Feliz año nuevo

La televisión se deshacía en gritos, difundiendo el comienzo de las campanas. Las agujas del reloj se deslizaban por los segundos con mayor lentitud que de costumbre. Al mismo tiempo, mis familiares, reunidos alrededor de la mesa rotunda del salón, engullían rítmicamente las exquisitas uvas.

Allí estaban mis abuelos, allá mis tíos, por ahí mis hermanas y mis primos y por acá mis padres. El champán había fluido anteriormente entre las copas de cristal, pero los recipientes volvían a estar colmados del preciado líquido a la espera de brindar por la muerte de un año anciano.

Por fin, llegó el esperado momento. El reloj tañó las doce de la noche.

—Feliz año 2013 —grité con mi jubiloso optimismo, tan empalagoso como el embriagador champán—. Feliz año a todo el mundo.

Ahora, como en años pretéritos, debía acontecer el intercambio de besos y abrazos, las felicitaciones particulares entre los miembros de la familia, algún deseo público sobre el futuro inmediato como salir de la crisis y, sobre todo, un brindis comunitario que culminaría en una estruendosa felicitación.

Sin embargo, esta pauta que la familia había seguido durante años, no se repitió en esta ocasión. De hecho, a mí eufórica celebración sólo siguió algún tímido agradecimiento por parte de mis abuelos, ya de voz cansada y afónica; pero nada dijeron mis tíos, mis primos o mis hermanas. Otros años fueron los más cariñosos y joviales, pero este 2013 era diferente.

Estaban todos consumidos en la ceguera de su teléfono móvil, felicitando a amigos y conocidos mediante el odioso WhatsApp y olvidándose de los familiares que les habían dado la vida. Enfrascados en un ambiente virtualizado por la moda no se percataban de la realidad sincera y recíproca que les brindaba la naturaleza.

De esta forma, mis propios deudores, antaño tiernos y dulces, se habían convertido en meras máquinas succionadas por la tecnología más trivial, más pendientes del morbo de la red que de la cercanía familiar. En aquel momento sentí vergüenza, no sólo de mis allegados, sino también de mí mismo y de la propia humanidad.

Así no íbamos a salir de la crisis. Ni ese año ni ningún otro.

Iraultza Askerria

Un universo entero

Almost Europe - Blake Danger Bentley
Fue una broma, una caricia, una caricatura risible de la sociedad. Fue una palabra, algo chistoso, motivo de risa sin reírse de nadie. Fue una inofensiva ironía que en tu rostro cinceló una sonrisa. Fue una oración de mis labios que los tuyos hizo curvarse en amago de divina bendición.

Tu sonrisa se delineó como un sosegado mar abierto en toda su plenitud. Tu nácar alumbró el camino de un corazón enamorado. Tus mejillas tomaron la forma de un edén al alcance de mi corazón.

Me di cuenta de que en tus hoyuelos cabía un universo entero.

Iraultza Askerria

Te voy a escribir una copla

Te voy a escribir la copla
más bonita de este mundo,
para que cuando estés triste
la releas con orgullo.
Así sabrás que te amo
y me sentirás tan dentro,
que aunque no esté a tu lado,
conocerás cuanto te quiero.

Te voy a contar un cuento,
el más hermoso de todos;
de princesas y dragones
y de un caballero loco;
que tan loco como un sueño
intentó volar sin alas,
para ver si con su empeño
podía alcanzar tu cara.

Te voy a cantar poemas
para que nunca lo olvides,
y que te sientas dichosa
mires por donde lo mires.
Que sientas mis dulces versos
como el roce de la brisa;
que los sientas cual los besos
que nos dimos noche y día.

Te voy a pintar retratos
en un marco de oro y plata,
donde la chica más linda
perdure noche y mañana.
Serán tus labios El Beso,
y tus ojos: ¡La Mirada!
Y en el altar de mis huesos,
tú vivirás encumbrada.

Te voy a trazar un mapa
donde el mundo sea pequeño;
para que tanta distancia
no provoque este tormento.
Porque a mi lado, princesa,
haces del mundo algo inmenso;
y no habrá estrella o planeta
que eclipse el haz de tu cuerpo.

Te voy a decir con versos
lo que nadie nunca ha dicho:
¡Qué te amo, qué te quiero!
¡Qué eres única! Infinito,
una cura y un alivio.
Eres mi fuerza y mi llama,
la razón por la que vivo,
y el aliento de mi alma.

Iraultza Askerria

La partida

La bola de billar salió despedida. Golpeó con su pálida calva la profunda opacidad de la última diana y la introdujo, gracias a un rebote en el lateral de la mesa, en el agujero ubicado en la esquina inferior derecha de la mesa. La bola blanca se detuvo en el centro del tablero, sola en un inmenso vergel.La partida había terminado.

Iraultza Askerria

Intento fracasado de soneto

«Escríbeme un soneto», díjome ella.
«¿Cómo quieres la rima?», inquirí.
«No me importa, con tal que sea bella
y que salga cariñoso de ti».

«Y el tema, ¿en qué quieres que haga mella?,
buscando la respuesta le insistí.
«Tal vez: piensa que yo soy tu doncella;
tú, caballero audaz que lejos vi».

Reí por la propuesta y la besé.
Le prometí el soneto a la mañana
que convirtióse en épica más ancha.

En darle un nombre décadas tardé
para entonces mi amor era una anciana.
Nace así Don Quijote de la Mancha.

Iraultza Askerria

Pequeño juicio sobre la banca y sus desahucios

Leo en un artículo del diario 20 minutos que «Todos los bancos paralizarán durante dos años los desahucios en casos extremos», noticia que se publica a raíz de un comunicado de la patronal bancaria en el que explican que dicho compromiso responde a «razones humanitarias».

¿Razones humanitarias? ¿Después de varios suicidios y familias malviviendo sin un hogar? Razones humanitarias…

Solo faltaría que el próximo año os concediesen el premio nobel de la paz.

Iraultza Askerria