Al campo poema

Al campo

Tierra abierta al estío campesino bajo rayos dorados. Viste la flor de trigo mi camino, puente de faustos hados. Cantan los pajaritos, el molino trae cantos de arpados. Pétalos, néctar, litros de buen vino cubren labios regados.. El tiempo ora …

Diario de escribano

Escribo páginas en el cristal rosa de tu carne. Es mi dedicatoria, mi confesión, mi forma de amarte más allá de la poesía. Con la tinta de mi boca elaboro palabras infinitas, cuyas sílabas bordean tu cuerpo de musa y …

Romperse en pedazos

Te doy un soplo de aire. Te muerdo la boca. La mejilla. El cuello. Te vuelvo a morder. Torturo tu alma de doncella y azoto tus carnes. Tu cabeza contra la almohada. Tu espalda arqueada. Mi cuerpo sobre el tuyo, …

Al sexo

Yo escribo para joder, pa’ joderte bien jodida y sentir latir tu vida en tus labios de mujer. Yo escribo para follar y follarte en la despensa donde tu hálito se densa y tu cuerpo sabe a mar. Para joderte …

Sexología

Llegué a tu habitación en silencio, y ni siquiera te diste cuenta de mi presencia. Tras ocho horas, seguías sumida en el intenso estudio, repasando una y otra vez más y más apuntes universitarios. Con los codos hincados sobre el …

Mi reloj

Quiero apropiarme de tu tiempo, y que no tengas que estudiar, dormir o comer. Tan solo te dejaría ir al baño, para ducharte conmigo. Al ser dueño de cada uno de tus segundos, no deberías nada a nadie, ni siquiera …

La caricia

Despegarse los cuerpos como una bomba de relojería condenada a despedazarse en mil pedazos. Y van los cristales de las almas a esparcirse a través de los kilómetros, infinitos como el tiempo, infinitos como las ganas de comerte. Y en …

Los hombres de traje

Durante siglos la región había perdurado en paz y armonía, sin nada que pudiera romper su aparente tranquilidad. Los ganaderos ofrecían leche a cambio de hortalizas y los agricultores trucaban trigo y cereales por tocino y panceta. Los carpinteros tallaban …

Aprendiendo a escribir liras

Yo no sé escribir liras, lo intenté muchos años, y los versos me decían: “que miras, tú, juglar, tan diversos los versos que colócalos reversos! Se reían las sílabas de mí, y yo lloraba desquiciado. La estrofa imparisílaba de verso …

A los trovadores

A los trovadores

Vosotros que ensalzasteis el amor cuando eran todo bodas concertadas. Vosotros que escribisteis del color de las almas carmín enamoradas. Vosotros que sembrasteis el calor de la ternura contra las espadas que reyes medievales arman por un poco más de …

Tus ojos

Frente, sudario de perlas sobre cristal oceánico. Niña tus ojos son llave de los candiles volcánicos. Boca que sabe agua dulce bajo un acuoso remanso. Niña tus ojos son oda de los torrentes más cálidos. Pechos, soporte de estrellas del …

Columbograma

Arthur… no tengo mucho tiempo. El sonido de las cadenas repercuten en las paredes de mi mansión y los gruñidos de la criatura ensordecen los pasillos. Mi mano tiembla al escribirte esta carta. Tengo miedo, mucho miedo. No de la …

Duerme

Rejuvenece mientras duermes como un ángel sereno. Rejuvenece entre las plumas calurosas de mi apego. Descansa vida mientras sientes en tu rostro mi aliento. Descansa niña que nocturna no debe inculcarte miedo. Suspira dulce y lentamente abrigada ami cuerpo. Suspira …

Nexo

Gemiste al escucharme. Mi demostración de afecto significaba para ti mucho más que las constantes penetraciones que ahondaban en tu vientre, buscando el modo de perpetuar mi complacencia finita a expensas de partirte el cuerpo en dos. Te apretaste a …

La tentación

Es la tuya la sincera manzanita del paraíso que acaricio ya muy cerca ¡tentador que es el destino! Es pecado capital observar los corazones de la niña virginal y querer comer sus flores. La serpiente me envenena y me muero … Leer más

Igual que ayer

El jolgorio se acercaba a la medianoche. Los fuegos artificiales se avecinaban y los parroquianos se agolpaban unos contra otros, buscando ascender al firmamento. Entonces, otra vez igual que ayer, el ruido y el color rompieron la templanza del universo. …

Lujuria infinita

Hojas de terciopelo sobre las que escribir deseos, deseos de amor, de sexo, de eyaculaciones en tu vientre plano, de los picantes sabores de tu boca y de tu sexo. Tintas de sudor y efluvios corporales, solo visibles para nuestros …

Morir bajo tu pecho

Jodidas ganas de follarte, amor, sin pensar en el mañana ni en las palabras. Cogerte de la cintura estrecha y estrecharte como un trocito de pan contra la pared. Que ganas de quitarte la ropa a mordiscos, y ponerme tus …