Pinocho no tenía nariz, al contrario que los otros niños de la escuela. Cuando estos mentían quedaba de testigo una prominente punta nasal, la cual se extendía a cuanto más falso era el embuste. Pero pinocho, al carecer de nariz, engañaba sin que nadie se percatara de ello.
No obstante, es bien sabido que se coge antes al mentiroso que al cojo, y por eso, un buen día, el entorno social de Pinocho dejó de confiar en él. Por regla general, en su palabrería no había ni una pizca de verdad.
De esta manera, el día que Pinocho manifestó que estaba muriendo de cáncer, sus familiares y amigos creyeron fehacientemente que era una farsa.
Y así, murió sólo.
muy ingenioso, realmente, y terrible…me voy a leer otro
Gracias. Espero que puedas encontrar otro relato de tu gusto.