London

Cabina telefónica de noche - {author}Quiero hacerte el amor en una cabina de Londres cuando el Big Ben taña las doce de la noche. Tú apoyada de espaldas contra las vidrieras cuadrangulares del puesto telefónico. Mis manos teñidas en el metálico rojo del cubículo. Arrancarte la piel a tiras. En la lujuriosa furia, empotrarte contra la pared una y otra vez. Tú gemirme, yo gruñirte. Confiar en que ningún policía cabalgue a esas tardías horas por el distrito de Westmister. Decirnos “I love you” en la ardiente pelea. Fraudulenta batalla sin vencedor. Ataque fortuito y clímax enloquecedor. Golpeo sin querer el teléfono. Se queda colgando. Te golpeo a ti, cada vez más dentro tuyo. Bramo fuerte, te muerdo la boca y gritas. Me corro. Tus muslos rendidos y húmedos, goteando semen. Y mi boca recogida entre tus cabellos como un muñeco moribundo.

Iraultza Askerria

 

Un bar llamado Propaganda

Terraza - {author}La oscura reflexión de los intelectuales. Sombras aguerridas sobre aparatos viejos. Sillas volteando alrededor de mesas de círculos, propensas a cojear por influjo de los sostenidos. Una coca-cola en bemol y una jarra de cerveza colmada. La algarabía frecuente en cualquier taberna de pueblo. Parroquianos en la barra, jaleando un partido de fútbol. Parejas y cuadrillas charlando fogosamente, por mera pasión de entretenimiento.

Unos labios asomados al cristal. Una boca que, sorprendida, alaba la belleza de la primera. Manos que en la oscuridad se entrecruzan. La mirada fundida en los ojos ajenos, monumentales, del color de la eternidad, campo de todas las tonalidades. Se oyen palabras sobre literatura en el escenario ensordecedor y nada silencioso del bar penumbroso. Oraciones y versos, y relatos y cuentos, fantasías, ilusiones, críticas y futuros. Las promesas van y se cumplen a medida que el tiempo les cede oportunidad.

Se intercambian frases y caricias. Los minutos vuelan, aun pareciendo estancados en una recíproca esfera, cubierta de rosa y azul, de felicidad y fortuna, de sabiduría y fidelidad, de creatividad y vigor.

Arden las estufas en la fría noche avivando los espíritus enamorados de nuestros dos corazones.

Iraultza Askerria

Arena blanca

The stolen moment - {author}Arena blanca, avena blanca, en tu sexo juvenil. Llanura límpida, superficie limpia, como un cielo despejado. Mis besos se desbordan por tu inquietada seda, invitándote a gemir desconsoladamente.

Se retuercen tus senos por la presión de mis manos, y los simulan tus ingles por la mordiente embestida. Abro mi boca entera y la cierro en tu pubis, tan reluciente y hermoso, tan libertario como una estrella.

Me divierto en tu congoja. Filete mío de carne rosa, arrugada, flexible y húmeda de sal, tan propiamente vinculada al mar como a la florida naturaleza. Tulipán de cuatro pétalos cuyo polen devora mi lengua, arrastrado por tus piernas dobladas, por mi barbilla hundida en ti.

Y en los espasmos que te socorren, escucho como gritas mi nombre, mientras me decapitas con los muslos y luego aflojas la cuerda del inocente.

Un último beso te cierra los labios para dormir.

Iraultza Askerria

Entre comas

Photo - {author}No puedo poner un punto y aparte, ni tan siquiera un punto y seguido, a los acontecimientos que entrelazan nuestras vidas, porque no concibo una relación a trompicones, compuesta de pequeños trozos a los que los signos de puntuación ponen un punto y final, algo que me niego a compartir, puesto que solo deseo un vínculo largo, infinito, con un inicio, pero sin ninguna conclusión, donde las estrellas iluminen en la lejanía una vía en expansión, esa que recorreremos tú y yo sin hacer un alto en el camino, andando de la mano y en recíprocos pensamientos por los senderos de la vida, en la cual no habrá mayores lazos que las comas, que las comas que, sosegadamente, calmarán los impulsos de nuestros sexos y nuestros viajes y nuestras conversaciones, y dicho de otra forma, nuestras vivencias y convivencias, porque no existirá término alguno, ningún punto y final, hasta que la muerte decida, por propia voluntad, escribir el requiescat in pace.

R.I.P.

Iraultza Askerria

Amarte y escribirte

Desnudo 03 - {author}Arroparnos en la desnudez de los desgarros cuando el deseo resulta tan fiero como indomable, y el amor nos nutre la piel sudorosa, haciéndola enrojecer por la presión del cariño. Tiernos movimientos de globo en la superficie de los cuerpos nacarados, y el brillo ejemplar de nuestra esperanza. Pacientes al aguardo del regreso.Y entonces surgen las llamas, el crepitar de las caricias, las explosiones cosmológicas que llenan el vacío con átomos de hidrógeno. Áureos resplandores coloreando el firmamento. Lunas brillando más que las estrellas. Los gemidos y las confesiones de ternura como diálogos shakespearianos. Susurran el niño y la niña cuando se hacen pasar por adultos.

