La espesura del amor

Photo - {author}En la espesura del amor naufraga mi piel, destilada como un líquido.

Esfera de cristal al unísono. Tus poros repletados de mis efluvios, pálida carne sumergida en la espuma del mar. Se abre la cueva de las galaxias y las estrellas muerden incansables. Ataque fortuito, devolución vengativa. Una supernova que corta nuestras miradas. Es la espesura del amor.

Los cabellos se funden y se desgarran, cayendo por la límpida tierra como cae el rocío de un cometa. En el contacto, el tacto se aparta, quemado, y vuelve a la hoguera donde se canaliza; nada puede escapar del círculo vicioso de la espesura del amor.

Fluyen las lágrimas y el sudor de los agujeros negros, pupilas centelleantes. Las pestañas cortadas por el viento huracanado de los gemidos. El aire es pesado, agónico, ardiente, cargado de sensualidad. Persiste un perfume de dominación absoluta, propio de la espesura del amor.

Vagan los besos de un lado a otro, cuerdas que descienden del cielo y se enredan en el vello púbico. Se calientan los genitales como cerillas; el fósforo de tu boca; el fósforo de mis labios. Duele y se carboniza; mártires de nuestro sufrimiento compartido, el mismo que se hincha en el interior de nuestras carnes hacia arriba, hacia arriba, siempre hacia arriba. La bomba de relojería acabará, tarde o temprano, con la espesura del amor.

Se abrazan los universos en un único cosmos; condensación de células, fusión nuclear, química de los sentidos absortos y absorbidos por el estallido de la fuerza y la bestialidad. Rotas las barreras del género; aunados los entes sexuales; la antigua fisión deja paso a un trastornado Big Bang, donde la absoluta presencia de las cosas y pensamientos se ha concentrado para explotar.

Y, al fin, la espesura del amor lo tiñe todo de su simbólico color albino, y nuestros ojos se cierran, cayendo una mirada sobre la otra mirada, y toman consciencia de un sueño del que ya no despertaremos.

Iraultza Askerria

Solos tú y yo

S. - {author}Entonces nos abrazamos desnudos y en silencio, mirándonos en la penumbrosa duda de sabernos vivos o muertos, tras haber combatido ferozmente en la batalla de los sexos. Yo estaba sin energías. Tú estabas desmantelada. El mundo lamía nuestros pies sudorosos y el cielo se derretía en nuestras mejillas. Teníamos los rostros juntos, pegados, y nos ardían. Pero no sentíamos dolor, no sentíamos nada, salvo el amor destilado por nuestros cuerpos lujuriosos y nuestras almas hermanadas de por vida. Habíamos hecho el amor consecutivamente y habíamos destrozado nuestra felicidad en simultáneos orgasmos. ¿Qué quedaba entonces de nuestros recuerdos terrenales? ¿De nuestro lugar en el mundo? Nada. Todo desaparecido, todo fuera de nuestro universo propio, de nuestro sistema solar intransferible, de nuestro tímido, minúsculo, sobrio, pero acogedor planeta que habíamos labrado en nuestras carnes.

En aquel momento, solo existíamos tú y yo.

Iraultza Askerria

En busca de una estrella

The Sentinel / El Centinela - Claudio.ArCuando naciste, una estrella se prendió en el firmamento. Aún no había sido descubierta por el ser humano, pero cuando sus telescopios la vislumbraran, la bautizarían con tu nombre. Hasta ese momento tu existencia quedaría únicamente ligada a La Tierra.

Desde tu nacimiento, fuiste algo más que una persona, algo más que una mujer. El cosmos te guardaba un sitio junto a otros entes de tu categoría; entes que no pudiste encontrar en un lugar tan cotidiano y abismal como La Tierra. Por esta razón, siempre estuviste por encima del resto de los mortales, a pesar de que intentaras por todos los medios bajar a su nivel.

Yo lo sabía y aún así pretendí conquistarte. Intenté alcanzar tus encantos, encadenarlos a mi alma, sentir tu corazón desbocado bajo el mío, besar el deseo de unos ojos celestes y pegarme a un aliento que suspiraba desde las entrañas del universo. Anhelé tocar un sol ardiente y abrazar un agujero negro. Fue un intento de la nada, puesto que caí esclavo de tus virtudes, como un planeta aprisionado ante la luz vivificadora de su sol.

Mientras yo sepultaba mi amor en el fondo de un mar de orgullo, tú ascendías en el aire como una nube inalcanzable: todo suavidad, todo pureza. Quien pudiera rozar tu piel volátil, podría considerarse el hombre más afortunado del mundo.

Todavía así, yo no quise rendirme. Quería obtener tu cariño aunque tuviera que despreciar, arriesgar o condenar mi vida. De esta forma, me licencié en física, transcurrí cuatro años en la marina y finalmente ingresé en la N.A.S.A. Cuando mis aptitudes estuvieron firmemente desarrolladas, pude apropiarme de una nave espacial. La infinidad del universo estaba al alcance de mi mano.

Desde entonces, he navegado por el cosmos incansablemente, buscando el brillo de tus ojos en una estrella perdida.

