3 formas de bautizar a los personajes

Random term-of-endearment generator - Yersinia pestisCuando los personajes germinan en la mente del novelista, suelen aparecer con un carácter y un físico más o menos definido, pero la mayoría de las veces carecen de un nombre o un apellido. Es entonces cuando el autor tiende a buscar infatigablemente un nombre adecuado para su protagonista, antagonista o secundario; tarea que, muchas a veces, se alarga hasta lo indecible.

Como escritor, tengo que confesar que me cuesta una barbaridad elegir los nombres de los personajes de mis novelas; en serio: una barbaridad. Puedo imaginar sus caras, cómo actuarán o qué dirán, pero la identidad queda postergada a un segundo plano. Otras veces, en cambio, opto apresuradamente por algún nombre y a mitad de la obra, me siento obligado a modificarlo: el nombre no me gusta, me he cansado de él o me parece cacofónico. Esto me ocurrió con cada uno de los protagonistas de Sexo, drogas y violencia.

Sé que seleccionar el nombre de los personajes de nuestras novelas no es tarea fácil y por ello anoto aquí tres posibles alternativas que espero os puedan ayudar.

1 – Generación aleatoria de nombres

Si bien es difícil encontrar un nombre cabal para el protagonista de una novela, el problema se triplica cuando aparecen personajes secundarios como el padre, el repartidor de periódicos o la maestra de los niños. Individuos, quizá, no importantes, pero que necesitan un nombre.

Para estos casos propongo el uso de distintas herramientas que generan identidades completamente ficticias. Fake Name Generator es una utilidad web que permite escoger nombres entre una larga variedad de ramas lingüísticas como el inglés, el alemán, el árabe o el español. El servicio genera una identidad completa automáticamente, incluyendo nombre, apellido, edad y otros datos.

El siguiente enlace, también es recomendable para la generación aleatoria de nombres, aunque no apellidos. Por el contrario, explica el significado y origen etimológico de cada nombre, lo cual puede ser muy interesante para el escritor.

A aquellos autores que escriben fantasía o ambientan sus historias en mundos épicos, les propongo las siguientes dos herramientas: Wizards Character Name Generator y Generador de Nombres de Fantasía

2 – Listín telefónico

Con los avances de la tecnología, las tradicionales páginas blancas han quedado relegadas a un segundo plano. Todavía así este voluminoso libreto presenta una enorme diversidad de apellidos. Muchos de ellos nunca los habremos escuchado, otros los recordaremos con alguna que otra cara y algunos pocos nos inspirarán emociones literarias.

Navegar entre las hojas de las páginas blancas permite descubrir miles de identidades. Una buena forma de hallar un apelativo para ese personaje desconocido que aparece constantemente en los capítulos de nuestras novelas. Agustiano, Eukene, Recadero, Loreto, Anastasia. ¿Quién sabe?

Basta buscar unos minutos para encontrar un nombre oportuno.

3 – ¿Cómo llamarías a tus hijos o hijas?

Pregúntale a tu mejor amigo, pregúntale a tu ex-novia, al vecino del cuarto, al tabernero. ¿Cómo llamarían a sus hijos? ¿Qué otros nombres les hubieran gustado? ¿Cuáles odiaban?

Entrar en contacto con la gente, permite conocer pequeñas historias sobre este o tal nombre. Quizá para algunos resulte dificilísimo encontrar un nombre adecuado, pero habrá muchos padres, madres y progenitores primerizos que hayan pensado en ello incesantemente. Conocer estas preferencias puede ser un modo inmejorable de bautizar al protagonista de nuestra obra.

Los nombres forman un extenso vínculo afectivo y adentrarse en él puede ser el motor de nuestra imaginación literaria.

Conclusión

El nombre de un personaje de novela es su punto inicial de caracterización, en su rasgo número uno, es la forma con la que el lector lo identificará durante el resto de las páginas. Vale la pena ofrecer variedad para no confundir al lector con personajes que se llamen igual o parecido. Asimismo, hay que interesarse por la consonancia de nombres en cuanto a época o país. No es lo mismo una novela ambientada en el Reino Visigodo de Tolosa o en el Imperio Español del siglo XVI.

Ah, y se me olvidaba, si utilizáis algún truco para elegir los nombres de vuestros personajes, no tenéis más que comentarlo. ¡Gracias!

Los premios Liebster Award III

liebster-awards-3En estas primeras líneas quiere agradecer las aportaciones del blog Salvela, lugar en el que encontramos desde enlaces sobre literatura hasta comentarios y de novelas y libros. Igualmente, agradezco la nominación que este blog ha recibido a los Premios Liebster, y a este respecto, me dispongo a responder a las preguntas que proponía en su entrada:

¿Por qué un blogg?

En los tiempos que corren un blog es una forma impecable de llegar al mundo. Antes quizá las revistas literarias y las secciones de opinión en periódicos y diarios eran una tentativa ideal para darse a conocer; pero con la evolución de Internet y las tecnologías, una bitácora permite divulgar los pensamientos y las obras de cada uno con gran facilidad y rapidez. Con dichos argumentos, me embarqué en la aventura de montar y dirigir un blog.

¿Cuánto tiempo te lleva atender el blogg?

