suspiro de tus labios nacarados,
tras un instante luego están sellados,
obstáculo de célicas parcelas.
si en tan precioso edén no hay invitados?
Que solo el aire pasa por sus lados
dejando allí diáfanas estelas.
Un soplo de mi boca en sus umbrales
e iré cual fugitivo de pasada.
pues trabas mil pusieron en tu amada
y dulce boca de hábitos marciales.