Columbograma

paloma - {author}Arthur… no tengo mucho tiempo. El sonido de las cadenas repercuten en las paredes de mi mansión y los gruñidos de la criatura ensordecen los pasillos. Mi mano tiembla al escribirte esta carta. Tengo miedo, mucho miedo. No de la muerte. Pero sí del mal que he desatado y que amenaza con propagarse fuera de estos muros de piedra.

Quiere matarme, Arthur, ¡quiere matarme! A mí y a toda la humanidad. Pero me enfrentaré a ella, y rezaré a Dios para que no deje escapar a tan despiadado engendro. Por eso, Arthur, sangre de mi sangre, pronto estaré muerto, junto a ella; espero. Pero si fallo, si no lo logro hermano mío, ¡te suplico que acabes con ella!

Sólo tú conoces el secreto que hoy me llevaré a la tumba.

Huele a pólvora y a podredumbre. Significa que se acerca.

Pronto volaré por los aires, más alto quizá que esta paloma que te envío.

Iraultza Askerria

Duerme

Δ† - 55Laney69

Rejuvenece mientras duermes
como un ángel sereno.
Rejuvenece entre las plumas
calurosas de mi apego.
Descansa vida mientras sientes
en tu rostro mi aliento.
Descansa niña que nocturna
no debe inculcarte miedo.
Suspira dulce y lentamente
abrigada ami cuerpo.
Suspira tu inocencia pura
en el más caro silencio.
Descansando rejuveneces;
suspirando, te quiero.
Duerme hermosa y divina luna,
que yo velaré tus sueños.

Iraultza Askerria

Nexo

Something to Confess. - {author}Gemiste al escucharme.

Mi demostración de afecto significaba para ti mucho más que las constantes penetraciones que ahondaban en tu vientre, buscando el modo de perpetuar mi complacencia finita a expensas de partirte el cuerpo en dos.

Te apretaste a mí con fuerza y yo me apreté contigo, y nos apretamos tú y yo como se apretaron nuestros genitales y nuestros pechos y nuestras frentes al rojo vivo e, incluso, nuestros ojos.

Fue la culminación de nuestra unión espiritual, el nexo irrompible entre un joven y una muchacha, el fuego purificador quemando simultáneamente unos cuerpos: nuestras vidas.

Vidas destinadas a existir en conjunto mientras la muerte aguardaba para asesinarlas a la vez.

Iraultza Askerria

La tentación

tentacion. - mami13

Es la tuya la sincera
manzanita del paraíso
que acaricio ya muy cerca
¡tentador que es el destino!
Es pecado capital
observar los corazones
de la niña virginal
y querer comer sus flores.
La serpiente me envenena
y me muero de agonía
por ansiar besar la pena
atascada en tu sonrisa.
Un reflejo en mis razones
¡advertencia!, caso omiso.
Ignorando los temblores
voy con mi emoción de niño.
Niña mía, soy tu hombre;
sirenita, mi Yasmín.
Es real y azul mi nombre,
no te escapes, ¡ven aquí!
Eres árbol en el centro
no movible del edén.
Con tu fruto me enveneno,
¡qué ahora Dios me juzgue bien!

Iraultza Askerria

Igual que ayer

ferias. - {author}El jolgorio se acercaba a la medianoche. Los fuegos artificiales se avecinaban y los parroquianos se agolpaban unos contra otros, buscando ascender al firmamento.

Entonces, otra vez igual que ayer, el ruido y el color rompieron la templanza del universo. Desaparecieron las estrellas bajo resplandores azules, rojos, blancos y verdes.

No había nada más hermoso. Vecinos y turistas de la capital lo sabían. Allí estaban los taberneros, con su merecido asueto. Feriantes despachando buñuelos y churros. Bailarines exhaustos tras genuinas manchegas. Los niños pequeños subidos a los hombros de los padres y las madres más atentas a los fingidos llantos del carricoche que a la propia realidad. Y entre esa multitud, resaltaban los jóvenes.

Los fuegos artificiales siguieron, como siempre, adornando el cielo sin estrellas, atrapando la atención de la gente. Ruido y más ruido en el recinto ferial.

Pero más allá, allí donde terminaba las barracas, sorbida por las brumas de la soledad, una muchacha de quince primaveras lloraba arrodillada ante Dios. Pero nadie acudió a rescatarla, y solo la mirada noctámbula de un escritor pudo vislumbrar alrededor del ojo de aquella niña un terrible moratón.

Y, efectivamente, día tras día, año tras año, siglo tras siglo, se repetía la misma historia, la misma injusticia, la misma actitud cobarde que había convertido a la Y en una variante sin perdón, y a la X en un símbolo de perfección y gloria.

