No llores

9 Crimes - Raul Lieberwirth

Cobijada entre sus brazos
llorabas desconsolada.
Las lágrimas como mazos
te golpeaban, ¡su amada!
Tu rostro tan macilento
parecía perder vida.
Evaporado el aliento,
incluso siendo querida.
Llorabas, amiga mía,
llorabas por la dolencia
de no verle en mucho tiempo.
Él pronto se marcharía,
y ya su cercana ausencia
parte en dos el sentimiento.
Pero no llores, no llores,
así no te quiero ver.
Piensa que en estos amores
esperar hay que saber.

Iraultza Askerria

3 formas de bautizar a los personajes

Random term-of-endearment generator - Yersinia pestisCuando los personajes germinan en la mente del novelista, suelen aparecer con un carácter y un físico más o menos definido, pero la mayoría de las veces carecen de un nombre o un apellido. Es entonces cuando el autor tiende a buscar infatigablemente un nombre adecuado para su protagonista, antagonista o secundario; tarea que, muchas a veces, se alarga hasta lo indecible.

Como escritor, tengo que confesar que me cuesta una barbaridad elegir los nombres de los personajes de mis novelas; en serio: una barbaridad. Puedo imaginar sus caras, cómo actuarán o qué dirán, pero la identidad queda postergada a un segundo plano. Otras veces, en cambio, opto apresuradamente por algún nombre y a mitad de la obra, me siento obligado a modificarlo: el nombre no me gusta, me he cansado de él o me parece cacofónico. Esto me ocurrió con cada uno de los protagonistas de Sexo, drogas y violencia.

Sé que seleccionar el nombre de los personajes de nuestras novelas no es tarea fácil y por ello anoto aquí tres posibles alternativas que espero os puedan ayudar.

1 – Generación aleatoria de nombres

Si bien es difícil encontrar un nombre cabal para el protagonista de una novela, el problema se triplica cuando aparecen personajes secundarios como el padre, el repartidor de periódicos o la maestra de los niños. Individuos, quizá, no importantes, pero que necesitan un nombre.

Para estos casos propongo el uso de distintas herramientas que generan identidades completamente ficticias. Fake Name Generator es una utilidad web que permite escoger nombres entre una larga variedad de ramas lingüísticas como el inglés, el alemán, el árabe o el español. El servicio genera una identidad completa automáticamente, incluyendo nombre, apellido, edad y otros datos.

El siguiente enlace, también es recomendable para la generación aleatoria de nombres, aunque no apellidos. Por el contrario, explica el significado y origen etimológico de cada nombre, lo cual puede ser muy interesante para el escritor.

A aquellos autores que escriben fantasía o ambientan sus historias en mundos épicos, les propongo las siguientes dos herramientas: Wizards Character Name Generator y Generador de Nombres de Fantasía

2 – Listín telefónico

Con los avances de la tecnología, las tradicionales páginas blancas han quedado relegadas a un segundo plano. Todavía así este voluminoso libreto presenta una enorme diversidad de apellidos. Muchos de ellos nunca los habremos escuchado, otros los recordaremos con alguna que otra cara y algunos pocos nos inspirarán emociones literarias.

Navegar entre las hojas de las páginas blancas permite descubrir miles de identidades. Una buena forma de hallar un apelativo para ese personaje desconocido que aparece constantemente en los capítulos de nuestras novelas. Agustiano, Eukene, Recadero, Loreto, Anastasia. ¿Quién sabe?

Basta buscar unos minutos para encontrar un nombre oportuno.

3 – ¿Cómo llamarías a tus hijos o hijas?

Pregúntale a tu mejor amigo, pregúntale a tu ex-novia, al vecino del cuarto, al tabernero. ¿Cómo llamarían a sus hijos? ¿Qué otros nombres les hubieran gustado? ¿Cuáles odiaban?

Entrar en contacto con la gente, permite conocer pequeñas historias sobre este o tal nombre. Quizá para algunos resulte dificilísimo encontrar un nombre adecuado, pero habrá muchos padres, madres y progenitores primerizos que hayan pensado en ello incesantemente. Conocer estas preferencias puede ser un modo inmejorable de bautizar al protagonista de nuestra obra.

Los nombres forman un extenso vínculo afectivo y adentrarse en él puede ser el motor de nuestra imaginación literaria.

