Redoma de beso rosa

Photo - {author}Redoma de beso rosa, ¡qué dominio de la daga en mi piel desplumada! Lanzas la sábana al crespado pubis y apaciguas su fortaleza con un roce húmedo. Cubren el pudor los cabellos negros y mis manos toman débilmente el rostro que se acuna en mi vientre. La órbita de un cometa atravesando el dormitorio azul, y una esfera titilante simulando una enana blanca. Vibra y brilla. Espasmos de átomos rotos entre jadeos de sangre.

Lame el gemido, mi hembra morena. Hombre desquiciado en su cerrazón ocular. Ver más allá de la realidad cuando es cierto lo imposible y el paraíso parece oasis terrenal. Simplificando el placer para derribar el odio, mientras sonríen los gases nobles en la polución del sexo.

Saliva diáfana contra diáfana saliva. Claroscuros de sabores entre aromas almizclados. La boca susurra un embudo y en la presión de una ventosa se inhibe la piel lacerada por la lengua. Oblicua punzada tras íntegra envoltura. Se queda abierta la sima y libre el pedestal, antes de otra profunda ingestión.

Y tan profunda…

… que se rompe la agonía en mil pedazos y el corazón se tambalea insolente, sin apenas pedir perdón ni permiso. Llora con un gruñido gutural mientras el beso rosa prosigue en su maestría. Explosión de llamas.
Tus labios teñidos de mí como una flor de azucena en su zigurat de luz.

Iraultza Askerria

Beso rosa

Kiss - {author}Lanzar la sábana al encrespado pubis y apaciguar su fortaleza con un roce húmedo. Cubren el pudor los cabellos negros y las manos toman débilmente el rostro acunado sobre el vientre.

Hembra rosa. Hombre ciego. Ver más allá de la realidad cuando es cierto lo imposible. Simplificando el placer para derribar el odio, mientras sonríen los gases nobles en la polución del sexo.

Saliva contra saliva. Claroscuros de sabores entre aromas almizclados. Embudar la boca y lacerar con la lengua. Oblicua punzada tras íntegra envoltura. Se queda abierta la sima y libre el pedestal ante otra profunda ingestión.

Y tan profunda…

… que se rompe la agonía en cien pedazos. El corazón se tambalea sin pedir perdón ni permiso. Llora un gruñido gutural sin que el beso rosa se inmute. Explosión de llamas.

Los labios teñidos de blanco como una flor de azucena en su zigurat de luz.

Iraultza Askerria

Lazo rosa

Rosa - {author}Lazo rosa, de piña colada, con una sutil textura picante. Tierna gracia sin término, como fresa que al morderla exhala cálidas vitaminas. Pan de molde cuya miga se mantiene siempre blanda. Fogosa delicia que despide una fragancia única. Flor de doble pétalo rosado, cuyas semillas blancas traen frutos de ensueño, no hallados en ningún otro edén del universo, más que en tu cara.

Así pienso que es tu boca: una obra perfecta de la naturaleza, con sus largas comisuras y su carnosidad caliente, donde germina un jardín de sensaciones. Habla y grita, muerde y saborea, destila el meloso gusto de tu lengua punzante, como la espina de un rosal, que protege coquetamente el borde de los labios.

Es allí donde florecen los deseos de este hombre, tibios y sinceros, que encuentran en la profundidad de tu garganta el escondrijo en el que ocultar sus razones, sus secretos, su amor y su alma entera.

Iraultza Askerria

Rosa de mi tumba

Fotos Cementerio de Vegueta : El Guardián de La Memoria. Las Palmas de Gran Canaria - El Coleccionista de Instantes

Ya habiéndose mi amor adormilado
en el lecho aciago de la memoria,
acudió una princesa hasta mi tumba
a adornarla de rosas.
Yo me revolví junto a los gusanos
que roían mi piel poca a poca,
queriendo conocer a esa exquisita
desconocida sombra.
Adivinarlo nunca pude, y hoy
me pregunto, ¿quién era aquella moza
que cubrió mi cadáver con las flores
de tan dulce aroma?

