Abre niña los ojos

Pink As You See - Elena Pérez Melgarejo
Abre niña los ojos
por mirar al poeta
que está ciego de amor
con los versos a cuestas.
Mira niña su espalda
que parece una cresta,
sin soberbia de gallo,
con recuerdos que pesan.
Mira niña su frente
de arrugones cubierta
y manchones oscuros
de hojarasca reseca.
Mira niña sus labios
desgajados por pena,
pálidos como el hielo
que ni los mares besa.
Mira niña sus manos
que parecen de cera,
débiles y cansadas,
sin apenas ya fuerza.
Mira niña sus ojos
que cenizas revelan,
cueva negra y perdida
en su loca cabeza.
Abre niña los ojos
a quien por ti lamenta
y llora un poco, ¡un poco!,
por su eterna condena.

Iraultza Askerria

¡Contenido extra!

Siempre he tenido la duda de escribir poesía asonante o consonante, rima popular o más culta. De los sonetos de Quevedo a los versos de Bécquer. Nunca he despreciado ninguno de estos géneros, sin recapacitar mucho en las exigencias del lector. Por eso, me gustaría preguntarte que poesía te gusta más: ¿la asonante o la consonante? ¿Y por qué?
Si algún lector quiere responder a esta cuestión, estaré encantado de recibirle en mi dirección de correo. Como siempre, ¡gracias!

Gracias por suscribirte al blog. Sólo por ser seguidor de esta bitácora, podrás leer este contenido extra.

Rosa de mi tumba

Fotos Cementerio de Vegueta : El Guardián de La Memoria. Las Palmas de Gran Canaria - El Coleccionista de Instantes

Ya habiéndose mi amor adormilado
en el lecho aciago de la memoria,
acudió una princesa hasta mi tumba
a adornarla de rosas.
Yo me revolví junto a los gusanos
que roían mi piel poca a poca,
queriendo conocer a esa exquisita
desconocida sombra.
Adivinarlo nunca pude, y hoy
me pregunto, ¿quién era aquella moza
que cubrió mi cadáver con las flores
de tan dulce aroma?

Iraultza Askerria

Ilusión

Ilusión centesimal - Silvia Viñuales

Misteriosa luna azul,
curiosidad engreída,
arco iris de palabras,
pedacito de mi vida.
Unos versos que en silencio
forman una voz querida.
Una pluma de los mares,
una Jane desconocida.
En la tacita de plata
la perla más exhibida,
de largos cabellos negros
donde un rostro blanco anida.
Tanto eres para mí
que te imagino mentira,
lejana ilusión errante
pero deseada niña.