La puerta de los cielos

Bello Amanecer - Fernando Reyes Palencia

La puerta de los cielos me revelas
suspiro de tus labios nacarados,
tras un instante luego están sellados,
obstáculo de célicas parcelas.
¿Mas cómo franquear las dos gemelas
si en tan precioso edén no hay invitados?
Que solo el aire pasa por sus lados
dejando allí diáfanas estelas.
¡Al fin! ¿Esa es la lógica de entrada?
Un soplo de mi boca en sus umbrales
e iré cual fugitivo de pasada.
¡Acierto! Y curo al fin los tantos males,
pues trabas mil pusieron en tu amada
y dulce boca de hábitos marciales.

Iraultza Askerria

Un bar llamado Propaganda

Terraza - {author}La oscura reflexión de los intelectuales. Sombras aguerridas sobre aparatos viejos. Sillas volteando alrededor de mesas de círculos, propensas a cojear por influjo de los sostenidos. Una coca-cola en bemol y una jarra de cerveza colmada. La algarabía frecuente en cualquier taberna de pueblo. Parroquianos en la barra, jaleando un partido de fútbol. Parejas y cuadrillas charlando fogosamente, por mera pasión de entretenimiento.

Unos labios asomados al cristal. Una boca que, sorprendida, alaba la belleza de la primera. Manos que en la oscuridad se entrecruzan. La mirada fundida en los ojos ajenos, monumentales, del color de la eternidad, campo de todas las tonalidades. Se oyen palabras sobre literatura en el escenario ensordecedor y nada silencioso del bar penumbroso. Oraciones y versos, y relatos y cuentos, fantasías, ilusiones, críticas y futuros. Las promesas van y se cumplen a medida que el tiempo les cede oportunidad.

Se intercambian frases y caricias. Los minutos vuelan, aun pareciendo estancados en una recíproca esfera, cubierta de rosa y azul, de felicidad y fortuna, de sabiduría y fidelidad, de creatividad y vigor.

Arden las estufas en la fría noche avivando los espíritus enamorados de nuestros dos corazones.

Iraultza Askerria

Te fuiste

Photo - {author}
Te has evaporado como un sueño
ausente en los delirios de este hombre
que no tiene por más mujer tu nombre
de armonía vivaz, dulce y risueño.
Que tengo yo tu vida como empeño
y nada hay en el mundo que me asombre
ni piel cuya textura no me alfombre,
salvo tu cuerpo que es del mío dueño.
Por eso vida mía no te vayas
que este varón secreto se lamenta
del tiempo no invertido junto a ti.
No sé dónde estarás, dónde te hayas,
mas tengo en la esperanza que a me alienta
la ilusión de que volverás a mí.

Iraultza Askerria

Arena blanca

The stolen moment - {author}Arena blanca, avena blanca, en tu sexo juvenil. Llanura límpida, superficie limpia, como un cielo despejado. Mis besos se desbordan por tu inquietada seda, invitándote a gemir desconsoladamente.

Se retuercen tus senos por la presión de mis manos, y los simulan tus ingles por la mordiente embestida. Abro mi boca entera y la cierro en tu pubis, tan reluciente y hermoso, tan libertario como una estrella.

Me divierto en tu congoja. Filete mío de carne rosa, arrugada, flexible y húmeda de sal, tan propiamente vinculada al mar como a la florida naturaleza. Tulipán de cuatro pétalos cuyo polen devora mi lengua, arrastrado por tus piernas dobladas, por mi barbilla hundida en ti.

Y en los espasmos que te socorren, escucho como gritas mi nombre, mientras me decapitas con los muslos y luego aflojas la cuerda del inocente.

Un último beso te cierra los labios para dormir.

Iraultza Askerria

Mi dulce niña

202/366 · La bella durmiente-Iñaki Pérez

En casa está la niña,
dormida en cama, dulce… ¡dulce hada!
Su boca sabe a piña;
su aliento es la balada
del bardo, del juglar… de mi tonada.
Eterno labio fresa,
eterna la canción, eterna dama.
Y yo… por mi duquesa
velo triste su llama
que no apaguese nunca en esta cama.
Durmiente bella, dime…
¿querrás algún instante despertar?
Mientras mi verso rime,
no deje yo de andar
me sentaré a tu vera… ¡y a esperar!

Iraultza Askerria

Entre comas

Photo - {author}No puedo poner un punto y aparte, ni tan siquiera un punto y seguido, a los acontecimientos que entrelazan nuestras vidas, porque no concibo una relación a trompicones, compuesta de pequeños trozos a los que los signos de puntuación ponen un punto y final, algo que me niego a compartir, puesto que solo deseo un vínculo largo, infinito, con un inicio, pero sin ninguna conclusión, donde las estrellas iluminen en la lejanía una vía en expansión, esa que recorreremos tú y yo sin hacer un alto en el camino, andando de la mano y en recíprocos pensamientos por los senderos de la vida, en la cual no habrá mayores lazos que las comas, que las comas que, sosegadamente, calmarán los impulsos de nuestros sexos y nuestros viajes y nuestras conversaciones, y dicho de otra forma, nuestras vivencias y convivencias, porque no existirá término alguno, ningún punto y final, hasta que la muerte decida, por propia voluntad, escribir el requiescat in pace.

R.I.P.

Iraultza Askerria