El bolígrafo silencioso

Starting to write - DAVID MELCHOR DIAZTenía un bolígrafo en la mano y la mente ahíta de tinta seca, tiesa, tísica. Las palabras quedaban inmóviles ante la frigidez de los pensamientos y el bolígrafo escuchaba en silencio voces que no decían nada. Frente al artilugio prosaico, el papel blanco temblaba de frío, desnudo, desamparado, sin versos que pudiesen abrigar su enfermiza palidez.

Maldita inspiración la de aquel poeta incapaz de reencontrarse con su musa y componer así un soneto que pudiera salvar a la humanidad de una muerte segura. Pero el destino era caprichoso como el amor de una quinceañera, y al igual que el platonismo adolescente, aquel literato fue incapaz de imprimir una poesía con su bolígrafo silente en su papel desprotegido.

Al poco tiempo, el bolígrafo se quedó tan seco como la mente del autor y él más pálido aún que la hoja blanca.

Iraultza Askerria