Iraultza Askerria

Ave rosa

PARA LA ABUELAAMALIA, CON MUCHO CARIÑO. - {author}Ave de rosa entre las ramas secas del otoño, llega el invierno y llegan mis besos para abrir tus alas. Llenar tu trino con mi penetrante atisbo de sexualidad, y con gruñidos servir de base a tu canto celestial. Golondrina entre nubes de cal y vino, la brisa zarandea tu desnudez, y entre las estrellas brillas como la más hermosa, en tu sagrada pequeñez.

Plumas, pétalos de azucena. Ojos rapaces penetrando mi corazón, incitando dulces latidos. Picoteas por mi vientre y entre mis ingles, no para hacerme daño, sino para hacerme agonizar de placer. Mi águila peregrina por los cañones de mi cuerpo. De tu valle, esplendorosa y húmeda, vas a revolotear a la montaña erguida de mi virilidad.

Ave querida, ave rosa y querida, que en tu pecho asoman cálidas joyas amparadas por tus alas. Permíteme tañer el compás de tu cuello hirviente y lamerte como un lobo hambriento. Devorarte sin arrancarte nada, salvo gemidos, y quizá inocencia.

En el aire reinas única. En la noche contemplas el mundo con tu ingente mirada de búho. La sierra y las costas conocen tu peregrinación. No hay marisma o montaña que no sepa de tu presencia, tan preciada. Ave diurna y noctámbula, ave de mar y de horizonte, ave de mi corazón y de mi alma.

Me haces volar, ave mía, por las esperanzas escarlatas, por las obras de ficción, por las ilusiones prohibidas, por las fantasías de tu plumífero cuerpo. Me transportas allí arriba, a lo más profundo del cielo, lugar inalcanzable para cualquiera, salvo para ti, que tienes el poder de llevarme lejos. Aterrizas en mi pecho y me subes al horizonte. Eclosiona nuestro amor como un huevo de galaxias. Nacen las espesuras. Vía Láctea. Tus alas se enorgullecen de conquistarme.

Ave mía, ave rosa, pájaro de los cielos y de mis amores, ven volando a mi vera, rescátame de esta terrenidad insufrible y trasládame, de nuevo, al mundo onírico de tus encantos.

Iraultza Askerria

Colores

Photo - {author}
El verde es el color de la esperanza. También lo es de tu alegría, de tu mueca trucada en abiertas sonrisas. Del pecho enardecido cuando respira atosigado. De ti misma en estado puro, abierta como la primavera, verdaderamente paciente en tu verde anímico.
El azul es el color de la libertad y de tu sexo que sabe amar y sabe a mar cuando se libera de sus bragas. En el azul de tus muslos naufrago como Odiseo no buscando más Penélope que tú misma. Y en las azuladas vertientes del ocaso y el crepúsculo, te me vuelves azul como un ruiseñor, ola gemebunda en su canto extasiado.

El negro es el color de la elegancia, de tu pelo, de tu vello, de tus faldas y tus vestidos, de tus ojos oscuros, de los universos paralelos y del futuro que no nos espera. Con él me ahogo sudoroso cuando me pego a ti en la oscuridad de un dormitorio y en el fluir de las sombras fluyen los abrazos ciegos y se tientan los ojos, comiéndose.

El blanco es el color de la inocencia, de la pureza y de la suciedad cuando me corro sobre ti. Es el símbolo brillante de tu piel esponjosa, marea baja cubierta de arena que resplandece bajo tus ojos. Me recuerda a la castidad y a la timidez que perdimos en la capital iberoamericana. Pero ante todo me recuerda al camino sin fin que recorreré contigo.

Y el rosa no es un color. Es tu color. Te llama y te viste de soltura, de donaire, de carácter, de intelecto, de simpatía y bienestar. Las rosadas auroras te pintan, mientras insinúan tus curvas de escándalo y te levantan por encima del mundo como una diosa ejemplar.

Pero ante todo, tú eres mucho más que un color. Lo eres todos. Tonalidades y matices que al juntarse recrean tu cuerpo cálido, esbozan tu existencia, sabiéndose descendientes de tu gloria infinita. Perfección absoluta en mujer.
Color en este mundo sombrío.

Iraultza Askerria