Tus ojitos

.lágrimas - {author}¿Cómo van a llorar tus ojitos de fuego? De su dicha pende el destino de la humanidad, los secretos mejor guardados del universo, la inspiración que carcome el espíritu de los poetas y el equilibrio entre el cosmos y el caos.

Que no lloren tus ojitos de luna llena porque han de mantener viva la esperanza y la ilusión, y por supuesto, el amor. Ese amor que una mirada tuya propaga por el mundo entero, llenándolo con su tierno aroma a barniz, casi narcótico y embriagador. Amor en tus pupilas de oro cegador, lustrosa compasión del más allá y curioso intelecto del inframundo. Cielo y tierra, paraíso e infierno en tus ojitos bíblicos.

Han de lucir abiertos y felices, tus ojitos, sí, tus ojitos. Son soles y astros y órbitas celestes alrededor de la vida. Son la purga de la maldad y el flujo del aire oxigenado. Son mucho más de lo que tú puedes ver, porque no puedes mirarte. Yo, que te miro como un loco, sé que tus ojitos no deben sufrir una gota de nostalgia.

¡Qué las lágrimas marchen a incordiar a otras mujeres y no osen a cubrir tus ojitos de té! Ya que sólo tu iris puede apagar la sed del espíritu humano, tan enzarzado en guerras y otros dolores. Tus ojitos sonrientes son el amanecer de La Tierra.

Por todo ello, te ruego que no llores. No marchites tu belleza con el insano plañir de la distancia y mantén vivos los recuerdos que me unen a ti. En tus ojitos dichosos duermen mis sueños y trasnocha mi literatura. Los quiero contemplar siempre abiertos y contentos, eternamente.

Iraultza Askerria

Rostro de invierno

Recoleta - {author}Tenías el rostro desdibujado por las lágrimas.

El viento de la costa, tan irascible en los límites del litoral, te azotaba la cara helando el llanto de tus ojos y formando ríos de escarcha alrededor de tus mejillas. Los labios, timoratos, estaban húmedos de salitre y parecían descarnados a causa de los gemidos inconsolables de tu alma. La flor del verano que había sido tu rostro era ahora menos que un tallo de invierno.

Mientras tanto, se extendía ante ti el acantilado de la muerte, y el viento te arrastraba a su seno.

Iraultza Askerria

Ojos teñidos de lágrimas

Photo - {author}
Ojos teñidos de lágrimas me observaron durante la noche helada.

Tú estabas acurrucada bajo un soportal, con las manos vistiéndote el rostro y los gemidos de tu voz envolviendo acompasadamente el perfil de tu figura. Menudo, como un arbolillo silvestre, se me aparecía tu cuerpo; frágil como un deseo de porcelana que se rompe cuando llega a cumplirse.

Así de inestable, insegura e inconsolable surgiste en mi vida. Me acerqué a tu público escondite, me arrodillé ante ti como un vasallo y te pregunté si te podía ayudar. Naturalmente, entre argumentos generosos y explicaciones inciertas, declinaste mi ofrecimiento. Querías estar sola con tu soledad; alguien te había hecho daño y nadie podía apaciguar tu dolor.

En esta circunstancia, me acomodé a tu lado, en silencio, y me convertí en una sombra invisible, en una invisible fortaleza, en una fortaleza impenetrable y en una impenetrable alegoría del príncipe azul. Siempre en silencio.

No tenía intención de abandonarte en tu dolor. Aquellos ojos teñidos de lágrimas eran demasiado bonitos como para olvidarlos. Quería verlos felices antes de morirme.

De esta guisa, transcurrí horas a tu lado: mudo, como otra sombra de la noche. En ningún momento me miraste. Pasadas las horas, pensé que te habías olvidado de mi presencia, pero mucho tiempo después, me preguntaste cómo me llamaba.

Habías dejado de llorar. Y sonreías.

Han pasado muchos años, y aún hoy recordamos aquella noche, riéndonos dichosos.

Ya es hora de que el mundo sepa cómo nos conocimos.

Iraultza Askerria

No llores

9 Crimes - Raul Lieberwirth

Cobijada entre sus brazos
llorabas desconsolada.
Las lágrimas como mazos
te golpeaban, ¡su amada!
Tu rostro tan macilento
parecía perder vida.
Evaporado el aliento,
incluso siendo querida.
Llorabas, amiga mía,
llorabas por la dolencia
de no verle en mucho tiempo.
Él pronto se marcharía,
y ya su cercana ausencia
parte en dos el sentimiento.
Pero no llores, no llores,
así no te quiero ver.
Piensa que en estos amores
esperar hay que saber.

Iraultza Askerria