Conclusión

El nombre de un personaje de novela es su punto inicial de caracterización, en su rasgo número uno, es la forma con la que el lector lo identificará durante el resto de las páginas. Vale la pena ofrecer variedad para no confundir al lector con personajes que se llamen igual o parecido. Asimismo, hay que interesarse por la consonancia de nombres en cuanto a época o país. No es lo mismo una novela ambientada en el Reino Visigodo de Tolosa o en el Imperio Español del siglo XVI.

Ah, y se me olvidaba, si utilizáis algún truco para elegir los nombres de vuestros personajes, no tenéis más que comentarlo. ¡Gracias!

Después de un largo beso

Libby & Austin | The Pub *Explored* - Sean MolinNos entregamos un beso largo, ardiente como el sol, de infinita existencia. Sus rizos pintaban caricias sobre mi rostro, suavizando mi piel con su seda, como un algodón de brillante pureza que propagaba su tersura, su finura. Sus complacientes labios, una acuosa ambrosía, me atravesaban a voluntad, hiriéndome muy dentro mientras yo procuraba defenderme con la pericia de las mismas estocadas, pero sus quites y envites me desarmaban, me hacían enloquecer. Ni siquiera el escudo de mi hermética boca podía resistir sus acometidas.Cerré mis húmedos labios contra los suyos, atenuando el beso de fuego que nos había unido, pero ella terminó por romperlo.

Se despidió con el roce de sus labios y se desligaron sus dedos de los míos antes de que su cuerpo traspasase la entrada de la soledad.

Cuando me percaté, me hallaba solo, incapaz de comprender lo que estaba sucediendo. Sobre mí cabeza, se alternaban amenazadores el cielo y el infierno, dudosos de cuál debía caer primero.

Extracto de Rayo de luna, de Iraultza Askerria

Los premios Liebster Award III

liebster-awards-3En estas primeras líneas quiere agradecer las aportaciones del blog Salvela, lugar en el que encontramos desde enlaces sobre literatura hasta comentarios y de novelas y libros. Igualmente, agradezco la nominación que este blog ha recibido a los Premios Liebster, y a este respecto, me dispongo a responder a las preguntas que proponía en su entrada:

¿Por qué un blogg?

En los tiempos que corren un blog es una forma impecable de llegar al mundo. Antes quizá las revistas literarias y las secciones de opinión en periódicos y diarios eran una tentativa ideal para darse a conocer; pero con la evolución de Internet y las tecnologías, una bitácora permite divulgar los pensamientos y las obras de cada uno con gran facilidad y rapidez. Con dichos argumentos, me embarqué en la aventura de montar y dirigir un blog.

¿Cuánto tiempo te lleva atender el blogg?

Es un tiempo difícil de medir. Hago un mínimo de tres publicaciones a la semana, generalmente un poema, un artículo y un relato. Si no incluyo el tiempo que necesito para escribir este material y considerando sólo los minutos requeridos para el mantenimiento del blog, publicación de contenido y revisión de comentarios, estimo que unas dos horas a la semana.

¿Qué te llevó a cultivar tu arte o dar noticias de otros artistas?

Cultivar mi arte… Prefiero llamarlo dar rienda suelta a la locura. Desde siempre he sentido vocación por la lectura y la escritura, prácticamente desde que era un niño. En la adolescencia inicié el recorrido real por la literatura, escribiendo poemas, novelas y relatos (de ninguna calidad, eso sí). Pero sólo fue a la edad adulta cuando me decidí a publicitar mis obras por Internet y a leer a otros blogueros; supongo que fue en ese instante cuando sentí la necesidad de desnudarme al mundo, en cuerpo y alma.

¿Qué crees que podría mejorarse, en general, en el mundo del blogg?

¿Cuál es el gran problema de los blog? Por un lado, la calidad de los contenidos: algunas bitácoras copian descaradamente en vez de compartir y aportar ideas, lo que llena la blogósfera de desinformación o, en el peor de los casos, ahoga la buena información.

Por otro, resulta muy difícil darse a conocer y salir a flote, por lo que una inmensa mayoría de pequeñas joyas están escondidas entre millones de entradas, sin que nadie llegue a leerlas.