Es un tiempo difícil de medir. Hago un mínimo de tres publicaciones a la semana, generalmente un poema, un artículo y un relato. Si no incluyo el tiempo que necesito para escribir este material y considerando sólo los minutos requeridos para el mantenimiento del blog, publicación de contenido y revisión de comentarios, estimo que unas dos horas a la semana.

¿Qué te llevó a cultivar tu arte o dar noticias de otros artistas?

Cultivar mi arte… Prefiero llamarlo dar rienda suelta a la locura. Desde siempre he sentido vocación por la lectura y la escritura, prácticamente desde que era un niño. En la adolescencia inicié el recorrido real por la literatura, escribiendo poemas, novelas y relatos (de ninguna calidad, eso sí). Pero sólo fue a la edad adulta cuando me decidí a publicitar mis obras por Internet y a leer a otros blogueros; supongo que fue en ese instante cuando sentí la necesidad de desnudarme al mundo, en cuerpo y alma.

¿Qué crees que podría mejorarse, en general, en el mundo del blogg?

¿Cuál es el gran problema de los blog? Por un lado, la calidad de los contenidos: algunas bitácoras copian descaradamente en vez de compartir y aportar ideas, lo que llena la blogósfera de desinformación o, en el peor de los casos, ahoga la buena información.

Por otro, resulta muy difícil darse a conocer y salir a flote, por lo que una inmensa mayoría de pequeñas joyas están escondidas entre millones de entradas, sin que nadie llegue a leerlas.

Por estas razones, me gustaría disfrutar de una blogósfera más cooperativa y menos individual, donde no se busque el enriquecimiento personal, sino la aportación a la cultura y el saber mundial; una especie de blog multitudinario donde todos publiquen y aporten y ayuden y opinen.

Tal vez una utopía… o no.

¿Alguna vez el blogg os ha llevado a sentiros atrapados en una realidad virtual?

Bueno, creo que no; aunque nunca me había parado a pensarlo. El blog es una herramienta de comunicación social, que no puede reemplazar a la realidad no-digital. Es cierto que permite muchas cosas, pero carece del contacto humano y de las desahogadas conversaciones que surgen cuando tomas un café junto a otros artistas.

¿Consideráis el blogg una herramienta de cambio social, de acercamiento entre culturas?

Claramente: sí. La web y, por tanto, los blogs no conocen fronteras. Sirven además para compartir experiencias desde un lado a otro del mundo, lo que permite el acercamiento entre culturas, religiones, idiomas, pensamientos políticos, etc. Aunque frecuentemente sirve para la injuria y la ofensa, el blog siempre puede ser utilizado como una herramienta de entendimiento, cohesión y cooperación universal.

Cómo gestionar los personajes de nuestras novelas

“Conocer a un hombre y saber lo que tiene en la cabeza son asuntos distintos.”
Ernest Hemingway

Are You Gonna Go My Way? (Explored) - Joe Penniston

Ocasionalmente, el personaje de una novela puede aventajar al propio escritor en cuanto al conocimiento de la trama y el devenir de la historia. Esto ocurre cuando el protagonista, exento de todo obstáculo, avanza en el argumento con total libertad, interpretando su propia vida como si se tratase de un ser real.

Esto tiene diversos beneficios para la novela, pero también algunas desventajas. Este protagonista puede llegar a convertirse en un ser desconocido, tan evolucionado respecto al inicio de la obra, que el narrador puede olvidarse de cómo es, desconociendo a este personaje que creó con todo lujo de detalle.

Además, si la novela consta de varios protagonistas este problema se multiplica, y el autor puede encontrarse ante una amalgama de personajes cuya singularidad desconoce.

Anotar los rasgos de los personajes más representativos

Una de mis primeras recomendaciones es esquematizar la personalidad del personaje, y volcar esta información en un cuaderno aparte, en una etiqueta adhesiva pegada contra la pared o en un liviano archivo de texto. Gracias a ello, el autor podrá recordar de un vistazo el físico, el carácter y la historia más trascendental de sus protagonistas.

Naturalmente, este procedimiento requiere que el autor esté constantemente actualizando los datos de sus personajes; bien durante la lectura del manuscrito o antes de ponerse a escribir. Algún novelista podrá incluso interrumpir la escritura para anotar algo.

La ventaja es que el escritor nunca se olvidará de los atributos de ninguno de los personajes.

Durante la elaboración de la novela, el temperamento de cada uno está bastante asimilado por el autor. Sin embargo, cuando unos años después, éste se embarca en la ardua tarea de realizar la última revisión, el escritor puede haber olvidado muchos de los rasgos de sus protagonistas.

En definitiva, es muy recomendable disponer de una hoja que resuma esquemáticamente la idiosincrasia de los protagonistas de la novela.

A continuación una imagen con el método utilizado en mi novela “La elegante prosa de un asesino”. He eliminado bastantes referencias para no desvelar la trama de la obra, por lo que se trata de un simple esbozo. En cada celda aparecen reseñas de cada personaje, incluyendo entre comillas y en cursiva citas extraídas directamente del manuscrito.

