El pantano

Pantano del Tranco. - Matías Expósito Lechuga

Te despiertas. Un pantano. Tenebroso, todo tinieblas, gasas de piel en forma de nubes, vapores de humores sangrantes de odio. Escuchas sonidos sordos, apocados, gélidos, como llanto de niño en una noche tormentosa. Llueve del cielo, llueven hirientes diamantes. Resplandecen en el aire cual fantasmagóricas garras de cristal.

El pantano gélido, umbroso, lóbrego, lúgubre, luctuoso, como un lupanar de poesía, como un misterio indescifrable, como una romántica mentira que acongoja el corazón.

En él te despiertas, desgraciado, perdido y desolado, como un Pedro Páramo que busca inútilmente a su padre.

Iraultza Askerria

El encierro

Ruindad Prisionera - {author}
Estoy hundido en un agujero.
La fuga lejos, sin libertad.
Oscuro entorno de mi ansiedad,
ya nada veo. Ven carcelero.
Ya nadie me oye mientras espero
el triste fin, ¡decapitad!,
orgullo de hombre cuya piedad
será entregada por frío acero.
Pero una luz entra en la noche,
ánima blanca, mi salvación,
lanzas la cuerda, ¡cierras el broche!
Voy a los cielos, voy perdonado,
porque ya nunca mi corazón
dejará al tuyo abandonado.

Iraultza Askerria

La cruz del diablo

Cruz del Monte Aloya - {author}
En la cumbre se alzaba la figura
de una cruz negra, efigie de carbón;
parecía el demonio, el Gran Dragón,
y al cristiano imbuía la locura.
Rodeada de atmósfera tan pura,
bajo nubes bordadas de algodón;
germinaba una flor cuyo punzón
intentaba llevar buenaventura.
Aun así la maldita cruz del diablo
saturaba de horror toda la cumbre,
y en el centro mostraba su presencia.
Ojalá llegue el bardo y su venablo,
con un verso de regia mansedumbre,
devolviendo a la cima su inocencia.

Iraultza Askerria