sin poder ser leídas o escuchadas,
las mismas no aparecen reflejadas
ni en sonidos, escritos o librejos.
directos de mi voz ni en las llamadas
ni en escritos o lúgubres baladas
sabe que entre estos cálidos reflejos
una palabra siempre resonante:
son los latidos, que aunque lejos hablan.
el tímido compás de mi latir
escucharás los versos que se entablan.