Muestra gestión personajes

Retratar los personajes con imágenes

El personaje nace y perdura en la imaginación del escritor. Éste es capaz de oler, rozar y contemplar cada facción de sus protagonistas. A veces, sin embargo, puede ocurrir que la creatividad literaria no sea suficiente y el personaje aparezca en el cerebro del autor coma una forma difusa de brazos, piernas y cabeza. Además, es muy probable que éste sea el efecto cuando el novelista se haya desvinculado de la obra durante unos años.

La solución para este problema es bien sencilla: buscar fotografías, pinturas, retratos o imágenes que tengan un parecido exclusivo con nuestro personaje. Internet es un ingente lugar de información. Seguramente, nuestro personaje compartirá alguna similitud con algún dibujo o retrato existente en la web.

Hacer esto permitirá que jamás olvidemos el rostro y la fisonomía de nuestros vástagos literarios, sirviendo además de un apoyo constante.

Inspirarse en la vida real

Por último, quiero hacer hincapié en la necesidad de elaborar personajes heterogéneos y pulidos. El panadero, el conductor de autobús, la anciana, el vecino, etc. Todos deben aparecer en la novela como un personaje de virtudes y lacras, con sus peculiaridades distintivas.

Esto requiere un trabajo de creatividad enorme. Sin embargo, mi propuesta para la creación de estos personajes efímeros es la que sigue: inspirarse en los individuos que ya conocemos, fusionar las virtudes y los defectos de varios y concebir así una nueva identidad. De tal forma, cuando procedamos a introducir dicho personaje en la obra, nos será fácil describir sus facultades más simbólicas, evitando el ingreso de figuras planas e insustanciales.

Aquí termino estos pequeños consejos; tres procedimientos que servirán para resolver las carencias de los personajes de nuestras novelas. Siguiendo estos pasos podremos mejorar la simbiosis del escritor con los protagonistas, que frecuentemente nos traen de cabeza. Conocerlos a todos ellos y tener siempre a disposición una imagen o una lista completa de capacidades, favorecerá el proceso de redacción, corrección y revisión.

El escritor guarda mil personalidades distintas. Identificar cada una de ellas en su primer cometido como literato.

Historia del soneto: los orígenes

“Ben è alcuna fiata om amatore
senza vedere so ’namoramento,
ma quell’amor che stringe con furore
da la vista de li occhi ha nas[ci]mento.”
Giacomo da Lentini

Paper Writings: God & Shakespeare - L. Whittaker

El Reino de Castilla estaba sumido en una cruenta guerra contra las taifas musulmanas de al-Ándalus, cuando en Italia comenzaba a gestarse una forma poética que llegaría a conquistar todos los rincones de Europa occidental. Hablamos del soneto.

Los albores silicilianos

El soneto nació en Sicilia de la mano de Giacomo da Lentini, un poeta y notario nacido a principios del siglo XIII y fallecido en torno al año 1260. A él se le atribuyen 22 sonetos y ser uno de los máximos representantes de la Escuela Siciliana. La identidad de Giacomo da Lentini como artífice del soneto es naturalmente dudosa, como otros tantos capítulos de la historia. A pesar de todo, la estrofa ya estaba documentada en 1220, año que coincidiría con la juventud de este siciliano.

En cualquier caso, la nueva estructura poética viajó rápidamente por Italia, primero al sur y luego a las regiones centrales. Aquel incipiente soneto presentaba una métrica endecasílaba y una rima con la forma ABAB – ABAB – CDE – CDE.

La madurez del soneto

En la toscana, Guittone d’Arezzo (1235 – 1294) introdujo una variante en los cuartetos, utilizando la rima abrazada (ABBA); de él se conservan 250 sonetos. Contemporáneo de éste fue Guido Guinizelli (1230 – 1276), uno los escritores italianos más influyentes de la época y precursor de una nueva estirpe de poetas conocida como Dolce stil novo.

A esta generación de la segunda mitad del siglo XIII pertenecen autores como Guido Cavalcanti, Cino da Pistoia, Lapo Gianni o Dante Alighieri. Todos ellos cultivaron en mayor o menor medida el soneto. De éste último destaca la obra Vita nuova, donde Dante ensayó el soneto en honor a su amada Beatrice Portinari.

El gran sonetista

A principios del siglo XIV nació Francesco Petrarca. Es, sencillamente, el paradigma del soneto, el sonetista por excelencia. Su influencia es enorme en la poesía occidental ya que originó una nueva corriente conocida como petrarquismo. En su Cancionero aparecen 317 sonetos dedicados a su idealizada Laura. Estos poemas están compuestos por cuartetos, no serventesios, y tercetos de rima variada, una estructura que terminará inspirando a los autores castellanos. Por tanto, fue Petrarca el que dispuso la estructura definitiva del soneto.

Nuevos horizontes

Casi dos siglos de itinerario fueron necesarios para que el soneto se consolidara como una de las formas más notables de componer poemas. La métrica endecasílaba y la rima consonante señalaban un estilo noble y culto; sólo al alcance de los mejores poetas.

Pero a finales del siglo XIV el soneto sólo se había afincado en Italia, aunque no habría que esperar mucho más para empezar a leerlo en otros países europeos. Pero eso ya es otra historia.

