Danubio

Photo - {author}Hay un barco navegando por el Danubio, de casco níveo y motorizado, sin más velamen que una melena negra, agitándose al son de la libertad. Hay una embarcación que se desliza por el agua turbia, como una caricia sobre un sexo eyaculado, mientras unos ojos femeninos avistan el horizonte, limpiándolo todo con su inherente dulzura. Hay un bajel que transporta a una diosa ante la mirada sorprendida de los parroquianos, y que siente el orgullo de ser el trono de una princesa, el palacio de una diva, el amparo de una reina. Hay un navío sobrevolando las ondas azules, fieles reflejos del cielo perlado, que al romperse ante esa mirada gloriosa, parecen aplaudirla como dándole la bienvenida. Hay un ferry sumergido en el Danubio, llevando consigo un corazón, un alma, una niña, un amor, alardeando ante ella de la belleza de una ciudad aun sabiendo que transporta la más hermosa figura de Europa.

Iraultza Askerria

La huella solitaria

Cuando el día se acaba - José Luis Mieza

En la blanca arena encontré una huella solitaria. Estaba en el centro de la playa, resguardada entre dos piedras que la habían protegido del impetuoso oleaje. Pura como una luna desamparada del firmamento, ausente como un latido de amor no correspondido.

Me sentí tentado ante esa huella solitaria, única. Parecía inamovible en medio de la playa, como si siempre hubiera estado allí. Las hermanas que debieron haber seguido sus pasos habían desaparecido de la arena tiempo atrás. Sólo quedaba ella: la huella solitaria.

Salvé las dos rocas y me arrodillé frente al pálido vestigio. Tenía forma de pie femenino, un treinta seis extendido perfectamente, con los dedos esbeltos y delgados y el talón enhiesto y orgulloso.

Me pregunté cómo serían las piernas de aquella desconocida, cómo sus nalgas, cómo su vientre, cómo sus pechos y cómo su cuello, cómo el rostro alzado sobre unos pies tan perfectos.

Concebí su figura en mi mente, ilusoria, imaginaria, una mentira que falsificaba la representación de la realidad. Tenía la urgencia de verla, de conocerla, de observar a la creadora de aquella huella en la arena, de aquel pie colgado de los cielos.

Así perseveré durante años: guardando la huella entre las rocas, paseando por la playa, buscando y midiendo el tobillo de cada muchacha que pasaba junto a mí. Pero no encontré a mi desconocida, nunca apareció.

Y de su existencia únicamente perduró una huella solitaria, como la sombra de un amor platónico.

Iraultza Askerria

Trabajo macabro

Photo - {author}Tras veinte años de profesión, el forense había enloquecido frente a aquel cadáver. El cuerpo había llegado a la sala de exploración con una etiqueta profética: “sujeto sin datos, proceder a su identificación clínica”. Un perro de caza le había destrozado la cara. Tras desvestir el cadáver y descubrir un simbólico tatuaje en la pantorrilla, no necesitó más para identificar a su hija.

Iraultza Askerria

Lámpara maravillosa

IMG_4616 - {author}Oírte respirar como a una lámpara maravillosa. En tu boca susurra un genio capaz de cumplir mil deseos. El aceite que suspiras te hace más luminosa y a mí me empalaga hasta el punto de no poder sobrevivirte. Te lamo las curvas mágicas de la inocencia, mientras crepita en mi corazón el ansia y tú materializas mis ilusiones con el pincel de tus encantos.

Iraultza Askerria

Redoma de beso rosa

Photo - {author}Redoma de beso rosa, ¡qué dominio de la daga en mi piel desplumada! Lanzas la sábana al crespado pubis y apaciguas su fortaleza con un roce húmedo. Cubren el pudor los cabellos negros y mis manos toman débilmente el rostro que se acuna en mi vientre. La órbita de un cometa atravesando el dormitorio azul, y una esfera titilante simulando una enana blanca. Vibra y brilla. Espasmos de átomos rotos entre jadeos de sangre.

Lame el gemido, mi hembra morena. Hombre desquiciado en su cerrazón ocular. Ver más allá de la realidad cuando es cierto lo imposible y el paraíso parece oasis terrenal. Simplificando el placer para derribar el odio, mientras sonríen los gases nobles en la polución del sexo.

Saliva diáfana contra diáfana saliva. Claroscuros de sabores entre aromas almizclados. La boca susurra un embudo y en la presión de una ventosa se inhibe la piel lacerada por la lengua. Oblicua punzada tras íntegra envoltura. Se queda abierta la sima y libre el pedestal, antes de otra profunda ingestión.

Y tan profunda…

… que se rompe la agonía en mil pedazos y el corazón se tambalea insolente, sin apenas pedir perdón ni permiso. Llora con un gruñido gutural mientras el beso rosa prosigue en su maestría. Explosión de llamas.
Tus labios teñidos de mí como una flor de azucena en su zigurat de luz.

Iraultza Askerria

Estrellas rotas

Photo - {author}Se rompen las estrellas. Lloran. Una ensordecedora explosión que nadie puede oír. Agujas pinchando la materia del universo solapadas por la incomprensión. Gritos sin eco. Amparo desvestido de ondas de luz. A nada puede agarrarse. ¿Qué hacer cuando se hunde para toda la eternidad?

Condenados a esparcir las memorias sin que nada las recuerde. El destino, mortuorio, prepara ya el lecho fúnebre: féretro podrido y, ante todo, putrefacto. Ni una plegaria, ni un clamor, ni una maldición frustrada. El mundo es ajeno al horror mientras él mismo se muere.

Iraultza Askerria