Al contra lucha

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Tirotean en las calles los mendigos
sin más pan que las balas huecas
mientras los esposos esposan las alas
de aquellas a quienes juraron amar.
La ley tienen por égida
los criminales declarados a la hacienda
mientras en los soportales pancartas negras
hipotecan las lágrimas desahuciadas.
Y entre tanto verdes celulosas ajardinan
los trajes de oro de los reelegidos.
¿Por qué enrabietar con la inocencia
si con la misma violencia
podemos optar por terminar?

Iraultza Askerria

El beso

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La sonrisa de la luna en un rostro de estrella
cuando la noche llora y es fría la tormenta,
hasta mis labios llega tuyo el sabor de menta
y guerrean las lenguas en fogosa querella.
Te paras un instante. Yo muerdo la grosella
de una boca que juega con mi amor que acrecienta.
Pero la abres de nuevo y en la lucha violenta
me recuerdas quien manda bajo la noche bella.
Tus dientes se han clavado. Mi labio escapa presto.
Tu lengua me envenena cual adictiva droga.
Tu fuerza me encadena bajo invencible peso.
Mi yo se desvanece sin resistir tu gesto
y quedan mis memorias bajo tu sed que ahoga.
Me rindo y me someto a tan terrible beso.

Iraultza Askerria

Soneto bélico al corazón y a la mente

GADA-HarrierGR3 - {author}

Surge en mi corazón ferviente lucha
airado sentimiento incontestable
que con la sinrazón más excusable
vivísimos lamentos encapucha.

No entiendo cuáles son, mas sé que es mucha
la furia cual el viento que imparable
me rompe la ilusión tan poco dable
a librar de escarmiento que me achucha.
La razón, llena en lógica me abraza.
Se interponen celosos corazones.
Imposible es jugar postrera baza.
No puedo liberarme de esta escoria
no puédome olvidar de las pasiones
que duran duramente en mi memoria.

Iraultza Askerria

 

Guerrero

Photo - {author}Soy el marcial de tus labios, el guerrero inmortal de tus ojos canela, el defensor acérrimo de tu libertad, de tu gloria, de tus muslos en celo. Soy yo el libertador, el Cid, un torneador de lanzas y espadas, un maligno caballero que arrasa de batalla en batalla. En mi violencia me escudo por escudarte. Cuerpito tuyo, mente tuya, por ello lucho en los campos y en las veredas, clavando mi escudo almidonado, mi pica húmeda, mis humeantes dedos que al aire se extienden imaginando rozar los tuyos. No soy bueno cuando lidio en las más cruentas confrontaciones, gritando mientras otros gritan bajo mi yugo. Soy malo, vil, atroz, inclemente y ácido. Pero en defensa de ti, mi trofeo anhelado, deambularé por bosques y campiñas, cautivando imperios y denostando países, convirtiendo naciones enteras en polvo y carroña y limitando las fronteras a la extensión de tu piel. Porque soy yo un loco enamorado cuya única fe es la miel de tus labios.

Iraultza Askerria

Se cierran los ojos

Me lanzo sobre mi adversario. Durante los pocos segundos que dura el forcejo, mi percepción permanece nula, turbada por la adrenalina, la emoción, la violencia y la rabia y el dolor. Todo ello englobado en puñetazos, empujones y patadas; una competición de boxeo donde el premio no implica la gloria del triunfador, sino la necesidad del superviviente.

Consigo desarmar a mi adversario, pero sus músculos me doblegan irremediablemente. Cuando recupero la noción de mis ojos, me revelo de hinojos frente a él. Sus manos yacen hundidas en mi cuello y las mías intentan vanamente zafarse de las mismas.

Las fuerzas me abandonan lentamente, como un suspiro cuyo aire se evapora al desprenderse de los labios de un ser vivo. Es mi último aliento, mi último ser.

Se cierran mis ojos.

Extracto de Rayo de luna, de Iraultza Askerria