Iraultza Askerria

Desfallecernos

Photo - {author}En la cama, tú y yo. Sol y tierra. Orbitando entre llamaradas, fogonazos, destellos, luminarias que desde los ojos alumbran la oscura habitación. Cósmica, de ensueño, éter tangible que destila el sudor de tu piel. Vuelta y vuelta alrededor del eje del amor. Entrelazando las perpendiculares de nuestros muslos. Enderezando un camino de átomos lubrificados a través de túneles angostos, vedados para los demás, abiertos para nosotros. Tú te expandes, yo me contraigo. El sistema fluye con sus órganos a flor de piel, ventilados por los suspiros… y los gemidos al correrse.Plenitud del universo en tus labios acompasados, retornando de su agonía a su sosiego, mientras soporta mi peso desfallecido.

Iraultza Askerria

Mi universo

Photo - {author}
Has sido esculpida con trocitos del universo: polvo de estrellas, soles ardientes, enanas blancas y nebulosas de gas. La canción del cosmos a la puerta de tus labios y tus pensamientos surcando a la velocidad de la luz. Alrededor tuyo orbito como un planeta condenado a no alcanzarte, deseoso de que te unas a mí en una explosión agónica.

Iraultza Askerria

El universo se detiene

Photo - {author}Cuando nuestros cuerpos se observan en su desnudez mutua, sé que el universo se detiene a mirarnos. Lleno de envidia nos recoge en su regazo de noche y nos aplasta de placer, con tu carne vibrando, todavía sintiéndome dentro, y la mía desbocada, acelerada, expulsada la simiente entre tus muslos rosas.

En esa posición de íntimo arrebato, el cosmos nos seduce con su hálito de sueño. Quiere adormecernos y en la ausencia de nuestra consciencia, confirmar cómo se hablan las pieles abrazadas, presionadas por los dedos aferrados a la espalda contraria. Tu cabeza reposando en mi pecho. La mía en tu cabellera. Y entre castillos y veredas soñar con no separarnos, físicamente, jamás.

Así, en la polución del sexo y en la relajación del amor, nos suspendemos entre caricias y arrumacos, al tiempo que las galaxias orbitan, como anillos nupciales, alrededor de nuestra pasión. Las palabras dejan aire a los latidos, la respiración se susurra pausada, y los kilómetros se vuelcan sobre los miembros femeninos y masculinos, entrelazados como un ovillo de lana.

Iraultza Askerria

Reconstruyendo el Big Bang

Big Bang - {author}Abierta de piernas como un volcán en erupción. Flexible como el junco húmedo de una orilla. Tumbada en la penumbra de un rincón, hervida de caricias. Solapada por la insidia enfurecida de mi cuerpo.

Péndulo oscilante de penetrante aguja, marcando las horas en tu reloj de sol. Sofoco de lluvia arreciando sobre la tierra de tu vientre. La boca que devora una boca, el labio que muerde y se deja morder. El pico que excava en la mojada gruta, incesantemente.

La sonda se pierde en tu regazo buscando la raíz de tus gemidos. Son estos el papel blanco que transcribe arañazos, en mi espalda, en mis muslos y en mi rostro quemado. Brilla tu boca roja, tu lengua roja, tu mejilla roja. Atrae la negrura de tus ojos y de tu pelo. Me quemas y me absorbes. Estoy invaginado en tu interior como un recién nacido.

Se deshacen en pedazos las olas del mundo. Los terremotos arrastran nuestras almas en vela. El cielo se desprende del cosmos y cae sobre nosotros, nos aplasta, nos presiona, nos tensa la piel y la agonía. A punto de explotar.

Me comen la cara los suspiros de tu garganta. Me ensordecen los clamores ostentosos de tu orgasmo. Ardo en la felicidad de saberte complacida, herida, denostada, injuriada, apretada contra mí, acuchillada por mis embestidas.

Se agita el seno nevado. Se agita tu pelvis enloquecida bajo la mía. Montaña rusa. Cohete espacial. Viaje alrededor de una estrella a la velocidad de la luz. Restituyamos la dualidad del ser humano al corrernos mutuamente en la fundición de nuestros cuerpos.

Se desploman las ansias viriles y descansan las piernas femeninas. Un hombre condensado en una mujer. Una mujer diluida en un hombre. El corazón que late sobre y bajo el pecho ajeno. Los ojos mirándose en un recíproco reflejo. Placer y amor revueltos en el sudor, la sobredosis, el fin del universo.

Reconstruyendo el Big Bang con dos corazones.

Iraultza Askerria

Un universo entero

Almost Europe - Blake Danger Bentley
Fue una broma, una caricia, una caricatura risible de la sociedad. Fue una palabra, algo chistoso, motivo de risa sin reírse de nadie. Fue una inofensiva ironía que en tu rostro cinceló una sonrisa. Fue una oración de mis labios que los tuyos hizo curvarse en amago de divina bendición.

Tu sonrisa se delineó como un sosegado mar abierto en toda su plenitud. Tu nácar alumbró el camino de un corazón enamorado. Tus mejillas tomaron la forma de un edén al alcance de mi corazón.

Me di cuenta de que en tus hoyuelos cabía un universo entero.

Iraultza Askerria