El pantano

Pantano del Tranco. - Matías Expósito Lechuga

Te despiertas. Un pantano. Tenebroso, todo tinieblas, gasas de piel en forma de nubes, vapores de humores sangrantes de odio. Escuchas sonidos sordos, apocados, gélidos, como llanto de niño en una noche tormentosa. Llueve del cielo, llueven hirientes diamantes. Resplandecen en el aire cual fantasmagóricas garras de cristal.

El pantano gélido, umbroso, lóbrego, lúgubre, luctuoso, como un lupanar de poesía, como un misterio indescifrable, como una romántica mentira que acongoja el corazón.

En él te despiertas, desgraciado, perdido y desolado, como un Pedro Páramo que busca inútilmente a su padre.

Iraultza Askerria

Mi dulce niña

202/366 · La bella durmiente-Iñaki Pérez

En casa está la niña,
dormida en cama, dulce… ¡dulce hada!
Su boca sabe a piña;
su aliento es la balada
del bardo, del juglar… de mi tonada.
Eterno labio fresa,
eterna la canción, eterna dama.
Y yo… por mi duquesa
velo triste su llama
que no apaguese nunca en esta cama.
Durmiente bella, dime…
¿querrás algún instante despertar?
Mientras mi verso rime,
no deje yo de andar
me sentaré a tu vera… ¡y a esperar!

Iraultza Askerria

Despertar

Un instante, una vida - {author}
No existe amanecer o despertar
más hermoso que el que ocurre a tu lado.
Abre uno la mirada por mirar
el más bonito ser que el mundo ha dado.
Sobre la cama sabes semejar
la perfección del arte y es probado,
el grande privilegio que es amar
a esta niña, que me ha enamorado.
Que suerte tuve yo al quitarme el sueño
junto a la desnudez de tu pureza
la misma que de mí se hacía dueño,
porque un hombre se vuelve por ti siervo
al contemplar la alborada belleza
que dormita en tu piel, ahora mi acervo.

Iraultza Askerria

Palabras en femenino

Esperando dormida... - Javi Sánchez de la viñaLa mano dormida reposaba sobre la almohada. La noche había cedido a una cálida aurora, cuyas luces resplandecían sobre las desgastadas sábanas de la cama, iluminando la piel desnuda de la mujer.

Él la contemplaba con la mirada pensativa.

Recordó la historia de pasión y sinceridad que habían vivido durante la madrugada. Ahora no quedaba más que la memoria nostálgica e imborrable de una pasada época.

Pero la vida era así.

Tomó su ropa y se vistió bajo las caricias de la mañana. Antes de abandonar la alcoba, la miró una vez más; por última vez. Sabía que nunca volvería a verla.

Jamás, nunca más.

Pero juró, sobre la vida y la muerte, que nunca dejaría de amarla.

¡Contenido extra!

Algún lector me preguntó alguna vez sobre el título de este microrrelato. «Palabras en femenino», ¿por qué? La verdad es que no se puede encontrar relación del encabezado con el contenido narrativo del mismo; en vez de eso, hay que vincularlo con la morfología del texto. Todos los sustantivos que se han utilizado en el relato son de género femenino, de ahí, el título. Simple y llanamente.

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