Jun62017
Archivo de la etiqueta: Teatro
Mar142017
Breve tragicomedia sobre una muerte
Oigo algo tras la puerta…
Un afilado sonido
como oxidado alarido.
¿Habrá esta noche reyerta?
Muerte
¡No te asustes, desalmado!
Yo
¡Por mi alma que me asusto!
¿Quién va?
Muerte
La Muerte, con gusto.
Yo
¡Ay, Dios! Mi fin ha llegado.
Muerte
¡Calla! En nombre de Dios.
Yo
¡Ay, señor! No os teme él.
Muerte
Para nada. Si fue aquel
quien mando cortarte en dos.
Yo
¿Mas por qué? Yo nada he hecho.
Muerte
¡No lo sé! ¿Qué más decir?
Se lo podrás tú inquirir.
Yo
¿Sí?
Muerte
¡En el cielo!
Yo
¡Qué despecho!
Muerte
No te quejes que por menos
otros mueren sin quejarse;
y a quienes deben matarse
aún siendo los mas buenos.
Yo
¡Infeliz! Ver tu guadaña
ya me deja sin aliento.
Muerte
Y en breve el pensamiento.
Yo
¡Cruel!
Muerte
¿Acaso te extraña?
Yo
Para nada.
Muerte
Anda vamos…
Que muy tarde ya llegamos…
May42014
Breve biografía de Esquilo
De los tres poetas trágicos, Esquilo es el más antiguo de ellos. Se sabe que nació en el año 525 a. C. en Eleusis, ciudad situada a apenas 20 kilómetros de Atenas, en el seno de una familia noble de dramaturgos.
A pesar de que se dedicó a la poesía desde muy joven, no obtuvo su primera victoria en composición dramática hasta el año 484 a. C., cuando frisaba los cuarenta años. El número de ocasiones en que Esquilo se hizo con el primer premio es discutido, si bien algunos autores sitúan la cifra en trece, otros la elevan hasta las veintiocho victorias. Lo que es cierto es que de sus siete obras conservadas en la actualidad, seis fueron merecedoras del premio.
La genialidad de Esquilo queda defendida por el hecho de que, ya fallecido, sus obras siguieron presentándose en los certámenes trágicos, de la mano de su hijo Euforión. Su primogénito logró el primer premio en cuatro ocasiones presentando las obras de Esquilo. Aunque los jueces no permitían que las obras de los difuntos se repusieran en el certamen, con Esquilo hicieron una excepción, lo que atestigua la fe que Grecia tenía en él.
El grueso de su composición asciende a unas ochenta obras, si bien el número no ha podido ser corroborado aún y podría ser incluso mayor. Desgraciadamente, tenemos que contentarnos con apenas siete obras completas y otros tantos fragmentos.
Al igual que su legado trágico, la vida de Esquilo está salpicada de anécdotas muy interesantes. No en vano, tuvo la suerte de vivir en uno de los períodos mas trascendentales de Atenas, lo que dejó una importante huella en sus composiciones, tal y como veremos a continuación.
Esquilo sufrió la tiranía de Hipias, quien fue derrocado entorno al año 510 cuando el poeta era un adolescente. Con el ascenso de los partidarios del sistema democrático, se iniciaron movimientos sociales, reformas políticas y la desarticulación de antiguos grupos tribales que abusaban del poder. El objetivo final era promover la participación ciudadana en las instituciones.
Sin duda, Esquilo creía ciegamente en este sistema político, tan ecuánime y justo, lo cual se dejó sentir en la tragedia Las Euménides (458 a. C.), donde el consejo de Atenas simboliza la garantía de la justicia, el orden y el derecho. Si bien Esquilo vivió cuando ya la tiranía dejaba paso a la democracia, las competencias de una y otra siguieron enfrentadas durante varias décadas.
Muy importante es la participación militar de Esquilo, entre la década del 490 a. C. y 480 a. C., que coincidió con las aspiraciones expansionistas de los persas. Se sabe que participó en la popular Batalla de Maratón y en la Batalla de Salamina, que concluyeron en una victoria decisiva para el contingente griego. De las experiencias vividas en estas confrontaciones, Esquilo gestó la tragedia Los persas en el año 472 a. C..
No quedaba mucho, apenas cuatro años, para que Esquilo y Sófocles se enfrentaran en un concurso dramático que aupó al segundo por encima del primero. Posiblemente, esto significó el declive profesional de este enorme artista, que comenzó a frecuentar Siracusa y murió en la ciudad siciliana de Gela en el año 456 a. C..
Esquilo fue un poeta amante de ligar sus obras en trilogías, componiendo así una idea completa que podía independizarse en otros tantos conceptos. También destaca en él la trascendencia del desarrollo de la historia y los escenarios, minimizando la importancia de los personajes. Esto hace comprender la creatividad de Esquilo, experto en aprovechar las filigranas visuales de la escena.
