Des-inspirado

The dawn of freedom - digital-art - {author}A veces experimentas en tu interior un nudo, un obstáculo, una carretera cortada o un camino embarrado por las sombras. Te sientes desorientado, confuso, perplejo. Sin ideas. Ignoras a dónde tus pasos te llevarán. El mundo parece frío y desolado y tu propia alma se te figura desconocida.

En esos momentos, la frustración y la impotencia se respiran junto al oxígeno. Los ojos pestañean queriendo despertar de una pesadilla, pero incapaces de hacerlo. Los sentimientos se evaporan ante la indiferencia y la desilusión, y ninguna alegría puede ensanchar tu espíritu.

Intentas evadirte leyendo un poemario de Rubén Darío…, pretendes reconfortarte con un poco de ejercicio físico…, incluso optas por encender la adictiva televisión, algo extraordinario para ti.

No obstante, nada, las ideas siguen lejos de tu imaginación, escabulléndose, riéndose, solazándose con tu íntima agonía. Las musas se han evaporado, la inspiración corre por caminos distintos a los tuyos. Nunca en la vida te has sentido tan solo.

Entonces recuerdas a Picasso, casi como si le hubieras conocido en vida: “Si existe la inspiración, que me encuentre trabajando”. Te imaginas al famoso pintor frente a un enorme lienzo blanco, inmaculado, sin más compañía que la oscura intimidad. Le ves dubitativo pero firme, destemplado pero constante, desmotivado pero decidido. Luego una pincelada al aire y el lienzo comienza a tomar color, forma y contenido.

Con dicho pensamiento, te sientas frente al ordenador, cierras los ojos y comienzas a escribir; para imitar al difunto Pablo Ruiz. Las palabras fluyen, se entrelazan y se componen en armoniosos párrafos.

Al terminar, te percatas de que tu musa no te había abandonado. Solo esperaba a que te pusieras a escribir.

Iraultza Askerria

3 Comentarios en “Des-inspirado

  1. ¡Felicidades por el relato!. Has sabido expresar una sensación que muchos conocemos y que pocos sabríamos describir como has hecho tú.

  2. JAjajajaja!!! Cómo echo de menos mis queridos iconitos, porque aquí pondría una buena retahíla de todos ellos aplaudiendo como locos…
    Aplausos, querido Iraultza.
    Cuánto conocemos y entendemos esa sensación (vaya, al menos yo) los que escribimos. Qué bien descrita y qué certera descripción de la impotencia, el desasosiego y el dolor que se siente cuando uno no encuentra las palabras…
    Y qué bueno el recordatorio… «Que te encuentre trabajando…» Gran verdad. Pero no está demás nunca que alguien nos la recuerde… Gracias, pues.
    Y gracias por este maravilloso, inspirador y animoso texto.
    Mis felicitaciones, en serio. 🙂

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