas en tus falsos amigos que se creían tus falsos amantes, confiando en que se encontraban a un paso de tu falsa correspondencia, cuando en realidad sólo daban pasos en falso.

Y ahora te lamentas.

Ellos te rindieron sus secretos, sus miedos, sus ilusiones, quiénes fueros las mujeres de su vida y cuáles los mayores errores del pasado. Desnudaron el alma, queriendo desnudarse el cuerpo y quedaron a merced de tu abrigo, ese que siempre guardabas para algún desconocido.

Y ahora te lamentas.

Porque todos te abandonaron, todos. Aunque te hubieran jurado fidelidad y amor eterno, todos ellos desaparecieron de tu vida tras dos años de perseverancia.

Y ahora te lamentas.

Ninguno queda ya, ninguno. Estás sola, arrugada, pálida, sin amigos, sin amantes, sin amores. No hay nadie que te mime, que te compre, que te llore, que te auxilie. No hay nadie que te quiera.

Y ahora te lamentas.

Y mira que te lo advertí, ¡mira que te lo dije! Los perderías a todos si les tratabas igual que a mí. Pero hiciste caso omiso.

Y ahora te lamentas.

Iraultza Askerria