El trino de un pájaro

ruiseñor 01 - rossinyol - rufous nightingale - luscinia megarhynchos - {author}En el punto intermedio entre la razón y el alma, un pájaro sembró su trino. Era melódico, dulce, acompasado; como un gemido, como un arrullo, como un silencio sonriente. Tenía forma de cabello liso y de mirada radiante; también aroma de flor virginal y textura de seda dorada. Recordaba a la vida más inocente, a la simpatía más melosa y a la belleza más inmarcesible. El trino de un ave que abarcaba todas estas sensaciones y sentimientos. Un trino que en el fondo de su música cantaba tu nombre de dos sílabas. Un nombre, que aún hoy, no me atrevo a pronunciar.

Iraultza Askerria

 

Al sexo

Yo escribo para joder,
pa’ joderte bien jodida
y sentir latir tu vida
en tus labios de mujer.
Yo escribo para follar
y follarte en la despensa
donde tu hálito se densa
y tu cuerpo sabe a mar.
Para joderte y follarte
quemando mi cuerpo al tuyo
y mientras gimes, amarte,
y sentir tu puro arte
en la punta de un capullo
que se llora por tocarte.

Iraultza Askerria

Tal como eras

Photo - {author}

Surgiste entre una noche de cristal
cual sirena marina en una playa.
No sé si fuiste fuego, luz o cielo,
mas me arrancaste un trozo de mi alma.
¿Eras pelirroja, eras morena?
No lo sé, ¿quién lo recuerda?
Tus labios, exquisitos como fresas,
tus pechos… ¡ay, sabían a manzana!
Mas no sé si eras fruto, flor o carne,
aunque todavía me arda la cara.
¿Eras alta, eras esbelta?
No lo sé, ¿quién lo recuerda?
Tus ojos como ocasos al cerrarse,
y al abrirse… ¡centella de mañana!
No sé si eran azules o morenos,
pero no olvido nunca esa mirada.
¿Eras despistada, atenta?
No lo sé… ¿quién lo recuerda?
Me pregunto: si acaso fuiste aire…
o arena que se escapa de la palma.
¡Nunca! Tenías forma de pecado,
y eso a cualquier varón le deja marca.
¿Fuiste musa, fuiste ángel?
¿Mujer? No, imposible…

Iraultza Askerria

Un bar llamado Propaganda

Terraza - {author}La oscura reflexión de los intelectuales. Sombras aguerridas sobre aparatos viejos. Sillas volteando alrededor de mesas de círculos, propensas a cojear por influjo de los sostenidos. Una coca-cola en bemol y una jarra de cerveza colmada. La algarabía frecuente en cualquier taberna de pueblo. Parroquianos en la barra, jaleando un partido de fútbol. Parejas y cuadrillas charlando fogosamente, por mera pasión de entretenimiento.

Unos labios asomados al cristal. Una boca que, sorprendida, alaba la belleza de la primera. Manos que en la oscuridad se entrecruzan. La mirada fundida en los ojos ajenos, monumentales, del color de la eternidad, campo de todas las tonalidades. Se oyen palabras sobre literatura en el escenario ensordecedor y nada silencioso del bar penumbroso. Oraciones y versos, y relatos y cuentos, fantasías, ilusiones, críticas y futuros. Las promesas van y se cumplen a medida que el tiempo les cede oportunidad.

Se intercambian frases y caricias. Los minutos vuelan, aun pareciendo estancados en una recíproca esfera, cubierta de rosa y azul, de felicidad y fortuna, de sabiduría y fidelidad, de creatividad y vigor.

Arden las estufas en la fría noche avivando los espíritus enamorados de nuestros dos corazones.

Iraultza Askerria

Un duro amor

Paseando por mis recuerdos - {author}

La ilusión me supura
las heridas crecientes de la mente
donde alegre perdura
un pensamiento ardiente,
recuerdo de ti, nínfula inocente.
Aunque duela tu ausencia,
el esperanzador placer de verte,
conocida experiencia,
me hace bastante fuerte
pa’ aguantar el pesar de no tenerte.
Porque mi niña es seguro
que sufriremos ambos este amor,
sentimiento tan puro
y lleno de dolor
que si bien es más duro, es mejor.

