No llores

9 Crimes - Raul Lieberwirth

Cobijada entre sus brazos
llorabas desconsolada.
Las lágrimas como mazos
te golpeaban, ¡su amada!
Tu rostro tan macilento
parecía perder vida.
Evaporado el aliento,
incluso siendo querida.
Llorabas, amiga mía,
llorabas por la dolencia
de no verle en mucho tiempo.
Él pronto se marcharía,
y ya su cercana ausencia
parte en dos el sentimiento.
Pero no llores, no llores,
así no te quiero ver.
Piensa que en estos amores
esperar hay que saber.

Iraultza Askerria

El lago camposanto

Eres un lago eterno de frescura.
Sin ahogarme en ti puedo naufragar.
Me llenas, me rodeas como un mar
templado; inmensa y plácida figura.

Me reflejo en tu líquida hermosura,
bálsamo rico, tú puedes curar
del monótono sentido de estar
buscando en esta vida la cordura.

Pero así es suficiente: loco, amante
de un lago sin final, lleno de vida
y que llena la mía con talante.

Lago eterno infinito que en ti quiero
morir, que no me importa si me olvida
el mundo mientras dentro tuyo muero.

Iraultza Askerria

Te voy a escribir una copla

Te voy a escribir la copla
más bonita de este mundo,
para que cuando estés triste
la releas con orgullo.
Así sabrás que te amo
y me sentirás tan dentro,
que aunque no esté a tu lado,
conocerás cuanto te quiero.

Te voy a contar un cuento,
el más hermoso de todos;
de princesas y dragones
y de un caballero loco;
que tan loco como un sueño
intentó volar sin alas,
para ver si con su empeño
podía alcanzar tu cara.

Te voy a cantar poemas
para que nunca lo olvides,
y que te sientas dichosa
mires por donde lo mires.
Que sientas mis dulces versos
como el roce de la brisa;
que los sientas cual los besos
que nos dimos noche y día.

Te voy a pintar retratos
en un marco de oro y plata,
donde la chica más linda
perdure noche y mañana.
Serán tus labios El Beso,
y tus ojos: ¡La Mirada!
Y en el altar de mis huesos,
tú vivirás encumbrada.

Te voy a trazar un mapa
donde el mundo sea pequeño;
para que tanta distancia
no provoque este tormento.
Porque a mi lado, princesa,
haces del mundo algo inmenso;
y no habrá estrella o planeta
que eclipse el haz de tu cuerpo.

Te voy a decir con versos
lo que nadie nunca ha dicho:
¡Qué te amo, qué te quiero!
¡Qué eres única! Infinito,
una cura y un alivio.
Eres mi fuerza y mi llama,
la razón por la que vivo,
y el aliento de mi alma.

Iraultza Askerria

Intento fracasado de soneto

«Escríbeme un soneto», díjome ella.
«¿Cómo quieres la rima?», inquirí.
«No me importa, con tal que sea bella
y que salga cariñoso de ti».

«Y el tema, ¿en qué quieres que haga mella?,
buscando la respuesta le insistí.
«Tal vez: piensa que yo soy tu doncella;
tú, caballero audaz que lejos vi».

Reí por la propuesta y la besé.
Le prometí el soneto a la mañana
que convirtióse en épica más ancha.

En darle un nombre décadas tardé
para entonces mi amor era una anciana.
Nace así Don Quijote de la Mancha.

Iraultza Askerria

Todo cuanto eres

Los ríos de la vida,
las venas de tu cuerpo,
que en tus piernas tan suaves
me roban el aliento.

Los ojos cual estrellas
el fruto del momento,
que a todas las princesas
superan en ejemplo.

En tus labios de fresa
dulce néctar aprecio,
tan sabroso en mi mente
que sin ellos… ¡me muero!

Las manos, dulce seda,
atrapándome el pecho,
como una luna llena,
me repletan por dentro.

Tu rostro de angelito
una obra de arquitectos,
hermoso como un mito,
tan rico como un sueño.

Y esa voz, que como el vino,
engrandece el sentimiento,
cuanto más llega a mi oído
tanto más sé que te quiero.

Todo eso tú lo eres
y aún más podré contarte,
que versos habrá siempre a
la mayor obra de arte.

Iraultza Askerria

Impenetrable

Las venas de la vida te recorren
por dentro. Impenetrables son tus piernas,
cual buque acorazado ante galernas.
¿Habrá algo que sus duras fuerzas borren?

Ni tan siquiera la húmeda saliva,
tampoco con la magia de mis dedos;
derrotarte podré, mujer altiva.

La infranquëable mar de los mïedos.
La dulce, tosca y bárbara nativa.
La rosa del zarzal de los hayedos.

Iraultza Askerria

Tu cuerpo

Veladas piedras preciosas
por alas de mariposas.

Fresa aliñada de almíbar,
delicioso caramelo.

Seno blanco, blanco pecho,
pequeño pilar del cielo.

Redonda huella de arena
anclada en el paraíso.

Muro hecho de terciopelo
que esconde espigas de trigo.

Sexo, ¡ah, tú íntimo sexo!
Y mis besos en tu sexo.

Raíces que brotando de tu alma
suben mi pecho a besar mi garganta.

Iraultza Askerria

Perdido

Buscando en este mapa que es tu cuerpo
la senda de llegada hasta tu sexo,
perdíme en laberintos de cristal
que sabían a cielo, pan y sal.

Recé solo esperando tu rescate,
mas disfrutabas viéndome en tus carnes.
Perdido, sin saber por dónde ir,
perdido, y a la vez siendo feliz.

Me alimenté de ti con la noción
de que si te comía yo, yo mismo,
lograría encontrar tu corazón.

Y así lo hice, lento, sin sufrir,
y ya cuando escuché el primer gemido,
supe que lo había encontrado… ¡al fin!

Iraultza Askerria

Morirme dentro de ella

Materia femenina, concebida de sol,
que gimes a escondidas al placer de la unión.

Tus cumbres sonrojadas de saliva bañada
se yerguen sobre el mundo como dos bellas hadas.

Las ramas que se extienden en ti son terciopelo.
La luz que te corona, estrella de universo.

Los pozos cristalinos, que todo lo han de ver,
traspasan mi interior cual parte de mi ser.

La sima en la raíces, de césped revestida,
perfume como flor, sabores de ambrosía.

Hermoso cuanto es tuyo, hermoso como estrellas.
Querría yo morirme… morirme dentro de ella.

Iraultza Askerria