Errores comunes en los personajes de nuestras novelas

“Los personajes no deben aparecer como fantasmas sino como realidades creadas, construcciones inmutables de la fantasía: más reales y más consistentes, en definitiva, que la voluble naturalidad de los actores.”
Luigi Pirandello

The Making of Harry Potter 29-05-2012 - Karen Roe

En todas las profesiones y vocaciones, los errores son comunes y están a la orden del día. No en vano, hay un dicho que cita «el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra». Mayor certeza, no habrá en el mundo.

Escribir es, posiblemente, una de las ocupaciones que más desaciertos genera. Sean gramaticales, ortográficos, estructurales o de estilo, hay profesionales que se dedican únicamente a la corrección de textos. Otros, como yo, sufren el acecho constante del fallo y el desliz, de una equivocación inenarrable o de un despiste difícil de perdonar.

Sin embargo, no considero que quien comete faltas ortográficas o gramaticales no sea un buen escritor. Considero que un mal escritor es aquel incapaz de imaginar un paisaje, narrar en un tono uniforme o caracterizar singularmente a su personaje protagonista. Y considero, asimismo, que de los errores se aprende y que para llegar a ser un gran escritor primero hay que ser un pésimo escritor.

Vamos a centrarnos ahora en los errores comunes que cometemos durante la creación de nuestros personajes, que en las novelas especialmente, requieren una verdadera atención. No se les puede perder de vista, y hacerlo puede suponer extraviar para siempre el hilo de una historia magistral.

El protagonista como fiel reflejo del autor

Uno de los peligros más habituales, y que acecha especialmente a los autores jóvenes, es crear personajes idénticos al escritor. Esto puede ser correcto si se trata de una autobiografía o de una novela en primera persona donde abundan episodios inspirados en experiencias personales. Sin embargo, cuando se trata de ficción pura, es un gravísimo yerro.

En ocasiones, el escritor concibe una idea y una trama ejemplar, un magnífico argumento y una ambientación completamente ficticia. Pero resulta, que cuando se pone a escribir, su protagonista toma la naturaleza del propio artista, sucumbe ante la soberbia del autor que lo ha concebido; piensa, habla y actúa como él. Así, el propio escritor se vuelve protagonista de su novela de ficción.

Es un error muy habitual, especialmente al principio, y cuya única solución es distanciarse por completo de la historia y comprender que el protagonista debe interpretar su propia historia, no protagonizarla el propio autor.

No conocer a los personajes

El lector no tiene que saberlo todo sobre los personajes de la novela. El autor, por el contrario, debe conocer lo absolutamente todo, cualquier detalle. Desde cómo se llamaba su padre hasta dónde conoció a su chica.

Desconocer cualquier rasgo del protagonista hará de él un personaje hueco, vacuo, insustancial. El lector debe asimilar las características más distintivas del protagonista. El escritor debe conocer todas las demás.

Escribir es la capacidad de imaginarse otra vida con todo lujo de detalles. Una armonía plena entre el escribano y el protagonista hará que la novela siga por un buen cauce. Esta simbiosis es vital para uno u otro, y sobre todo, para atrapar al lector durante el resto de la narración.

La pasividad del personaje

Un fallo garrafal es construir frente a nuestro compañero un camino largo y recto. Sin curvas, sin obstáculos, sin señales de prohibido el paso. El protagonista de una novela debe sufrir y reír, llorar y pensar. Debe exhibir un dinamismo propio de los héroes. La pasividad condenan a un personaje y a toda una obra al olvido y al aburrimiento. Personajes activos y vivos aferran al lector a la trama, enganchan su curiosidad hasta el final de la obra.

Igualmente importante es la evolución de los personajes. Un protagonista que empieza y termina la novela de la misma forma es un personaje incompleto. ¿No ha aprendido nada tras tantas páginas? ¿No ha cambiado nada en su alma? ¿No ha odiado o amado o vivido o sufrido? Si lo ha hecho, el escritor tiene que demostrar estas transformaciones en la personalidad de su protagonista.

Como anexo a esto y conociendo la popularidad que la obra tiene en estos momentos, recomiendo la lectura de la saga Canción de hielo y fuego para comprender cómo debe evolucionar un personaje. Los protagonistas de estas novelas están perfectamente caracterizados y se hace patente la transformación de cada uno de ellos a lo largo de la trama. Aunque no la considero una obra maestra de la literatura, la caracterización de los personajes de Juego de tronos es magistral.

Los personajes planos

Debido a que no todos los personajes son protagonistas, no todos cumplen la misma función y, por tanto, no todos requieren la misma atención por parte del escritor. Los personajes secundarios, aunque importantes, no deben ser más tangibles que los protagonistas.

Ahora bien, tampoco hay que llenar la obra de personajes planos. Si bien los protagonistas son como un hijo, los restantes personajes deben actuar como un amigo o un conocido del autor. Un ser que pueda darse a conocer con una cara y una personalidad, independientemente de que nos importe o no dónde nació o cómo se llama.

Una equivocación muy frecuente es describir estos personajes homogéneamente; volátiles y tenues como el vacío. Descripciones genéricas como “alto y delgado” o “calvo y de ojos azules” aburren y empañan de monotonía una buena historia. En la vida real cada individuo destaca por sus grandes defectos y sus grandes virtudes; igualmente cada personaje de la novela —por poca importancia que pudiera tener— debe representarse con los rasgos más distinguidos de su forma de ser.

