Voz de trino

En los soportales de tus ojos quedé dormido, y aunque estaba a la intemperie no pasé frío. Me acunaste entre las pestañas como a un niño, cantándome aquella nana con tu voz de trino, y mientras pasaba la noche bajo …

Haikus sobre el amor

Flores erguidas sobre el tumultüoso mar del fervor. Muertes y vidas bajo el tacto rocoso del corazón. Tantas desdichas hundidas en el pozo de la razón. Y tantas dichas germinando del gozo de la pasión. Tan bueno y malo, tan …

El Tempranillo

El alba había roto en la serranía de aquel siglo diecinueve. Los rayos rosados se abatían incansablemente sobre los arbustos y el suelo terroso y amarillento. La luz, bienvenida, iluminaba el boscaje, las llanuras, las pendientes rocosas y las sendas …

Biografía de la historia

Con un beso reformular mi amor por ti y descomponernos en abrazos para juntarnos trocito a trocito con la templanza del lirismo épico, impropiedad de la poesía de la carne y el sexo, para acudir finalmente al apoteósico desenlace de …

Volarán las lucientes golondrinas

Volarán las lucientes golondrinas a tu terraza, donde un mensaje dejarán. Sus alas vibrarán frente a los cristales, y a ti, ¡hermosa!, te despertarán. Correrás a leer aquella epístola, en tu corriente soledad. Volarán mis palabras a tu flor de …

Fundirse

El viento agitaba las cortinas de una ventana entornada. Tras el vano, un colchón vibraba cadenciosamente, al ritmo controlado de unos cuerpos que se amaban. Se escuchaban sonidos tiernos, el frote de las caricias, los inocentes mordiscos que comían una …

Obra de arte

Los cuerpos descorchados en un abrir y cerrar de ojos. No hay más ropa que el aliento meloso que se pega a nuestra sudorosa piel; más caricias que las que se profesan nuestros genitales; más sonidos que el de los …

Copla de las vidas

¡Ay, la vida tuya!, aunque sea mía, ¡mío es vivir por la tuya vida! ¡Tengo vida, tengo!, por vivir mantengo mi vida ante tu vida, mi ego ante tu ego. Iraultza Askerria

la sirena triste

La sirena triste

Cuando lloras y me miras con tus ojos de agua pura, me ahogo como un náufrago en tu honda tristeza. La sal hiende la herida varada en mi corazón y el dolor crece y crece como mareas huracanadas. No veo …

La casa en llamas

El fuego envolvía por completo la casa abandonada. Trepaban las llamaradas por los altos muros, como serpientes vivas y rojas que se arrastraban zigzagueando por la superficie pétrea. Los bomberos y vecinos agolpados a las puertas del edificio convivían en …

Mi ángel, mi demonio

Me derrites el alma, corazón congelado. Eres ardiente y húmeda en mis brazos de cal. Pedacito de río y desierto eternal como un mundo en dos tierras cercenado. Elixir de mïeles ponzoñoso y letal. La caricia que araña por rencor …

Pinocho sin nariz

Pinocho sin nariz

Pinocho no tenía nariz, al contrario que los otros niños de la escuela. Cuando estos mentían quedaba de testigo una prominente punta nasal, la cual se extendía a cuanto más falso era el embuste. Pero pinocho, al carecer de nariz, …

Una niña llorando

En la habitación a oscuras, una luna discordante ilumina una cama que chirría. Y chirría con dos cuerpos atenazados sobre el colchón; uno abalanzado sobre el otro. Los gruñidos del hombre pegados al pelo de su esposa, cuyos ojos vacíos …

Sexo en la calle

Sexo en la calle

Te apoyas en la farola como una parte indisoluble del mobiliario urbano. Miras, contemplas. Traduces en versos el caminar de las doncellas. El poeta en la calle. Alberti. Pero hoy no quieres hablar de revolución. Hoy quieres hablar de sexo. …

Y ahora te lamentas

Y ahora te lamentas

Nunca quisiste creerme, nunca confiaste ciegamente en mí, nunca hiciste caso de mis opiniones, y mis consejos no valían nada. Y ahora te lamentas. Fui tu conocido, tu compañero, tu amigo, tu amante, tu amor, tu amante, tu amigo, tu …

El recuerdo de tu cara

El recuerdo de tu cara

Los pensamientos se deslizan por mi mente y paulatinamente adquieren la silueta de tu rostro. Es entonces cuando siento un deseo de besarte tan fuerte, que inexorablemente me pongo a llorar. Iraultza Askerria

Violadores y poetas desorientados

El mundo estaba lleno de oportunidades. Rubias, morenas, incluso pelirrojas. Algunas de piernas delgadas, otras gruesas, todas llamando a una boca ávida. En cualquier lugar aparecían: en los sueños, en el cielo, en cualquier punto del universo… Incluso en los …

Yo te he buscado

Yo te he buscado entre las rocas de un imposible, ante los muros de un monte enhiesto que se acrecienta con cada paso. Yo te he buscado entre los humos de un rato libre, ante las pocas gracias del lento …