En sus temas se encuentran varios elementos fundamentales, como puede ser la ideología política, ya mencionada anteriormente, o el dolor humano como eje central del guión que conduce al protagonista hacia el conocimiento, protagonista que, en multitud de ocasiones, hereda la culpabilidad de sus ancestros, convirtiéndolo en un personaje inocente que, sin embargo, sufre.
Aquí finalizamos esta breve biografía de Esquilo, habiendo querido introducir a este personaje clásico, tan importante en la literatura, gracias a obras tan descomunales como Agamenón o Los siete contra Tebas.
Abr272014
Las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides
Los nombres de Esquilo, Sófocles y Eurípides, también el de sus obras, se han venido archivando a lo largo de la tradición occidental, desde el siglo V a. C. hasta nuestros días. Por desgracia, el grueso de sus composiciones no se conserva y tan sólo han sobrevivido algunos pocos manuscritos medievales donde se incluyen las siete tragedias de Esquilo, las siete tragedias de Sófocles y las diecinueve obras de Eurípides.
Se trata de una recopilación de treinta y tres obras de la Antigua Grecia, germen de lo que fue el teatro antes de nuestra era, cuya cifra, aunque pueda ser considerable, no es más que un vestigio de cuanto escribieron los poetas trágicos. Gracias a las citas de los tragediógrafos contemporáneos de Esquilo, Sófocles y Eurípides, así como a los fragmentos que han sobrevivido de los mismos, podemos hacernos una idea de las muchas composiciones que el tiempo y el olvido le han robado al arte.
Sea como fuere, son muchas las obras irrecuperables de estos tres dramaturgos clásicos, pero por suerte, las que han perdurado permiten comprender, de primera mano, el teatro de la Antigua Grecia y la trascendencia de estos tres personajes.
Resumiendo, el estudio de Esquilo, Sófocles y Eurípides se limita a las treinta y tres obras conservadas por los manuscritos medievales, en ediciones impresas a partir del siglo XV. Las obras pueden enumerarse siguiendo la fecha de composición, que en ocasiones es confusa, aunque todas ellas fueron escritas en el siglo V a. C.. Aprovecho la ocasión para incluir un enlace a cada obra.
- Esquilo (472) – Los persas
- Esquilo (467) – Los siete contra Tebas
- Esquilo (463) – Las suplicantes
- Esquilo (458?) – Prometeo encadenado
- Esquilo (458) – Agamenón
- Esquilo (458) – Las coéforas
- Esquilo (458) – Las euménides
- Sófocles (450?) – Ayax
- Sófocles (442) – Antígona
- Sófocles (442?<) – Las traquinias
- Eurípides (440<?) – Reso (pdf)
- Eurípides (438) – Alcestis
- Eurípides (431) – Medea
- Eurípides (430-427) – Los Heraclidas (pdf)
- Sófocles (430-424) – Edipo Rey
- Eurípides (428) – Hipólito
- Eurípides (425) – Andrómaca
- Eurípides (424) – Hécuba
- Eurípides (423) – Las suplicantes
- Eurípides (417-413) – Electra (pdf)
- Eurípides (415) – Las troyanas (pdf)
- Sófocles (415?) – Electra
- Eurípides (414) – Heracles (pdf)
- Eurípides (414) – Ifigenia entre los tauros (pdf)
- Eurípides (413) – El cíclope
- Eurípides (413-412) – Ion (pdf)
- Eurípides (412) – Helena (pdf)
- Eurípides (411) – Las fenicias
- Sófocles (409) – Filoctetes (pdf)
- Eurípides (408) – Orestes
- Eurípides (406>) – Ifigenia en Áulide
- Eurípides (406) – Las bacantes
- Sófocles (401) – Edipo en Colono (pdf)
Del listado anterior se puede extraer que Esquilo era el más veterano de los tres dramaturgos, seguido por Sófocles y por Eurípides. Aunque éste último era el más joven, murió a la vez que Sófocles, en el año 406 a. C..
