Rostro de invierno

Recoleta - {author}Tenías el rostro desdibujado por las lágrimas.

El viento de la costa, tan irascible en los límites del litoral, te azotaba la cara helando el llanto de tus ojos y formando ríos de escarcha alrededor de tus mejillas. Los labios, timoratos, estaban húmedos de salitre y parecían descarnados a causa de los gemidos inconsolables de tu alma. La flor del verano que había sido tu rostro era ahora menos que un tallo de invierno.

Mientras tanto, se extendía ante ti el acantilado de la muerte, y el viento te arrastraba a su seno.

Iraultza Askerria

Envejeciendo

Envejeciendo Juntos. - francisco javier vega santana

Tomaré de tus manos la fría primavera
convertida en un vasto terreno desflorado,
y la culpa daremos al hado despiadado
por volver horroroso lo que precioso fuera.
Tomaré luego triste lugar a tu ribera,
recordando lo hermosa que fuiste en el pasado
cuando aún pocos años habíamos andado
por la tierra y el sol, ¡quién ora los tuviera!
Al presente cambiamos, razón de la vejez,
que en arrugas convierte la más venusta tez
acercando implacable el final a la razón.
Mas yo siempre diré, habiendo lucidez,
un pedazo de vida, una poca  avidez,
que jamás dejaré de darte mi pasión.
Pues sigues siendo hermosa para mí
incluso en la mudanza mortecina,
ya que no importa el fin
mientras fielmente afina
la costumbre de amarte
sin más condicionante.

Primera composición sin título

Trazos amargos de una soledad
que en tu anciana cara parecen lágrimas,
son fruto del correr adolescente
de una indecente ánima.

Pues gozaste de tan buenos momentos
cuando siendo una espléndida chavala
desaprovechaste tu virtuosismo
entre chicos y camas.

Tu bebías, bailabas, divertías,
y tu padre decíate con calma:
«madura, que los trenes nunca esperan»
mas tomábaslo a guasa.

Ahora yaces perdida, sollozando,
escondida en la noche como rata,
y nada habrá, ni nadie, que a la postre
logre salvar tu alma.

Iraultza Askerria