Me lanzo sobre mi adversario. Durante los pocos segundos que dura el forcejo, mi percepción permanece nula, turbada por la adrenalina, la emoción, la violencia y la rabia y el dolor. Todo ello englobado en puñetazos, empujones y patadas; una competición de boxeo donde el premio no implica la gloria del triunfador, sino la necesidad del superviviente.
Consigo desarmar a mi adversario, pero sus músculos me doblegan irremediablemente. Cuando recupero la noción de mis ojos, me revelo de hinojos frente a él. Sus manos yacen hundidas en mi cuello y las mías intentan vanamente zafarse de las mismas.
Las fuerzas me abandonan lentamente, como un suspiro cuyo aire se evapora al desprenderse de los labios de un ser vivo. Es mi último aliento, mi último ser.
Se cierran mis ojos.
Extracto de Rayo de luna, de Iraultza Askerria
Abr252013
Ooohhh! ¿Nos dejas así? 🙁 Es genial, me siento intrigada.
Bueno, quizá más adelante publique el texto completo 🙂 Ya veremos. Me encanta jugar con la intriga y el suspense, y tengo que admitir que no es mi fuerte. Gracias por leer y comentar.
¿En serio? sería genial. Bueno, a veces creemos que algo no es nuestro fuerte y cuando nos lanzamos resulta que no se nos daba tan mal 😀