El cinturón de Orión

En la llanura pálida y suave que se extendía entre tus pechos y tu cuello, dejé caer un beso húmedo y un suspiro enamorado. En tu piel perlada marqué un territorio con forma de amor, donde poco había para delimitar el terreno, debido a la inmensa pureza que lo embargaba. Ninguna imperfección había en tu piel, ninguna mácula, ninguna mancha. Era un espejo blanco, donde casi podían reflejarse mis ojos curiosos. Una perfección que parecía propia de los inmortales.

Temí haber infringido una ley divina u ofender a una diosa omnipresente a quien no podría satisfacer, ni con besos ni con caricias. Temí estar amancebándome con una poderosa Afrodita, siendo yo un pobre mortal sin mayores atributos que un pene mediano. Por ello, me dediqué ávidamente a la búsqueda de una imperfección terrenal en tu piel celeste.

Y la encontré entre tus pechos, en el valle que canalizaba suspiros y ansias masculinas. Allí, entre los turgentes senos, se disponían en línea oblicua tres diminutos lunares, prueba inequívoca de que eras tan mortal como yo.

Así que esbocé una sonrisa, incliné la cabeza entre tus pechos y besé tu particular cinturón de Orión.

just give me moments..-Patricia Prestigiacomo

Iraultza Askerria

Dea

Photo - {author}El mundo gira sin parar y tus labios de alba brillan en lo más alto, iluminando inviernos y veranos. Eres la primavera de los ojos negros, ávidos de curiosidad, y el otoño que llena de razón los pensamientos. Las estaciones fluctúan por los océanos, mientras tú doblegas las mareas y reinas entre las ondas como una luna inmortal. Dulce parsimonia la que es amarte en la distancia con la intensidad de una pasión adolescente. Diminuto corazón el mío que lucha por llenar el tuyo, cuando incluso el universo te queda pequeño. Orbitando alrededor de tu vida, en una simbiosis protectora, escribiré el cosmos sobre tu piel como quien le pinta versos a la historia. Aunque yo sea un triste mortal y tú la dea que resplandece en el firmamento, alzaré escaleras de tinta para llegar a tus encantos, al menos, mientras tenga fuerzas para escribirte.

Iraultza Askerria