Materia femenina, concebida de sol,
que gimes a escondidas al placer de la unión.
Tus cumbres sonrojadas de saliva bañada
se yerguen sobre el mundo como dos bellas hadas.
Las ramas que se extienden en ti son terciopelo.
La luz que te corona, estrella de universo.
Los pozos cristalinos, que todo lo han de ver,
traspasan mi interior cual parte de mi ser.
La sima en la raíces, de césped revestida,
perfume como flor, sabores de ambrosía.
Hermoso cuanto es tuyo, hermoso como estrellas.
Querría yo morirme… morirme dentro de ella.
Qué brillante eres.