Estrellas rotas

Photo - {author}Se rompen las estrellas. Lloran. Una ensordecedora explosión que nadie puede oír. Agujas pinchando la materia del universo solapadas por la incomprensión. Gritos sin eco. Amparo desvestido de ondas de luz. A nada puede agarrarse. ¿Qué hacer cuando se hunde para toda la eternidad?

Condenados a esparcir las memorias sin que nada las recuerde. El destino, mortuorio, prepara ya el lecho fúnebre: féretro podrido y, ante todo, putrefacto. Ni una plegaria, ni un clamor, ni una maldición frustrada. El mundo es ajeno al horror mientras él mismo se muere.

Iraultza Askerria

Un cadáver sonriente

El entrañable cadaver - Ferran JordàSoltó un gemido cuando reconoció el rostro del hombre que yacía en mitad del bosque, cubierto de sangre seca y con una bala incrustada en el abdomen. Las escasas hojas que intentaban vanamente cubrir el fiambre mostraban unos ojos abiertos de par en par, colmados de lujuria y sadismo.

El cadáver de aquel asesino metódico y sagaz parecía un espíritu endiablado sin compañía. De los párpados abiertos se derramaba una chispa de felicidad, reforzada por la sonrisa imborrable de una boca insensible. Parecía que su rostro se deleitaba con la muerte, incluso con su propia muerte. Pero ya no podría deleitarse con nada.

Después de haber hecho el amor con una hermosa mujer y después de haber asesinado a una hermosa mujer, su noche se había terminado.

Para siempre.

Extracto de Sexo, drogas y violencia, de Iraultza Askerria

La partida

La bola de billar salió despedida. Golpeó con su pálida calva la profunda opacidad de la última diana y la introdujo, gracias a un rebote en el lateral de la mesa, en el agujero ubicado en la esquina inferior derecha de la mesa. La bola blanca se detuvo en el centro del tablero, sola en un inmenso vergel.La partida había terminado.

Iraultza Askerria