Iraultza Askerria

Lujuria infinita

Deseo - Desire - {author}Hojas de terciopelo sobre las que escribir deseos, deseos de amor, de sexo, de eyaculaciones en tu vientre plano, de los picantes sabores de tu boca y de tu sexo. Tintas de sudor y efluvios corporales, solo visibles para nuestros ojos, que se evaporan entre las caricias y los murmullos. Murmullos acompasados del uno y del otro, al hacer el amor. Interjecciones silenciosas cuando nos practicamos sexo oral simultáneamente. Repertorio de incidencias y arañazos, de un cuerpo aplastado contra otro, de un cuello maltratado por la voracidad del orgasmo.

El compás de la lujuria en su lento pero inexorable camino al infinito.

Iraultza Askerria

Morir bajo tu pecho

176/365 - Always Kiss Me Goodnight - {author}Jodidas ganas de follarte, amor, sin pensar en el mañana ni en las palabras. Cogerte de la cintura estrecha y estrecharte como un trocito de pan contra la pared. Que ganas de quitarte la ropa a mordiscos, y ponerme tus bragas de corbata, mientras beso el río perdido de tus muslos e introduzco en tus labios mis candentes dedos. Gano en ganas para ganarme tu coño y envainar ahí mi cetro de oro, y apuñalarte fieramente boca abajo y tú sufrir mi peso boca arriba. Cogerme del cuello. Cogerte las tetas. Cogernos mutuamente como perros, y salvajemente gemir gloriosos y correrme en tus labios de húmedas mieles…

… para luego dormir a tu vera, sin ganas ya de vivir y sí de morir bajo tu pecho.

Iraultza Askerria

Velocidades

Con el coche acelerando al límite de la legalidad, pasé mi mano por la palanca de cambios, con tanta suerte que rocé con los dedos tu rodilla cercana. Sentada junto a mí, parecías ignorar mi involuntario roce, al tiempo que tu mirada de oro se perdía en la argéntea autopista.

Quise probar suerte y comprobar hasta que punto tu ausencia era real o quimérica. Mi mano se posó como una pluma en tu liviana rodilla, donde la cobertura de un pantalón negro me insinuaba la perfección de tus huesos. Casi podía sentir bajo la tela tu piel de alabastro, de arena, de brisa cadenciosa y tibia.

Driving The Volvo-Thomas Anderson

No dijiste nada, aunque te escuché suspirar, y sentí como se te erizaba el vello a causa de la emoción. Supe que, acomodada en el asiento del copiloto y con el asedio de mi mano sobre tu rodilla, poco podías hacer salvo dejarte llevar.

Tomé una curva y luego rocé las tuyas con mi palma apresurada. Subí por el muslo voluptuoso, tonificado y curvo, recordando aquella lejana vez en que un beso mío inauguró la apertura de tu virginidad. Seguí en mi avance ofuscado mientras mis dedos tanteaban tu pierna. No había mejor sustento para el porte de una princesa.

Supe que si seguía subiendo por el muslo, llegaría a la frontera prohibida, cálida y húmeda de tu sexo; a tu ingle izquierda donde podría reconocer entre los bordados de la ropa interior, a tu tesoro, a tu bomba de relojería, a tu mayor secreto.

Entonces, el coche chocó contra el guardarraíl de la carretera y se despeñó poco después por un barranco de varios metros. Nuestros cuerpos se ataron en un amasijo de hierros y sangre.

Pero no me importaba morir de una forma tan romántica, recorriendo tu sexo y tu corazón a la máxima velocidad.

Iraultza Askerria

Beso rosa

Kiss - {author}Lanzar la sábana al encrespado pubis y apaciguar su fortaleza con un roce húmedo. Cubren el pudor los cabellos negros y las manos toman débilmente el rostro acunado sobre el vientre.

Hembra rosa. Hombre ciego. Ver más allá de la realidad cuando es cierto lo imposible. Simplificando el placer para derribar el odio, mientras sonríen los gases nobles en la polución del sexo.

Saliva contra saliva. Claroscuros de sabores entre aromas almizclados. Embudar la boca y lacerar con la lengua. Oblicua punzada tras íntegra envoltura. Se queda abierta la sima y libre el pedestal ante otra profunda ingestión.

Y tan profunda…

… que se rompe la agonía en cien pedazos. El corazón se tambalea sin pedir perdón ni permiso. Llora un gruñido gutural sin que el beso rosa se inmute. Explosión de llamas.

Los labios teñidos de blanco como una flor de azucena en su zigurat de luz.

Iraultza Askerria

Palmeras

Photo - {author}Parecen palmeras las cortinas de tu dormitorio, cuando al leve suspiro de un gemido se agitan a pocos centímetros de tu cabello de betún. Luz en tus ojos cerrados, placenteros, casi ausentes, que observan la nada sintiéndolo todo.

Lengua mía que empapa la ribera de tu cuerpo frágil, y con sabiduría penetra allí donde más débiles se vuelven las aguas. En la música de tu estómago escucho trinar a los gorriones, y un poco más abajo observo que el nido se abre para dejarlos volar.

Llega a la copa de los mares y déjate embelesar por el firmamento, que mientras mis besos te llenen por dentro no tendrás tú que pensar en nada, salvo en palmeras.

Iraultza Askerria