Hay que tener en cuenta lo siguiente: para que el lector se imagine un personaje, el escritor tiene que habérselo imaginado primero.

Errores a evitar

En definitiva, hay que evitar engendrar personajes idénticos al autor, sin detalle, vacíos, incompletos, genéricos, pasivos, sin dinamismo, planos, que no crecen, que no evolucionan y que no han sido imaginados previamente.

Si evitamos estos errores nuestros personajes estarán llenos de vida y avanzarán por la novela demostrando personalidad, carácter y progreso. Conseguirlo no es difícil siguiendo unas pautas y unos pequeños trucos que expondré en un próximo artículo.

Y ahora, como último apunte, igual que dedicamos largas horas a la elaboración de la trama, debemos dedicar el mismo tiempo a la concepción de los personajes. Hacerlo hará de nuestra novela una obra completa.

El Mausoleo de Halicarnaso

Mucho antes del nacimiento del ilustre Alejandro Magno, la península de la Anatolia —actual Turquía— pertenecía al Imperio aqueménida persa. Los aqueménidas favorecieron la autonomía de las regiones locales mediante el sistema de satrapías. Éstas eran unidades geográficas y administrativas gobernadas por un único sátrapa, que a su vez estaba subordinado al emperador persa.

Caria y la dinastía Hecatómnida

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Una de estas satrapías pertenecía a la región de Caria, ubicada en el extremo suroriental de Asia Menor. A principios del siglo IV a. C., un nuevo linaje adquirió la satrapía del lugar. Se trataba de una familia de origen cario, que llegó a fortalecerse y a enriquecer las arcas estatales, convirtiendo Caria en una próspera comarca.

El primero de estos reyes carios fue Hecatomno. Gobernó entre 391 a. C. y 377 a. C. Además de Caria, obtuvo por intervención del emperador persa el gobierno y la administración de Mileto, la mayor ciudad griega de Anatolia. En consecuencia, Hecatomno no sólo logró una importante prosperidad, sino que también recibió la influencia de la cultura griega, algo que llegó a fascinarlo.

A la muerte de Hecatomno, su hijo heredó la satrapía y se inició una nueva y vital página en la historia de Caria, conformándose así una nueva capital.

Halicarnaso: la nueva capital

El nuevo sátrapa demostró una desbordante inteligencia tanto en lo civil como en lo local. Obtuvo una posición favorable dentro del Imperio Aqueménida, conquistó algunas ciudades griegas y entabló prósperas alianzas con otras localidades cercanas. Además, trasladó la capitalidad de la región. La nueva capital fue Halicarnaso. Esta metrópoli pronto adquirió fama, riqueza y un aumento progresivo de la población, además fue embellecida con plazas, estatuas y monumentales edificios.

Pero este segundo gobernador de la dinastía Hecatómnida aún quería más. Antes de su muerte, proyectó y ordenó la construcción de un inmenso y colosal edificio funerario, que habría de alberga su cadáver. Se sabe que contrató a los arquitectos griegos Piteo y Sátiro de Paros para tal empresa.

Tras veinticuatro años en el poder, el sátrapa murió en el año 353 a. C., dejando una esposa desolada por un profundo dolor. Se llamaba Artemisia y se perfiló como la gran artífice de esta ancestral historia.

El Mausoleo de Halicarnaso

Mausoleo_de_Halicarnaso

Fallecido su esposo, Artemisia se sumió en un abismal sufrimiento, muy próximo a la locura. Pero más que demencia, era un amor fiel y sensato que no buscaba sino venerar a su difunto cónyuge. Para ello buscó a los mejores arquitectos y escultores, queriendo culminar el monumental sepulcro comenzado primeramente por su marido. A la llamada de Artemisia llegaron célebres artistas griegos como Briaxis, Escopas, Leocares o Timoteo. El edificio resultante fue una obra maestra de la arquitectura y la decoración escultórica.

45 metros de altura, 38 de longitud y 32 de ancho hacían de este monumento funerario algo colosal. La obra se dividía en tres pisos. El primero de ellos albergaba en la fachada una profusa ornamentación de bajorrelieves, inspirada en escenas mitológicas, bélicas e históricas. En el segundo piso se alzaba un recinto de 36 columnas, rematadas mediante estatuas de dioses griegos. El último sector estaba coronado por un espectacular techo piramidal. Sobre él mismo, se ubicaba una cuadriga tirada por cuatro corceles que portaba las efigies de Artemisia y su difunto esposo.

El amor de una mujer propició la gestación de esta obra maestra de la arquitectura. Su fama precedió a la de Halicarnaso durante más de quince siglos. El Mausoleo de Halicarnaso fue una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.

La etimología de mausoleo

Por propia voluntad, se ha omitido el nombre del difunto esposo de Artemisia. Ahora debemos regresar a él. Este sátrapa que reinó durante 24 años en Caria, falleció en el 353 a. C. y tras ello, fue conducido a la tumba erigida para él. Se llamaba Mausolo, y el lector habrá adivinado con esto el origen de la palabra mausoleo.

