Soneto a tu boca

Pamela Machado - Pamela Machado

Sabe que son tus labios ambrosía
ruinas azucaradas del deseo
en cuya remembranza me recreo
esperando besarlas otro día,
pues conociendo ya la dulce vía
de tu boca, me he vuelto yo un ateo
del resto de mujeres donde es feo
el placer que en tu caso es gloria mía.
Pues digo yo, sincero, que besarte
es rozar un instante el vasto ciello
levantando endeudado el estandarte
que desea también tocar tu sello,
y hacer en su textura un poco de arte
digno de quien te escribe algo tan bello.

Iraultza Askerria

Guerrero

Photo - {author}Soy el marcial de tus labios, el guerrero inmortal de tus ojos canela, el defensor acérrimo de tu libertad, de tu gloria, de tus muslos en celo. Soy yo el libertador, el Cid, un torneador de lanzas y espadas, un maligno caballero que arrasa de batalla en batalla. En mi violencia me escudo por escudarte. Cuerpito tuyo, mente tuya, por ello lucho en los campos y en las veredas, clavando mi escudo almidonado, mi pica húmeda, mis humeantes dedos que al aire se extienden imaginando rozar los tuyos. No soy bueno cuando lidio en las más cruentas confrontaciones, gritando mientras otros gritan bajo mi yugo. Soy malo, vil, atroz, inclemente y ácido. Pero en defensa de ti, mi trofeo anhelado, deambularé por bosques y campiñas, cautivando imperios y denostando países, convirtiendo naciones enteras en polvo y carroña y limitando las fronteras a la extensión de tu piel. Porque soy yo un loco enamorado cuya única fe es la miel de tus labios.

Iraultza Askerria

Noches que me atormentan

¡Rayos! - José Eugenio Gómez Rodríguez

En las noches de tu ausencia
me alimento de recuerdos,
me alimento de los besos
que nos dimos entre estrellas.
En las noches, tu presencia
la recuerdo como un mito,
la recuerdo mientras grito:
“¡qué regrese mi princesa!”
En las noches, mis gemidos
me presentan las promesas
que rotas, añicos hechas
se me clavan cual espinos.
En las noches, yo me digo:
“sólo he sido un pasatiempo;
un juego, un instrumento,
una escoria del olvido”.

Iraultza Askerria

Ilusión

Ilusión centesimal - Silvia Viñuales

Misteriosa luna azul,
curiosidad engreída,
arco iris de palabras,
pedacito de mi vida.
Unos versos que en silencio
forman una voz querida.
Una pluma de los mares,
una Jane desconocida.
En la tacita de plata
la perla más exhibida,
de largos cabellos negros
donde un rostro blanco anida.
Tanto eres para mí
que te imagino mentira,
lejana ilusión errante
pero deseada niña.

La puerta

Puertas abiertas - . SantiMB .

Abriste la puerta de tu corazón
a ese niño perdido durante años
por el mundo.
Parecías el arco iris que siempre surge
a través de la lluvia,
como recordando la pervivencia de la luz
entre la agotadora lluvia.
Me acunaste entre tus manos,
entre tus senos,
entre tus labios,
y yo lloré como el niño,
como un hombre viejo
enzarzado con el vino.
Oro en la copa de mi mirada.
Espada desnuda que se bastó con tu vaina.
Y creció y creció
el niño mayor.
Dentro de ti había espacio para los griegos,
para las flores,
las luces,
colores;
para mi, para exnovios,
para ti, para exnovias
y recuerdos
y lamentos
y carcajadas
de gloria,
y también alguna lágrima
que sabía a íntima victoria.
Abriste la puerta de tu corazón
a un desconocido,
a un mendigo
que deambulaba por rotondas y veredas
pidiendo limosna,
limosneando ternura.
Monedas guardaba en unos bolsillos plagados de agujeros.
Pero tú me enseñaste a coser.
Remedaste las heridas,
aquellas por las que hervía la misoginia.
Me hiciste hombre,
no como aquellas
que me hicieron niño,
que llenaron de sales los criterios,
de azúcar mis celos
para ver o esconder o dar
la falsedad
del tarro de miel.
Pero tú fuiste diferente…
Apareciste embutida en la noche,
ebria de una mano, de una palabra lejana,
remota, inhóspita, secreta, antigua.
Y suena el vocablo: abierto,
cierto,
muerto
por la lengua que representaba
pero bien vivo por la boca
que lo pronunciaba.
Así me abriste la puerta,
me hiciste hombre,
guiaste al niño desamparado
y fuiste la ola que arrastra el pasado
para humedecer la arena infeliz
con la caricia de una sirena.
Y cuando la ola se retiró
la puerta siguió abierta.

