El cinturón de Orión

En la llanura pálida y suave que se extendía entre tus pechos y tu cuello, dejé caer un beso húmedo y un suspiro enamorado. En tu piel perlada marqué un territorio con forma de amor, donde poco había para delimitar el terreno, debido a la inmensa pureza que lo embargaba. Ninguna imperfección había en tu piel, ninguna mácula, ninguna mancha. Era un espejo blanco, donde casi podían reflejarse mis ojos curiosos. Una perfección que parecía propia de los inmortales.

Temí haber infringido una ley divina u ofender a una diosa omnipresente a quien no podría satisfacer, ni con besos ni con caricias. Temí estar amancebándome con una poderosa Afrodita, siendo yo un pobre mortal sin mayores atributos que un pene mediano. Por ello, me dediqué ávidamente a la búsqueda de una imperfección terrenal en tu piel celeste.

Y la encontré entre tus pechos, en el valle que canalizaba suspiros y ansias masculinas. Allí, entre los turgentes senos, se disponían en línea oblicua tres diminutos lunares, prueba inequívoca de que eras tan mortal como yo.

Así que esbocé una sonrisa, incliné la cabeza entre tus pechos y besé tu particular cinturón de Orión.

just give me moments..-Patricia Prestigiacomo

Iraultza Askerria

16 Comentarios en “El cinturón de Orión

  1. Imposible sin imperfección. Pero en la publicidad sí funciona esa perfección que nos quieren transmitir como existente, anulando la razón desde los sentidos.
    Un saludo.

    • ¡Hola! Sí, así es, es mío, como la mayoría de las cosas de este blog 🙂
      Me alegro que te haya gustado. He llegado por casualidad a tu blog, donde he tenido la oportunidad de leer una entrada sobre El Principito. Me ha gustado mucho la exposición. Espero que sigas compartiendo entradas de la misma calidad. ¡Gracias!

Coméntanos... ¿qué opinas?

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.