Los escritores y sus fuentes de inspiración (II) – Los clásicos

“Qué se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído”.
Jorge Luis Borges

Alguien me dijo una vez: “lee a los clásicos”.

Nunca recibí tan buen consejo.

Para un escritor no hay nada mejor que leer y revisar a los maestros de la literatura, quienes supieron contagiar de pasión sus escritos, de amor sus poemas y de intriga sus novelas. Leer a los magos de las palabras significa leer a la literatura misma, y eso cala muy en el fondo del corazón.

Words (Palabras) - Juan Pablo Lauriente
Sin embargo, la titularidad de ser un clásico” no es un requisito indispensable en las lecturas de un buen escritor. Pienso que los escritores deben contribuir a la cultura de su imaginación revisando tanto las obras de autores consagrados como los “no consagrados” o de articulistas de medio pelo que cuelgan sus textos en un sitio particular —tal que yo, por ejemplo—. No sería la primera vez que, leyendo a un autor completamente desconocido, encuentro la llama de la inspiración que me descubre una u otra idea.

Por eso, sea o no leyendo a los clásicos, la primera fuente de inspiración debe encontrarse en la lectura misma, en la literatura más genuina y primitiva.

La Ilíada  y Lolita

Recuerdo mi primera aproximación a La Ilíada, de Homero; esa epopeya clásica oriunda de la Antigua Grecia que relata la ira de Aquiles y la muerte de Héctor. Tras leer la obra comprendí que los personajes de la mitología griega ofrecían todo un mundo de alternativas literarias. Así comencé mi propia versión de la guerra de Troya, novela en la que invertí cuatro fatigosos meses de redacción y otros tantos de documentación, y durante los cuales redacté poco más de 120.000 palabras. En tanto que elaboraba este libro, leí La Ilíada en varias ocasiones, no para plagiar su contenido, sino para contar desde mi propia pluma lo que otros contaron ya.

Otro caso en el que encontré la inspiración leyendo a un autor consagrado es más reciente. De hecho, actualmente estoy trabajando en dicha novela, cuyo germen nació mientras leía Lolita, de Vladimir Nabokov. El erotismo de esta obra inspiró en mi mente la silueta de un personaje cuya profesión era la literatura y su vocación los asesinatos, individuo al que estoy conduciendo por una vida de delitos y de belleza artística.

La poesía

La poesía, igualmente, es un tesoro para las musas impacientes. Leer un soneto, una copla o cualquier forma de verso activa la mente del lector, impulsando un análisis crítico de la obra en un intento de comprender lo que el poeta quiere transmitir. Este proceso intelectual es una gran ayuda en la búsqueda de ideas particulares, debido a que la comprensión de la poesía es algo muy personal e íntimo, y permite adentrarse en el mundo de las emociones propias, donde siempre aguarda una idea que descifrar en palabras.

Muchas veces, cuando mi musa está dormida y las palabras se me atragantan en el vértice de un bolígrafo, la única solución que encuentro para reencontrarme con la inspiración es leyendo a otros. Sea un pequeño poema, un párrafo de una novela o un microrrelato, leer me motiva a escribir, ayudándome a desentrañar esas palabras que se esconden de mí.

“La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso”.
Francis Bacon

La importancia de la lectura

En definidas cuentas, la escritura nace directamente de la lectura más voraz e íntima. Leer, sea o no a los clásicos, influye en las musas desconocidas de nuestra imaginación, incitándolas a que despierten con la idea, el personaje, el momento o el paisaje leído.

Por eso, la lectura es una fuente de inspiración en sí misma, y es recomendable leer y leer para poder escribir y escribir.

Si a mí me inspiraron Homero y Nabokov, a vosotros seguramente os habrán inspirado muchos otros, y eso nos conduce a la reproducción sistemática de la literatura, cuyos genes, en forma de palabras, son capaces de componer millones y millones de ejemplares.

Y vosotros: ¿alguna vez os habéis inspirado leyendo a otros?

Iraultza Askerria

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17 Comentarios en “Los escritores y sus fuentes de inspiración (II) – Los clásicos

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    • Gracias por el comentario. La lectura es siempre un mecanismo de aprendizaje para el escritor, independientemente de la obra a leer. Sean clásicos o completos desconocidos, cada lectura esconde un pequeño tesoro.

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  5. Me ha gustado y por eso lo he compartido 😉
    Leer es la pasión del escribano, poeta, escritora, ….. palabras que resuenan y vibran creando ecos de más palabras. Me encanta leer. Todo me inspira.
    Hoy, paseando con mi perro por el bosque, un árbol me ha acariciado un recuerdo y me he puesto a escribir. Lo transcribo en mi blog de aquí a nada.
    Abrazos

  6. Sí, a una chava llamada Bibiana Faulkner que también bloggea, sus palabras siempre tocan mi alma y muchas veces me hacen querer escribir y escribir.
    Yo particularmente, me he inspirado en letras de canciones que me llegan, en particular recuerdo a Stream of Passion y a Sonata Arctica. Saludos

    • Gracias por tu comentario. La música es otra forma de arte que también me ha inspirado algún que otro relato, aunque en menor cantidad. Por cierto, a Sonata Arctica tuve el placer de verles en concierto hace unos años 🙂

  7. Me gustó mucho este post. Completamente de acuerdo contigo en que leer ayuda a escribir, leas lo que leas. Además, hay que recordar que los clásicos lo son porque cumplieron con el canon en determinado momento, luego hay una cantidad enorme de literatura excelente sencillamente poco famosa. A mi me paso con Triso de Molina y Caro (no tan conocida) misma época, temas similares, y aunque ambos me gustan, me inspira más la segunda, pero fue muy difícil llegar a ella.

    Los invito a leer una entrada vieja de mi blog:http://urbe18.wordpress.com/2013/05/16/por-que-no-se-rayan-los-libros/

  8. Contesto a tu pregunta. Continuamente. Leer, escuchar relatos, ver cine… toda manifestación artística y no artística no para de sugerirme historias, personajes, diferentes posibilidades….

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