Sin embargo, dado que estas treinta y tres composiciones responden, en mayor o menor medida, a los mitos clásicos de Grecia, también es posible estructurarlos de acuerdo al suceso cronológico que narran, de tal forma que se simplifica la posibilidad de estudiar estas leyendas. La mayoría de estos temas corresponden a varias sagas, como el ciclo troyano o el ciclo ático-tebano, o sigue las aventuras y desventuras de determinada estirpe noble, como es el caso de los hijos de Agamenón. No obstante, en caso de querer numerar todas estas obras de teatro siguiendo el orden temporal de los acontecimientos que narran, quedaría así:
- Esquilo (458?) – Prometeo encadenado
- Eurípides (413-412) – Ion
- Esquilo (463) – Las suplicantes
- Eurípides (406) – Las bacantes
- Eurípides (431) – Medea
- Eurípides (428) – Hipólito
- Sófocles (430-424) – Edipo Rey
- Sófocles (401) – Edipo en Colono
- Esquilo (467) – Los siete contra Tebas
- Eurípides (411) – Las fenicias
- Sófocles (442) – Antígona
- Eurípides (423) – Las suplicantes
- Eurípides (438) – Alcestis
- Eurípides (414) – Heracles
- Sófocles (442?<) – Las traquinias
- Eurípides (430-427) – Los Heraclidas
- Eurípides (406>) – Ifigenia en Áulide
- Eurípides (440<?) – Reso
- Sófocles (450?) – Ayax
- Sófocles (409) – Filoctetes
- Eurípides (415) – Las troyanas
- Eurípides (424) – Hécuba
- Eurípides (413) – El cíclope
- Esquilo (458) – Agamenón
- Esquilo (458) – Las coéforas
- Sófocles (415?) – Electra
- Eurípides (417-413) – Electra
- Eurípides (412) – Helena
- Eurípides (408) – Orestes
- Esquilo (458) – Las euménides
- Eurípides (414) – Ifigenia entre los tauros
- Eurípides (425) – Andrómaca
- Esquilo (472) – Los persas
La única obra de teatro con tema histórico que se conserva es esta última: Los persas, de Esquilo. El resto de las tragedias están repletas de personajes míticos, formando un largo repertorio de leyendas, donde ganan por mayoría las dedicadas al ciclo troyano, ocupando la mitad del total. Avanzaremos en estas obras en los próximos capítulos, donde hablaremos también del teatro de la Antigua Grecia y de sus tres máximo exponentes: Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Abr202014
El teatro: arte y literatura
La literatura está formada por tres núcleos artísticos: la prosa, la poesía y el teatro. La mayoría de nosotros nos sumergimos en el primer género literario, sintiendo desconfianza ante algo, aparentemente más elaborado, como la poesía o el teatro. Sin embargo, autores como Bécquer o Shakespeare, han ayudado mucho a que los lectores ahonden respectivamente en estos dos géneros literarios.
De los tres, siempre he creído que el más apartado del gusto convencional es el teatro, a pesar de que tanto tragedias como comedias simbolizan muchos mitos modernos, además de un largo glosario de palabras que encuentran su origen etimológico en este punto de la literatura; sobre alguna de ellas, como “persona”, ya hemos hablado en este mismo blog.
En cualquier caso, pienso que conocer el teatro más primitivo, nos ayuda a comprender mejor la historia de la humanidad, además del periplo de las artes escénicas y literarias alrededor de los siglos, porque no olvidemos que el drama tiene su origen siglos antes de advenimiento de Cristo. Asimismo, todavía hoy, el teatro es un espectáculo puro y magnífico, inherente a grandes ciudades como Nueva York o Londres, pero que también puede encontrarse en su versión más minimalista en centros cívicos, asociaciones, clubs y colegios.
Por todo ello, voy a embarcarme en un ambicioso proyecto sobre el teatro más primitivo, el teatro de la Antigua Grecia. A tal efecto, me centraré en tres de sus dramaturgos más recordados: Esquilo, Sófocles y Eurípides, los poetas trágicos por excelencia.
Por el momento, nos basta saber que el teatro occidental se gestó en Atenas, alrededor del siglo V a. C., siendo los mencionados poetas clásicos los fundadores del teatro tal y como lo conocemos hoy en día, salvando las distancias. Pero antes de comprender la importancia de sus obras y de sus clásicos personajes como el maldecido Edipo, la vengativa Medea o las desesperadas troyanas, más nos vale comprender un poco el contexto histórico y cultural de la Antigua Grecia, civilización donde comenzó el teatro.
Pero de todo ello hablaremos en una larga serie de artículos que comenzaré a publicar próximamente. Finalmente recordemos que el teatro, así como la prosa o la poesía, no es más que otra pata del profundo y vasto arte de escribir.
Mar302014
Máscaras y personas
Recientemente, he vuelto a colaborar con el blog Las dos vidas de las palabras con un artículo sobre la relación de los términos persona y máscara.
Se trata de un texto que repasa la importancia del teatro en la Antigua Grecia, así como la evolución semántica del vocablo persona, que como se verá en dicho artículo, es más que sorprendente.
Ciertamente, las personas somos máscaras o, dicho de otro modo, escondemos nuestra personalidad tras un antifaz impenetrable, tras el cual se guardan los verdaderos sentimientos y la sincera fisionomía del individuo.
Espero que os guste el artículo y, asimismo, os recomiendo la lectura del blog de Juan V. Romero, un profesional de la lingüística del que podréis aprender mucho sobre un idioma tan variado como el español.
Os dejo a continuación el enlace directo al artículo Las personas somos máscaras, una entrada que espero cause expectación, y os recomiendo también el otro artículo de colaboración sobre la Etimología de sarcófago.