La imponente tumba funeraria de Mausolo no tuvo parangón. Fue el monumento sepulcral por antonomasia, y desde entonces toda tumba magnífica y suntuosa ha sido llamada mausoleo. Artemisia había rendido un inmenso homenaje a su marido, haciendo que su nombre perdurase en la eternidad. Cada vez que se quisiera enaltecer la figura de una persona tras su lecho de muerte, todos tendrían que recordar a Mausolo, a Artemisia y al Mausoleo de Halicarnaso.

Es curioso como la historia tiene el poder de desechar y acoger nombres. Algunos apelativos fluyen por los siglos sin mácula y llenos de pureza, arraigándose en las lenguas de una u otra región. El nombre de Mausolo y su sustantivo derivado son prueba de ello. Prácticamente, todas las lenguas occidentales tienen el vocablo mausoleo en su diccionario.

Desde el Taj Mahal, hasta el Ángel de la Independencia, pasando por el Mausoleo de Qin Shi Huang o la Tumba de Jahangir. Emblemáticos edificios todos ellos y monumentos sepulcrales, que recuerdan de una forma u otra al primer mausoleo de la historia: el Mausoleo de Halicarnaso, el mausoleo de Mausolo.

Sobre los personajes de las novelas

“Hago los personajes para que vivan su propia vida.”
Ray Bradbury

Be seeing you - Oliver HammondLa complejidad de la novela se centra en una estructura más o menos fija, como pudiera ser el tiempo, el narrador y la ambientación de los lugares donde se desarrolla la trama, y un ente vivo y dinámico, que se adapta y evoluciona con el devenir de la historia: los personajes.

Los personajes son el núcleo central de la obra, sean protagonistas, antagonistas o secundarios de un diálogo y poco más. Con ellos el nudo se enlaza y se desenlaza, el tiempo fluye y los lugares cobran emociones y vida. Son el vehículo del argumento, la acción de la narración, la vida del espíritu literario. Por todo ello, los personajes que componen una novela son uno de los recursos más preciados de la obra, y también, los más difíciles de gestionar.

Si bien la correcta ambientación de una historia radica en una exhaustiva documentación por parte del autor —dependiente, claro está, del género a narrar—, los personajes no pueden documentarse de ningún modo —siempre y cuando, claro está, no se trate de un sujeto histórico—. Debido a esta peculiaridad, hace falta ser padre, madre, amante, amigo y psicólogo para poder crear los personajes de una novela con total verosimilitud. Digo más: el escritor se equivale al mismísimo Dios, capaz de crear un mundo y engendrar vida en él.

Sin embargo, este inmenso poder adolece de varios efectos secundarios, que en ocasiones se trasmite a los personajes concebidos. Porque si el escritor no conoce todos los pormenores de su personaje principal, significa que ha originado un ser incompleto. Y un ser incompleto no es un ser humano, es un monstruo.

¿Nombre? ¿Nacimiento? ¿Familia? ¿Estudios o profesión? ¿Aficiones? ¿Secretos? ¿Remordimientos? ¿Adolescencia fácil? ¿Infancia difícil? ¿Moral? ¿Honestidad? ¿Cómo saluda? ¿Cómo se despide? ¿Fisonomía? ¿Color de ojos? ¿Timbre de voz? ¿Cuál es su forma de vestir? ¿Por qué fuma o deja de hacerlo? Y lo más importante… ¿cómo evoluciona el personaje durante la trama?

Puede parecer complicado, insufrible o excesivo; pero hay que aceptar la siguiente premisa: si un personaje llega a determinada situación y el autor duda de cómo éste se enfrentará a la misma… Fin de la historia. Si el propio escritor vacila con la personalidad o la actitud de su personaje, el lector no podrá identificarse con él, ni amarle, ni odiarle, ni sentir cualquier tipo de emoción o sentimiento ante una criatura inválida que recorre un capítulo tras otro sin la menor consistencia.

Así que aunque pueda parecer desolador la tesis representada en este pequeño artículo, se debe asimilar que la integridad de un personaje —personalidad, fisonomía, pensamiento e historia— es vital para una novela. He de apostillar, además, que aunque puede parecer imposible generar un personaje con tanto nivel de detalle, el proceso de creación no es tan complicado, siempre y cuando se conserven ciertas pautas y se tenga la voluntad de corregir incoherencias. Pero todo esto intentaré explicarlo en la segunda parte de este artículo, estudiando los errores más comunes a la hora de crear personajes.

¿Y vosotros qué importancia le dais a los personajes de vuestras historias?

Iraultza Askerria

Los premios Liebster Award II

Después de una semana, aquí os dejo un listado de mis nominados a los premios Liebster Award. Son muchos los blogs que leo con frecuencia, lo que ha provocado que mi elección final haya sido fruto de un exhaustivo análisis; pero tras varias consideraciones me he decantado finalmente por los siguientes once:

Cuentos de amor y sexo

Ecos de la distancia

El blog del artista frustrado

El narratorio

El sonetero

Literaðura

LucíaBolívar

Rincón del artísta

Salvela

Sere curioso

Yo Me Mi… pero Contigo

Once cuestiones a responder

Y finalmente estas son mis preguntas para estos grandes blogueros, que con su tiempo y dedicación contribuyen a la diversidad de la blogósfera.

