Feb62018
Archivo de la categoría: Microrrelatos
Ene302018
Los rascacielos de Tokio
Abajo, las calles están vacías. El viento de la tempestad lo domina todo; desde la soledad hasta los recuerdos de antaño, que en forma de coches y establecimientos, evocan una pasada época repleta de humanos y de vida.
Ahora, la polución y las altas temperaturas del sol han convertido las grandes ciudades en poco más que grandes cementerios. Lo único que queda de pie son las inmensas construcciones que el ser humano erigió por encima de su cabeza, con la estúpida intención de alcanzar los cielos.
Ene22018
Desfallecernos
Dic282017
Poesía…
Poesía son tus nalgas desnudas bajo mis mordientes labios. Poesía es la cerrazón de tus muslos, que en su línea turgente esconden perlas rosas en un mar modesto. Poesía son tus lunares espolvoreados cual chocolate sobre la piel bronceada. Poesía es tu ombligo redondo, salino, perfumado, erótico, demencial. Poesía son tus ojos, tus ojos redondos y grandes, gigantescos, teas, luces, estrellas, soles. Poesía es tu gemido trotando sobre mi prado negro y enraizado. Poesía son tus giros y contorsionismos cuando me abandonas para besar el cielo. Poesía es tu corazón desbocado, irrefrenable, a punto de caer al acantilado de los sueños y los placeres. Poesía son tus manos cuando me masturban. Poesía es tu cuerpo de sirena hundido en la espesura de un orgasmo con sabor a semen. Poesía son las cosas que me dices al oídos cuando pierdes el pudor y el romanticismo. Poesía es hacerlo contigo y hacérselo a tu boca y a las entradas prohibidas de tu celo de princesa. Poesía eres tú, en ti misma, renovada mujer de cuento y fantasía. Toda la poesía que puedo escribirte mientras desfallezco.
Dic262017
El gerente ocupado
—María, toma nota de cuanto voy a decirte. A las diez, entrevista con el director de Industrias Petrolíferas. A las doce reunión con nuestro departamento de marketing. A la una estaré en mi despacho. Bajaré a comer a las dos. A las tres tengo que asesinar al señor Black, y por último…
—Perdón, ¿cómo ha dicho?
—¡Vaya! Se me ha escapado. Lo siento María. Apunta que a las cinco tendré que matarte.
Dic192017
El caballo de Helena
Sobre la alfombra de la habitación, reposa un caballo de juguete. Está esculpido en madera, con unos ojos cilíndricos de color azul que parecen estallar en lágrimas. En su lomo se ha cincelado un epígrafe con letras rojas, apasionadas, llenas de cariño. Rezan lo siguiente: “betirako maite zaitut”, y debajo, con una grafía diminuta, aparece el nombre del escultor. Al lado, el de la princesa a quien va dedicado semejante regalo. Un juguete con forma de caballo y corazón que llora ante la soledad a la cual se le ha desterrado.
En la misma habitación, en una cama individual que limita con la alfombra, se escuchan unos gemidos intermitentes, agudos e intensos. Los muelles del colchón gritan infieles ante la ofensa de su uso. La almohada se encoje ante el sudor lujurioso de los dos amantes. Y el caballo de madera, exiliado en la alfombra, contempla entre lágrimas cómo su amada abre las piernas a un amor desconocido.
El aire se vicia y la luz se ensombrece; los segundos se ahogan y el cariño agoniza; la vida parece una ironía y la muerte un destino anhelado. Ante los ojos del juguete de madera, su Helena ha regresado con Menelao.
El caballo cierra los párpados, incapaz de asistir a tanta deslealtad y desapego. No quiere mirar; se enclaustra en sus pensamientos recordando el duro trabajo que le supuso al escultor tallar su cuerpo.
Unos minutos después, el hombre se baja de la cama y aterriza encima del juguete de madera.
El caballo se parte en dos, como un corazón roto.
Dic72017
Diciendo adiós
Tarde o temprano todo el mundo siente que la vida, en un principio maravillosa y tierna, aparece infatigablemente cruel y ladina al otro lado del muro de la ilusión. Es allí donde surgen sus garras más temidas, mezcladas de casualidad y sofisticada conspiración, para arrancar en un instante la mera ilusión de existir, la esperanza de mantenerse con vida.
Di adiós a la alegría, di adiós a la felicidad, da la bienvenida a un amor que te puso los cuernos y, después, si tienes cojones, pégate un tiro.
Nov282017
Mi universo
Has sido esculpida con trocitos del universo: polvo de estrellas, soles ardientes, enanas blancas y nebulosas de gas. La canción del cosmos a la puerta de tus labios y tus pensamientos surcando a la velocidad de la luz. Alrededor tuyo orbito como un planeta condenado a no alcanzarte, deseoso de que te unas a mí en una explosión agónica.
Nov212017
Fósforo
Oct192017
Tu nombre oculto en la esperanza
Busco un nombre en mi memoria, teñida de dulces sueños. Espera, espera, no la pierdas de vista. Es una palabra, un apelativo. Es tu apellido. Un vocablo encarnado de rosa con orlas brillantes de rojo pasión. Un vocablo adorado por los aromas de las flores y la frescura de la brisa. Un vocablo que, pronunciado, alegra el alma, el corazón y la mente. Vida mía…, que en un nombre englobas la felicidad. Maremágnum de endorfinas. Analgésico.
Di su nombre, ¡nómbrala! Adelante, labios, ¡tomad las riendas!, ¡gritad su nombre! Descubrid ante el mundo su verdadera identidad, oculta en la posibilidad de escucharla una vez más.
Palabra. Esperanza.