Oct172019
Archivo de la etiqueta: Sirena
Jul52018
Tal como eras

cual sirena marina en una playa.
No sé si fuiste fuego, luz o cielo,
mas me arrancaste un trozo de mi alma.
No lo sé, ¿quién lo recuerda?
tus pechos… ¡ay, sabían a manzana!
Mas no sé si eras fruto, flor o carne,
aunque todavía me arda la cara.
No lo sé, ¿quién lo recuerda?
y al abrirse… ¡centella de mañana!
No sé si eran azules o morenos,
pero no olvido nunca esa mirada.
No lo sé… ¿quién lo recuerda?
o arena que se escapa de la palma.
¡Nunca! Tenías forma de pecado,
y eso a cualquier varón le deja marca.
¿Mujer? No, imposible…
Sep122017
Pacto con el diablo

que en tu cara creó gracia y lindeza,
pues no habrá ningún sino más preciado
que aquel que dio un comienzo a tu belleza.
si con Satán pactaste la proeza
de que fuera tu faz mundo estrellado
otorgándole a cambio tu pureza.
Astuta dama, fémina perfecta
cuya belleza el corazón me afecta,
sirena, vampiresa sin amor
para este niño entrado en el terror.
Mar302017
La sirena

Recuerdo, como una imagen lejana pero profunda, que sus labios me respondieron sin que yo pudiera remediar el ataque. Me besaron con locura cuando y mientras mi razón intentaba explicarme qué estaba pasando. Sus manos se apoderaron de mi cuello y mi alma se aplastó bajo el liviano peso de su cuerpo de mujer. El mundo, en ese preciso instante, se me presentó como un arca henchida de fortuna.
La sirena me devoraba mientras la oscuridad se cernía tiernamente sobre mí, contagiándome de un sueño profundo. El sudor de mi cuerpo, espeso y escurridizo, me empapaba el pecho. Los pulmones que había en mi interior respiraban el aire insuflado por los besos de aquella mujer desconocida.
A lo lejos oía un susurro ajeno a mi fantasía: un murmullo que, vertiginoso, parecía sucederse en un plano paralelo. Los destellos de las estrellas bailaban rodeándome, apagándose de tanto en tanto, encendiéndose de cuando en cuando.
Al mismo tiempo, la sirena me devoraba, embriagándome con sus labios, sus manos y su cuerpo. Era tan satisfactorio que mis ojos estaban cegados por la felicidad.
Solo unos minutos después, cuando me sacaron, a trompicones, de la ambulancia, me percaté de que mi pecho estaba completamente ensangrentado y de que una mascarilla de oxígeno conectada a una bombona me suministraba el aire vital.
Mis ojos se cerraron entonces cuando el sonido de la sirena se apagó.
Oct62016
La sirena triste
Cuando lloras y me miras con tus ojos de agua pura, me ahogo como un náufrago en tu honda tristeza. La sal hiende la herida varada en mi corazón y el dolor crece y crece como mareas huracanadas.
No veo tierra a la que acogerme en este mar de sufrimiento, solo puedo con mis brazos tomar la vela de tu rostro y con un beso encender en tus cubiertas algo de vigor.
Pero no surte efecto, y tú, mi sirenita, sigues cantando fúnebre y desconsolada, esperando que lleguen nuevos tiempos y poder así remontar el viaje.
Ago132012
El mar está lleno de pec…
El mar está lleno de peces, pero escaso de sirenas.