Por sendas de Castilla camina el caminante;
ninguna compañía, tan solo fe en el cielo.
Morral tiene a la espalda, la vista por delante,
y dentro va una biblia guardada con gran celo.
ninguna compañía, tan solo fe en el cielo.
Morral tiene a la espalda, la vista por delante,
y dentro va una biblia guardada con gran celo.
Camina el peregrino, ningún acompañante;
no hay nada por el mundo que cáusele canguelo
La fe que tiene en dios, su dios cual Zeus tonante,
seguro le mantiene sin nada de recelo.
no hay nada por el mundo que cáusele canguelo
La fe que tiene en dios, su dios cual Zeus tonante,
seguro le mantiene sin nada de recelo.
Camina el caminante, camina en su creencia
cruzando los destinos. De dios humilde paje,
va aunando por el mundo su más divina esencia.
cruzando los destinos. De dios humilde paje,
va aunando por el mundo su más divina esencia.
Y muchos años luego le alabarán los cantos
durante el lecho fúnebre, como un digno homenaje,
pues siempre se recuerda a quienes fueron santos.
durante el lecho fúnebre, como un digno homenaje,
pues siempre se recuerda a quienes fueron santos.
Palabras de Cristo son las que dicen:
«Id y haced discípulos».
Muy bello y justo poema.
Gracias, Iraultza Askerria, por compartir el corazón.
Gracias a ti por comentarlo. Te agradezco mucho la visita. Un saludo.
Bello poema, Iraultza. ¡Un abrazo!
¡Gracias! Y un abrazo también para ti.
mis pasos se han detenido aquí, para leer los rumbos de otro caminante… me he sentido identificada con tus palabras… saludos de una caminante errante…