  1. ¿Qué te impulsó a crear un blog?
  2. ¿Escribes en algún otro blog propio o colaborativo?
  3. ¿Con qué periodicidad escribes o publicas?
  4. ¿Prefieres escribir en papel o en algún medio digital?
  5. ¿Cómo definirías, brevemente, el contenido de tu blog?
  6. ¿Novela o cuento?
  7. ¿Poesía o prosa?
  8. ¿Qué artistas o autores/as te han influenciado a lo largo de la vida?
  9. ¿Lees con frecuencia o diariamente? Y si es así, ¿en qué momento del día?
  10. ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
  11. ¿Qué opinión te merece el Blog de Iraultza Askerria? 🙂

Asimismo, animo a cualquiera a responder a estas preguntas. ¡Gracias por la visita y mi enhorabuena a los nominados!

Los premios Liebster Award I

Liebster-AwardHe de agradecer con total sinceridad la nominación que ha recibido este sitio a los premios Liebster Award, de la mano del blog Palabras comunes, que enlazo aquí mismo. Independientemente de la temática que trate, un bloguero tiene la necesidad de ser leído, comentado y compartido, del mismo modo que siente la curiosidad imperiosa de ver y leer lo que otros bloggers tienen entre manos.

Muchos lectores se preguntarán qué son los premios Liebster Award. Estas distinciones son entregadas por gente que escribe blogs, y se conceden, igualmente, a gente que escribe blogs. Por lo tanto, es un método infalible de difundir y compartir esta pequeña cultura aportada por cada uno de nosotros.

Es importante remarcar que los blogueros galardonadoscon estos premios, tienen el deber y el derecho de nominar a otros blogs, además de contestar a las preguntas formuladas por aquel o aquella que lo premió previamente. Por tanto, es una red inmensa de preguntas y respuestas, de compartir contenidos propios y ajenos y, en definitiva, sentirse dentro de una familia tan grande como lo es una comunidad en red.

Así que, sin más preámbulos, vamos allá:


Respondiendo a las preguntas de Palabras comunes

 

¿En dónde encuentras la inspiración para tus posts?

Hace pocas semanas publicaba varios artículos donde revelaba mis fuentes de inspiración; haciendo hincapié en la lectura, en las imágenes visuales y en la experiencia personal como centros motivadores para la escritura.

¿Por qué expresarte a través de un blog?

Sencillamente, porque no debe limitarse ninguna forma de expresión, y además, los blogs son una forma especialmente fácil de compartir y transmitir contenidos, por no alabar las posibilidades que ofrece a la hora de contactar y conocer a otras personas que comparten inquietudes parecidas.

¿Cuáles son tus expectativas con respecto a la lectura en general?

En lo personal, soy un devorador de literatura. En general, creo que la lectura es un vehículo mágico que nos permite concentrarnos en misterios, descubrir novedades, conocer nuevos mundos, evolucionar como personas y aprender y saber y conocer. La lectura siempre estará presente en la sociedad humana.

¿Qué momento consideras es más propicio para escribir?

Todos. Cuando el cuerpo lo pida. He escrito antes de acostarme, después de levantarme, en el trabajo, en el tren, en la larga espera, ebrio, entre lágrimas, asustado, feliz e incluso sin ganas… Cualquier momento es idóneo y no considero que haya un instante ideal especialmente propicio para escribir más o mejor. Simplemente, hay que ponerse.

¿Con qué propósito escribes?

Por salud, claro, si los escritores no escribiesen acabaríamos todos en el manicomio. Es una necesidad apremiante sacar las ideas locas de la cabeza y dejar la imaginación libre de tramas, personajes y versos. A parte de este pensamiento tan poco romántico, también escribo por placer y, por supuesto, para ser leído, criticado, vilipendiado o alabado.

¿Qué fue lo que influyó para decidirte a compartir lo que escribes?

Han pasado tres años desde que comenzara este proyecto en forma de bitácora, y más de una década desde que comenzara a escribir asiduamente. Me resulta difícil contestar a esta cuestión después de tanto tiempo. Supongo que sentía la urgencia de sacar los papeles escritos del cajón y dejarlos libres en la blogósfera.

¿Cuál es tu opinión sobre los blogs en general?

¡Qué somos una gran familia! Y cada miembro aporta su granito de arena. Casi sin darnos cuenta estamos escribiendo la historia de la humanidad, cada cual entregando una parte de su conocimiento y sabiduría, sin tapujos, sin miedos, con total libertad.

¿Consideras que la publicación electrónica sustituya a la impresa?

Prefiero no verlo como una sustitución, sino como un complemento. Independientemente del medio, lo importante es la publicación y la divulgación de contenidos. Como los colores, que sea más apropiada la publicación impresa o la electrónica es cuestión de gustos.

¿Realizas algún tipo de ritual antes de escribir?

¡Ninguno! No tendría tiempo, y además, soy enemigo de la rutina. A pesar de todo, el fin de semana, antes de enfrentarme a la narración de tal o cual escrito, acostumbro a tomarme un café bien cargado.

¿Qué me dices del nombre de tu blog?

