Orilla de mar, sabor salino de las profundidades del océano. De blanca espuma, húmeda en su deleite de iconografía clásica. Mi más humilde territorio de arena, en cuya playa tenderme al son de sus caricias. La navegante de los sueños, sin acantilados que entorpezcan su constante vagar por mis recuerdos. La onda errante por mi corazón enamorado, cuya marea nunca deja de subir. El tumulto de agua que apaga mi corazón abochornado. La impasible certeza de un piélago todopoderoso, cuyos poderes humillan a la eternidad. Mi más cercana fuente de vida y de amor, el único agua que bebo y beberé, la brisa inherente que volará por mi alma. La sutil necesidad de gritar que te amo.
Feb62018