Hoy no me apetece escribir. Quiero montarme en la moto y accionar el acelerador. Quiero sentir el aire de la costa contra mi rostro mientras escucho acordes expeditos de rock & roll. Quiero detenerme un instante sobre un acantilado y mirar al futuro de la consciencia, donde los deseos se hacen realidad. Quiero que mi corazón se desboque a lomos de la irracionalidad.
Hoy no me apetece escribir. Quiero salir a correr tras una balón de fútbol, apuntar a la portería contraria y encajar un gol por la escuadra. Quiero gritar de júbilo mientras celebro la digna proeza en una ataque de frenesí y locura. Quiero sentir la adrenalina descender hasta los niveles de la tranquilidad. Quiero sudar y caerme sobre la hierba para levantarme luego con mayor entusiasmo.
Hoy no me apetece escribir. Quiero ir a tu oficina y sacarte a la fuerza del pequeño cubículo que compartes con los demás. Quiero encerrarme contigo en el ascensor, detenerlo en mitad del abismo y besarte delirante. Quiero alzar tus muslos por encima de mi cadera y penetrarte violentamente mientras te mantengo en el aire, en el cielo, en el paraíso, y te susurro al oído sucias palabras de amor.
Hoy no me apetece escribir. Y, sin embargo, al hacerlo he vivido todo cuanto quería hacer.