Placeres solitarios

La saliva me cae por la barbilla mientras esbozo una sonrisa de euforia. Noto la humedad llegar hasta mi cuello, y a partir de ahí, unirse a los latidos de mi corazón revolucionado. Ante mí, la gente pasa a toda …

Una trastienda de pecados

¿Qué son las horas? ¿Y los días? ¿Qué son los años? ¿Qué es la vida? SSoloólo un martirio, un vía crucis, una mentira, una despensa donde apilamos los sermones, un baúl olvidado entre remordimientos, una trastienda de pecados y reproches. …

El trofeo de la guerra

«… dejarán como trofeo, a Príamo y a los troyanos, la argiva Helena.» Homero; Ilíada, canto II (verso 158). En un mundo tan competitivo como el nuestro, la palabra trofeo aparece constantemente en periódicos, televisión y cualquier otro medio de …

Balada de un anónimo

Duerme en tu pecho el ansia diametral de los recuerdos líricos de este hombre, te olvides quizá un día de su nombre al encontrar a otro mucho más cabal, mas será muy difícil del cristal de tus ojos quitar el …

La importancia de cuidar al lector

Un escritor sin lector no es nada. O dicho de otra forma, los escritores escriben, sencillamente, para que los lean. Por ello, para un autor de cuentos, poemas o novelas, sus lectores lo son todo en la vida, encarnan los …

Música para violines

Abres la ventana al amanecer. Respiras el aire puro de las montañas, la brisa cálida del mar y el abrazo exquisito de la naturaleza. Te sientes arropada por las cosas buenas del mundo y por la paz del universo. Ante …

Pacto con el diablo

Háblame de la historia del pecado que en tu cara creó gracia y lindeza, pues no habrá ningún sino más preciado que aquel que dio un comienzo a tu belleza. Por eso me pregunto atormentado si con Satán pactaste la …

Adiós

Tus palabras se han escapado, indomables y bohemias. Se han ido lejos, al otro lado del mundo, donde la realidad se confunde con los sueños y los sueños rozan la atemporalidad de la muerte. Allá te fuiste, prometiéndome que regresarías …

A imitación de los poetas clásicos

Yo quiero que tengamos un momento para leer a clásicos poetas que escribieron sonetos y saetas alentados por tierno sentimiento, y después imitar en nuestro aliento los mismos versos, rimas y cuartetas abrazando las mismas silüetas que guardan el amor …

Una pareja de enamorados

Tenía el rostro empapado por el sudor y los músculos doloridos por el monumental esfuerzo. Profirió un gemido de dolor, como si le estuvieran propinado una paliza, y luego se dejó caer sobre la cama, aliviando la agonía que aún …

A la perdición

Con el rostro desbordado por las lágrimas amargas, escuché un suspiro amargo de vosa alma desbordada. Yo no supe de tu labio encontrar sonrisa cara; y hoy así lo pago caro por faltarme tanta labia. Pues no supe darte amparo …

Mi fe divina

Permíteme tañer las cuerdas suaves de tu alma reventada por la ausencia de no tener tan cerca mi querencia y no poder gustar tus bienmesabes con mis labios capaces de hacer aves en tu boca extendida cual la esencia de una …

Una tarde corriendo

Aquella tarde salimos a correr. ¿Lo recuerdas? No hacía mucho calor, pero se estaba bien a tu lado. Incluso, me atrevería a decir que, salvo nosotros, el resto del mundo se estaba congelando en su frialdad. Así son los sentimientos, …

Soneto en métrica descendente

Abrigo hecho de estrellas, arrópame en tus manos; en tus manos, mi príncipe, de nuevo hazme dichosa, dichosa como el sol, como una mariposa, mariposa que vuela por los montes decanos. Profésame el calor de los veranos; veranos de lujuria …

Su espalda desnuda

… y entonces contemplé su espalda desnuda. Se recortaba suave y perlada bajo la luz del dormitorio. Mis ojos se deslumbraron ante la belleza de los hombros desnudos, de la cintura estrecha y de la piel tersa y morena. Tanta …

Diana

Sé que tuyo es el nombre de Dïana, para mí, sin embargo, eres tristeza; como lágrima de una estrella cana. como piel impregnada de aspereza.. Para mí no eres virgen, cual la diosa, eres la dionisíaca amante; como nívea luna …

Haikus a un mar asustado

Olas que os rompéis en desgarrados gritos de cobardía. Aguas que os doléis por los nocturnos hitos de la agonía. Mares… ¡no lloréis! que entre truenos malditos llega otro día. Iraultza Askerria

El corazón fue hecho para amar

Tomé tus labios con los míos

Tomé tus labios con los míos, y con las manos tomé tus pechos. Tal vez fue locura, tal vez amargura, pero al cabo, mis lágrimas cayeron sobre tus pezones. -¿Qué te pasa, mi vida? -dijiste. -Nada… que no te quiero. …