Iraultza Askerria

Solos tú y yo

S. - {author}Entonces nos abrazamos desnudos y en silencio, mirándonos en la penumbrosa duda de sabernos vivos o muertos, tras haber combatido ferozmente en la batalla de los sexos. Yo estaba sin energías. Tú estabas desmantelada. El mundo lamía nuestros pies sudorosos y el cielo se derretía en nuestras mejillas. Teníamos los rostros juntos, pegados, y nos ardían. Pero no sentíamos dolor, no sentíamos nada, salvo el amor destilado por nuestros cuerpos lujuriosos y nuestras almas hermanadas de por vida. Habíamos hecho el amor consecutivamente y habíamos destrozado nuestra felicidad en simultáneos orgasmos. ¿Qué quedaba entonces de nuestros recuerdos terrenales? ¿De nuestro lugar en el mundo? Nada. Todo desaparecido, todo fuera de nuestro universo propio, de nuestro sistema solar intransferible, de nuestro tímido, minúsculo, sobrio, pero acogedor planeta que habíamos labrado en nuestras carnes.

En aquel momento, solo existíamos tú y yo.

Iraultza Askerria

Siete meses de poesía

_D7B0249_bis_poesia - {author}
Han pasado siete meses desde que acaricié tu rostro de porcelana, desde que abrí tus Puertas Esceas con los dedos, desde que tomé entre los labios los trocitos de tu alma. Todavía recuerdo esas primeras caricias inundadas con el posible miedo al rechazo, y la mucha esperanza que me instaba a esperar lo mejor de ti. Y así fue.

Han pasado siete meses en los que he adelgazado de odio para engordar de amor. Seguro que a ti te ha ocurrido lo mismo. Hemos comido aquí y allá, hemos bebido de la lluvia y del océano y nos hemos comido y bebido mutuamente, dejando un poquito para la cena y el desayuno. Aún dispondremos de cien mil banquetes en los que alimentarnos.

Han pasado siete meses desde que comprendiera que eras la mujer de mi vida. En ese tiempo, conocí a tus padres, a tus abuelos, a tus tíos, a tu hermano, a tus amigos y amigas, a tu tierra, a tu cama, a tus fotos de niña, a tu risueño saludo de bienvenida, a tu gato, a tu incapacidad para mantener el orden de una habitación y a tu divertida perra. Nunca supe tanto de una persona en tan poco tiempo y nunca tan poco fue el tiempo necesario para conocerte mejor que nadie. Uña y carne, viento y nube, sol y luna, sal y mar, norte y sur, cielo y tierra, ¿qué somos tú y yo sino siete meses de poesía?

Iraultza Askerria

Si intento componer la poesía

Words, words, words - {author}
Si intento componer la poesía
depués de estar semanas sin tocarla
no encuentro modo alguno de sacarla
de esta desesperada ánima mía.
Parece que marchó la melodía.
La musa… ya no hay quien pueda encontrarla.
Yo sigo pesaroso en esta charla
hasta que atisbo tu fotografía.
Entonces una voz suena a lo lejos,
cojines blancos, cálida sonrisa,
son los recuerdos vívidos y añejos
de aquella a la que amé y a la que quiero
besar, tocar, contar sin pausa o prisa
cuántos versos por ella yo genero.

Iraultza Askerria

Triste lectura

Triste lectura - {author}
Ando un poquito triste reyelendo
las penas de antiquísimos poetas,
los que estuvieron antes transcribiendo
los amores que hicieron las maletas.
Y ando también con la lectura viendo
que a lo lejos se van tus silüetas,
olvidando el amor que prometiendo
se llevó mis sonrisas bien sujetas.
Ya no vendrás a verme a los altares,
ya no atravesarás por mí los mares.
Yo iré a buscarte lejos. Te habrás ido.
Porque tu amor fue bala, disparada
allá de la promesa apalabrada,
donde esta se quedó en el triste olvido.

Iraultza Askerria