Soy el paraíso, el ánima que riega
los riachuelos dulces que descienden
por las montañas níveas que hienden
la voluntad del éter que ciega.
los riachuelos dulces que descienden
por las montañas níveas que hienden
la voluntad del éter que ciega.
Soy el planeta que amado debiera
por las personas que viven de mí,
y a defenderme bien dicen que sí,
mientras me usan cual la basurera.
por las personas que viven de mí,
y a defenderme bien dicen que sí,
mientras me usan cual la basurera.
Mas sin embargo, próximo es el día
en el que vengaré tal osadía
y de su pueblo no deje señal.
en el que vengaré tal osadía
y de su pueblo no deje señal.
Vientos, tornados, gélidos inviernos,
fuegos, riadas, cálidos infiernos…
¡hoy sellarán vuestro triste final!
fuegos, riadas, cálidos infiernos…
¡hoy sellarán vuestro triste final!