Que es aburrido, soso, inconcreto, ordinario y, en resumen, un gran error. Pero del mismo modo que no se pueden cambiar los nombres de nuestros hijos, ya es tarde para cambiar el de este blog. Así que de momento, seguiremos así: “Blog de Iraultza Askerria”.

¿Qué prefieres? ¿Una red social o un blog?

Aunque considero que son herramientas completamente diferentes, me decantaré por el blog. Pienso que es algo más personal e íntimo, un modo de mostrar nuestros secretos y abrir sólo las puertas que consideremos adecuadas.


Compartir es vivir

Os invito a contestar en los comentarios a alguna de estas preguntas que me han formulado a mí. Como sabéis, soy amigo de compartir opiniones y puntos de vista, y algunas de estas cuestiones anunciadas en Palabras comunes me han parecido muy interesantes.

Ahora es mi turno formular once preguntas y dar a conocer a otros once blogs. Pero eso requerirá un profundo trabajo, que espero tener listo para la próxima semana.

¡Manos a la obra!

Los escritores y sus fuentes de inspiración (IV) – La experiencia personal

“La literatura es mentira; pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios”.
Juan Rulfo

Memories. - Silvia Viñuales

Anteriormente, trataba de esclarecer por qué leer a los demás y observar imágenes ajenas son motivo de inspiración para los escritores. En este artículo, hablaré de las musas que nacen de las experiencias personales, de las confesiones y de los episodios que forman parte de nuestra vida.

El ser humano, por ser una especie social y creativa, tiene la necesidad desbordante de contar lo que le pasa, lo que le ocurre, lo que piensa. La literatura es la forma más sencilla de relatar estas sensaciones y pericias. Por esta razón, muchas obras literarias están basadas, en mayor o menor medida, en la vida del propio autor.

Ejemplos que me vienen a la cabeza son La dama de las camelias, de Alejandro Dumas, o La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro. Analicé la primera obra en este mismo blog, comentando su género autobiográfico. El segundo libro, sin ser una autobiografía, está inspirada tras el nacimiento del nieto del autor, momento en el que concibió esta ejemplar novela de ficción.

En mi caso particular, la vida personal me ha inspirado pequeños relatos, cuentos y poemas. Algunas creaciones son vivencias completamente auténticas, otras impresiones que surgen en determinados momentos, como visiones de mi alrededor enfocadas desde la imaginación más productiva.

El género autobiográfico

La escritura primitiva surge de la necesidad de expresar los sentimientos personales. Consecuentemente, son muchos los casos en los que la primera obra del autor se inspira en sus confesiones o en la propia vida. En otras ocasiones, los protagonistas de la novela inicial tienden a parecerse muchísimo al escritor.

Este género primerizo que ronda la autobiografía atiende a la sencilla razón de que muchos autores escriben para uno mismo y, posteriormente, para los demás. Esta actitud es común y totalmente aceptable; pocos escritores habrá que no hayan comenzado a escribir por el apremio de relatarse a sí mismos.

Por ello, la autobiografía, más o menos verídica, es una de esas fuentes de inspiración que surge en los albores de la escritura y que siempre está presente de una u otra forma.

Las vivencias personales

La madurez y las vicisitudes de la vida que surgen a lo largo de los años, son una fuente inagotable de creatividad y sabiduría. A la hora de revisar el pasado, un escritor puede inspirarse con anécdotas de su niñez, su juventud, su trabajo, su familia… y concebir gracias a ello una historia de ficción.

En lo personal, me considero un escritor muy asiduo a contar mis experiencias. En la obra Rayo de luna, las tres cuartas partes de sus textos se encuentran influenciadas por algún episodio de mi vida, algunos escritos con total sinceridad y otros en un contexto más ficticio.

En este mismo blog, hay decenas de microrrelatos inspirados por la cotidianidad de mi vida y tantos otros poemas, ejemplos que recuerdo sin meditarlo en exceso son: Cuando a una joven ves bailar, El cinturón de Orión, Karina, Una mañana de agosto o Velocidades. Cada cual tiene un punto de verdad y un punto de ficción.

Nuestro entorno

Por último, hay que hacer hincapié en el descomunal influjo que el entorno tiene sobre nosotros. De hecho, tantos microrrelatos he escrito inspirados en mi propia vida como en la vida de los demás: a quienes veo, a quienes escucho, a quienes hablo…

A veces basta atender a las palabras de un desconocido para que esto encienda una idea en nuestro corazón. A veces es suficiente con descubrir un rostro insólito en cualquier centro comercial para descubrir el personaje de una novela de ficción. A veces nuestro alrededor, más o menos ajeno, oculta sagas y poemarios, relatos y cuentos. Descubrir el mundo y cuanto nos rodea es una de las fuentes más completas para la musa de un literato.

En definitiva, os animo a todos vosotros a mirar dentro de vuestros a corazones, a escuchar a familiares y a amigos y a observar la inmensidad del mundo para escribir vuestras obras de arte. Místicamente hablando, la vida de un escritor está íntimamente ligada al espíritu de todas las cosas y entes; porque en cualquier objeto y ser vivo aguarda una musa ansiosa de que un artista la encuentre.

Iraultza Askerria

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