Te quiero cerca

written in the stars • escrito en las estrellas - jesuscm
Quiero pensar que estás cerca
cuando llega la mañana
y despierto, solo y triste,
en mi solitaria cama.
Quiero creer, que aunque lejos,
en lo más hondo de tu alma
sientes el mismo pesar
que yo, al despuntar el alba.
Quiero sentirte aquí mismo
desnuda bajo las sábanas,
tan silenciosa y dormida
como a mi cuerpo abrazada.
Quiero creer que en los sueños
podré acariciar tu cara,
como un suave pergamino
sobre el que escribir palabras.
Quiero sentir tus caricias
y beber de tu mirada.
Quiero pensar que en el fondo,
en el fondo, tú me amas.

Iraultza Askerria

Y si hubiese sido verdad

Cuts Like a Knife - Marcelo César Augusto RomeoPorque en el fondo de su alma sabía, a ciencia cierta, que aquello iba a ocurrir. La verdad no podía ocultarse eternamente y cuando fuese desvelada, el vengador acudiría a su hogar para matarlo. Lo supo desde la noche en la que cometió el delito, un delito de traición e infidelidad, sin sangre, pero un delito al fin y al cabo. El crimen, aunque hubiese acontecido bajo el influjo del alcohol y dentro de la esfera de sus amistades, no dejaba de ser un crimen.

Se sentó en el sillón y dejó la puerta de casa abierta. No podía cambiar el destino; la suerte estaba echada y las cartas a la vista de todos, incluso de Dios. Por ello, resultaba inútil pretender cambiar los designios del hado.

Esperó, con los ojos clavados en la entrada del salón, a que su mejor amigo llegara. No tardó mucho. Siempre había sido puntual.

Cuando ambos se vieron, ni el traidor ni el inocente dijeron nada. Ni siquiera se escucharon palabras de súplica o un gesto de perdón. Nada, ni preguntas ni respuestas. Tampoco un grito cuando su amigo le perforó la lujuriosa carne una y otra vez con un cuchillo de cocina.

Murió en un completo silencio ante los ojos rojos del que había sido su mejor amigo, quien ahora observaba el cadáver acumulando en un mismo sentimiento el odio y los celos que sentía hacia él, y el amor y el deseo que sentía hacia ella: una hermosa jovencita que en aquellos instantes se encontraba en el Caribe, entre los brazos de un esbelto mulato. Nunca volvería a recuperarlos; ni a ella, que fue la chica que le habían robado; ni a él, que fue su mejor y peor amigo…

En ese momento, oí la alarma del reloj. Y desperté.

Hubiese preferido no hacerlo.

¡Contenido extra!

Descubro del olvido otro relato escrito hace ya varios años, aunque algo retocado en los párrafos iniciales. El original era excesivamente enrevesado en la construcción de oraciones, falta que aún puede visualizar en los últimos párrafos. Pero a veces, por mucho que nos esforcemos en revisar un texto, sentimos una punzada de dolor cuando llega el momento de corregirlo. En ese momento, es mejor dejarlo tal y como está.

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Somos…

Exogenesis - Juan Diego Jiménez
Somos jirones de nube
que se encuentran en lo alto
y que forman al juntarlo
el blanco que todo cubre.
Somos la arena y el agua
que al vaivén de la marea
cálidamente se besan
en la orilla de la playa.
Somos el tallo y el pétalo
de la rosa de un vergel
y aunque sólo una ser
lo llenamos por entero.
Somos la muerte y la vida
y entre ambos inmortal,
porque somos el canal
de la fortuna y la dicha.
Somos grave aguda nota,
y al compás de tú y yo
en la escala en do mayor,
compondremos una copla.
Somos tierra, somos cielo,
las estrellas y los soles,
la negrura y los colores,
y juntos el universo.
Somos el mío y el tuyo;
el nostros, el para siempre,
el amor eternamente.
Somos todo, Dios y el mundo.

¡Contenido extra!

Casualmente, navegando de blog en blog he encontrado en un sitio este poema que publiqué hace ya más de tres años. Al encontrarlo, no he podido evitar la tentación de volverlo a publicar en esta bitácora. Espero que os guste, como tanto me gustó a mí escribirlo.

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Voz de trino

full moon week - {author}En los soportales de tus ojos quedé dormido, y aunque estaba a la intemperie no pasé frío. Me acunaste entre las pestañas como a un niño, cantándome aquella nana con tu voz de trino, y mientras pasaba la noche bajo tu nido, tú me cuidabas como si fuera un hijo. ¡Qué sensación tan plena: sentirme protegido! Feliz y arropado, lleno y querido. Habías en una noche conseguido que volviera a sentirme enteramente vivo.

Iraultza Askerria