Por estas razones, me gustaría disfrutar de una blogósfera más cooperativa y menos individual, donde no se busque el enriquecimiento personal, sino la aportación a la cultura y el saber mundial; una especie de blog multitudinario donde todos publiquen y aporten y ayuden y opinen.

Tal vez una utopía… o no.

¿Alguna vez el blogg os ha llevado a sentiros atrapados en una realidad virtual?

Bueno, creo que no; aunque nunca me había parado a pensarlo. El blog es una herramienta de comunicación social, que no puede reemplazar a la realidad no-digital. Es cierto que permite muchas cosas, pero carece del contacto humano y de las desahogadas conversaciones que surgen cuando tomas un café junto a otros artistas.

¿Consideráis el blogg una herramienta de cambio social, de acercamiento entre culturas?

Claramente: sí. La web y, por tanto, los blogs no conocen fronteras. Sirven además para compartir experiencias desde un lado a otro del mundo, lo que permite el acercamiento entre culturas, religiones, idiomas, pensamientos políticos, etc. Aunque frecuentemente sirve para la injuria y la ofensa, el blog siempre puede ser utilizado como una herramienta de entendimiento, cohesión y cooperación universal.

El motor

Jimmy - Hamed SaberEl motor ronroneaba como un gato en celo, con gruñidos suaves y pasajeros provistos de un silbido inherente de satisfacción; mientras las ruedas giraban con delicadeza romántica sobre el asfalto enjoyado que ceñía una senda misteriosa, íntima y virgen.
Tras mirar el reloj de su muñeca, el conductor pisó el acelerador violentamente. Al instante, el motor comenzó a toser de agonía, al tiempo que los neumáticos se arrastraban cual fustigados galgos sobre una calzada repleta de baches y piedras sueltas.
Pronto, los árboles se mostraron coléricos ante la contaminante y ruidosa velocidad del intruso automóvil. Las estrellas se apagaron para dificultar la circulación de aquella sangrante máquina de gasóleo. Las hojas verdes y resplandecientes se agitaron emitiendo un aullido fantasmagórico, como un lobo enfrascado en una demencia psicopática; y la oscuridad se agolpó frente a la cristalina luna del automóvil, cegándolo.
El conductor frenó, súbitamente.
Extracto de Sexo, drogas y violencia, de Iraultza Askerria

Una cita sobre el amor

—Ave querida: ¿podrás explicarme tú lo que es el amor?
—¡Perfectamente, príncipe mío! El amor es al tormento de uno, la felicidad de dos y la lucha y enemistad de tres; es un encanto que atrae mutuamente a dos seres y los une por irresistibles simpatías, haciéndolas felices cuando están juntos, pero desgraciados cuando están separados. ¿Acaso no existe un ser con quien tú te encuentres ligado por este vínculo del amor.

Washington Irving, en Cuentos de la Alhambra

Vano fantasma de niebla y luz

Nude woman - bartEl cuello largo y delgado, como el de un cisne, y suavemente tallado por la mano del Arquitecto, me azotaba la cabeza plasmando imágenes inolvidables. Durante las clases de matemáticas, de filosofía, de biología, de física y química, de historia, de literatura, de lengua castellana, de inglés y del antediluviano euskera, había observado el cuello de la muchacha bajo los destellos de la luz del aula desprendidos por sus tirabuzones; había soñado con tentar sus delicadas curvas que se abrían en delgados y frágiles brazos de porcelana, cuyas manos menudas y esbeltas acogían un carácter laborioso y vivaz; había anhelado besar sus labios de oculto nácar enmarcados en un rúbeo cuadro de melódico contenido; había amado una ilusión, una huella de la memoria, un sueño de cadenas apretadas en el infierno, un gas imponderable de inviable respiración.

Un vano fantasma de niebla y luz, como diría Bécquer.

Extracto de Rayo de luna, de Iraultza Askerria

Cómo gestionar los personajes de nuestras novelas

“Conocer a un hombre y saber lo que tiene en la cabeza son asuntos distintos.”
Ernest Hemingway

Are You Gonna Go My Way? (Explored) - Joe Penniston

Ocasionalmente, el personaje de una novela puede aventajar al propio escritor en cuanto al conocimiento de la trama y el devenir de la historia. Esto ocurre cuando el protagonista, exento de todo obstáculo, avanza en el argumento con total libertad, interpretando su propia vida como si se tratase de un ser real.

