Rencor, celos, odio y traición

LasNeveras2 - {author}Cada orgasmo sembró una arruga en tu frente; cada goce mancilló un poco más tu alma dedicada a la egolatría; cada risa fortaleció la piedra de tu corazón y cada roce desvirtuó con grietas el cristal de tu mirada.

De esta forma, ajada, sucia, pétrea y agrietada, te descubrí un amanecer amancebándote entre contenedores de basura; sola como un sentimiento que nadie quiere; desamparada como la cara oculta de la luna que nunca se ilumina; desterrada como un ángel caído que un día fue la gloria de Dios; traicionada por un eterno amor tragado por un agujero negro.

Te vi en este estado tan lamentable, que me acerqué a ti con intención de ofrecerte ayuda. Sabía que un beso, un te quiero, una caricia dulce o una mirada sincera curaría tus pecados, tus mentiras, tus egoísmos y tus falsas promesas, devolviéndote la pureza y la candidez con la que te había conocido años atrás.

Sin embargo, no lo hice: te ignoré, rencoroso, despiadado y terco, y me marché de aquel contenedor en el que te pudrías.

Después de eso me dediqué a gozar, a disfrutar de mí mismo, a reírme del mundo y a utilizar mi franqueza como un arma letal.

Al final, terminé en el mismo vertedero que tú.

Ningún beso ni ninguna caricia pudo salvarnos.

Iraultza Askerria

Víctimas del cariño

Flecha atroz, la mirada,
taimada,
disparada al aire punzante,
que a mis pupilas, fría,
sin piedad, alcanzó un instante.

A tu lado, tu amante,
ignorante.
Una bienvenida afectada;
tú, su mano cogida,
y la otra cuernos a la espalda.

Tú fuiste mala arpía,
felina.
Nosotros los pobres cabritos
Yo… más cabrón, lo admito…
Pero no dudes que el motivo
fue la abundancia de tus mimos.

Iraultza Askerria