Confiné en un ropero tus vestidos,
calciné en una hoguera mis memorias,
y ya sin importar por donde vaya
persígueme tu sombra.
¿Acaso yo tendré que recluirme
en lo más hondo de un baúl de ropa
y rezar para que hasta allí adentro
no llegue tu aureola?
Me gustó y me gusta mucho de lo que escribes. Un placer.
Hola,
Muchas gracias por tu comentario; te agradezco muchísimo la molestia. Espero que puedas encontrar otros textos de tu gusto.
Un saludo,
¡Bravo!
Un placer tenerte como visitante.