Joven amor que nunca muere. La vejez nos está vedada.

Es la eternidad el legado que hemos labrado para nuestros dos corazones.

Iraultza Askerria

Pedacito de perfección

Io sono vivo, voi siete morti - {author}Pedacito de perfección, solo tú me completas, me ilusionas, me rejuveneces, me contentas. Mi trocito de almíbar y caramelo, mi columna de dicha y voluntad, mi mayor deseo y necesidad. Vuelan las palabras, opacas por la distancia, pero persiste tu voz incólume en mis recuerdos.

Eres tú más que una constante vital: una medición física, una fusión química, una atracción gravitacional que mueve esferas y universos. El angelito de la noche y el tulipán del día. Entre tus alas y pétalos duermo plácidamente esperando a que me despiertes con un beso.

Tú: mi eternidad. Yo: tu eterno. Amémonos siempre en este inolvidable presente de cuyo futuro jamás podremos separarnos.

Iraultza Askerria

Monumento

3189-Monumento a Daoiz y Velarde en Segovia (Castilla y Leon) - {author}Dulce y altiva como un monumento antediluviano que perdura en la memoria de hombres, retratos de artistas y diccionarios. Te alzas así sobre el mundo, momificada como un cielo cuya belleza solo se puede contemplar. Tocarte, o aun peor, saborearte, queda reservado a los dioses.

Catedral de huesos de mármol, templo de agua sagrada, alcázar de trémulas carnes que se defienden de la soledad. En tu seno la poesía vive y suspira, en tu boca florece la inspiración y se acongojan los miedos, y en tus pupilas crepitan soles, lunas, astros y galaxias enteras.

¿Existe mayor patrimonio para la humanidad? ¿Joya de más valor? ¿Mujer, flor, palacio o universo que acapare más belleza que la tuya? No, claro que no.

Yo inmortalizaré tu casco antiguo, convertiré tus esbeltas columnas en un nuevo orden arquitectónico, propondré las arquivoltas de tu cabello como patrón para ornamentar portadas, y la silueta de tu pecho formará un novedoso arco apasionado, sólido y precioso.

Las nuevas construcciones replicarán el perfil de tu cuerpo, y en el futuro todas las ciudades del mundo se parecerán a ti. No habrá lugar en el mundo donde no se escuche tu nombre.

Iraultza Askerria

La fruta prohibida

Photo - {author}El afeite de tu sexo desnudo ante mis labios rojos parece más un caramelo envuelto en elegantes galas que un órgano cercano y tangible que tañer con la boca. Lo contemplo inmóvil, pletórico, radiante en su rocío, empañado de miel y encanto, y temo que, si lo beso, sea condenado al averno por haber degustado la fruta prohibida.Por ello, me quedo quieto, distante a menos de cuatro centímetros, intentando decidir qué hacer con mi vida en un momento tan crucial como aquel, mientras tu cuerpo de nieve y chocolate se desprende de la realidad esperando una caricia de fuego.

Al final, me decido: unto mis labios entre los tuyos, me lleno de la suavidad de tus muslos colorados y al momento de saborearte comprendo por qué Eva tampoco se arrepintió de hacerlo.

Iraultza Askerria

Rostro de invierno

Recoleta - {author}Tenías el rostro desdibujado por las lágrimas.

El viento de la costa, tan irascible en los límites del litoral, te azotaba la cara helando el llanto de tus ojos y formando ríos de escarcha alrededor de tus mejillas. Los labios, timoratos, estaban húmedos de salitre y parecían descarnados a causa de los gemidos inconsolables de tu alma. La flor del verano que había sido tu rostro era ahora menos que un tallo de invierno.

Mientras tanto, se extendía ante ti el acantilado de la muerte, y el viento te arrastraba a su seno.

Iraultza Askerria

Entre el Sáhara y el Everest

Everest - {author}Viajé por el cereal de tus ojos, hundiéndome en una perla alfombrada de noche. Me interné en las estrellas de tu mirada, como un yeti vagabundo en las faldas del Everest. Sediento, me ahogué en el Sáhara de tus labios secretos y quedé empapado por tu rechazo. Firmé un beso a la puerta de tu boca que quedó sin identidad.

Fuiste un desierto inabarcable, que no pude regar con mi amor. Fuiste una enorme montaña cuya cima no fui capaz de coronar. Fuiste la amplitud agónica de la nada y la impenetrable fortaleza de la inmortalidad.

Siempre fuiste más que yo y nunca pude alcanzarte.

Iraultza Askerria