Esto tiene diversos beneficios para la novela, pero también algunas desventajas. Este protagonista puede llegar a convertirse en un ser desconocido, tan evolucionado respecto al inicio de la obra, que el narrador puede olvidarse de cómo es, desconociendo a este personaje que creó con todo lujo de detalle.

Además, si la novela consta de varios protagonistas este problema se multiplica, y el autor puede encontrarse ante una amalgama de personajes cuya singularidad desconoce.

Anotar los rasgos de los personajes más representativos

Una de mis primeras recomendaciones es esquematizar la personalidad del personaje, y volcar esta información en un cuaderno aparte, en una etiqueta adhesiva pegada contra la pared o en un liviano archivo de texto. Gracias a ello, el autor podrá recordar de un vistazo el físico, el carácter y la historia más trascendental de sus protagonistas.

Naturalmente, este procedimiento requiere que el autor esté constantemente actualizando los datos de sus personajes; bien durante la lectura del manuscrito o antes de ponerse a escribir. Algún novelista podrá incluso interrumpir la escritura para anotar algo.

La ventaja es que el escritor nunca se olvidará de los atributos de ninguno de los personajes.

Durante la elaboración de la novela, el temperamento de cada uno está bastante asimilado por el autor. Sin embargo, cuando unos años después, éste se embarca en la ardua tarea de realizar la última revisión, el escritor puede haber olvidado muchos de los rasgos de sus protagonistas.

En definitiva, es muy recomendable disponer de una hoja que resuma esquemáticamente la idiosincrasia de los protagonistas de la novela.

A continuación una imagen con el método utilizado en mi novela “La elegante prosa de un asesino”. He eliminado bastantes referencias para no desvelar la trama de la obra, por lo que se trata de un simple esbozo. En cada celda aparecen reseñas de cada personaje, incluyendo entre comillas y en cursiva citas extraídas directamente del manuscrito.

Muestra gestión personajes

Retratar los personajes con imágenes

El personaje nace y perdura en la imaginación del escritor. Éste es capaz de oler, rozar y contemplar cada facción de sus protagonistas. A veces, sin embargo, puede ocurrir que la creatividad literaria no sea suficiente y el personaje aparezca en el cerebro del autor coma una forma difusa de brazos, piernas y cabeza. Además, es muy probable que éste sea el efecto cuando el novelista se haya desvinculado de la obra durante unos años.

La solución para este problema es bien sencilla: buscar fotografías, pinturas, retratos o imágenes que tengan un parecido exclusivo con nuestro personaje. Internet es un ingente lugar de información. Seguramente, nuestro personaje compartirá alguna similitud con algún dibujo o retrato existente en la web.

Hacer esto permitirá que jamás olvidemos el rostro y la fisonomía de nuestros vástagos literarios, sirviendo además de un apoyo constante.

Inspirarse en la vida real

Por último, quiero hacer hincapié en la necesidad de elaborar personajes heterogéneos y pulidos. El panadero, el conductor de autobús, la anciana, el vecino, etc. Todos deben aparecer en la novela como un personaje de virtudes y lacras, con sus peculiaridades distintivas.

Esto requiere un trabajo de creatividad enorme. Sin embargo, mi propuesta para la creación de estos personajes efímeros es la que sigue: inspirarse en los individuos que ya conocemos, fusionar las virtudes y los defectos de varios y concebir así una nueva identidad. De tal forma, cuando procedamos a introducir dicho personaje en la obra, nos será fácil describir sus facultades más simbólicas, evitando el ingreso de figuras planas e insustanciales.

Aquí termino estos pequeños consejos; tres procedimientos que servirán para resolver las carencias de los personajes de nuestras novelas. Siguiendo estos pasos podremos mejorar la simbiosis del escritor con los protagonistas, que frecuentemente nos traen de cabeza. Conocerlos a todos ellos y tener siempre a disposición una imagen o una lista completa de capacidades, favorecerá el proceso de redacción, corrección y revisión.

El escritor guarda mil personalidades distintas. Identificar cada una de ellas en su primer cometido como literato.

Historia del soneto: los orígenes

“Ben è alcuna fiata om amatore
senza vedere so ’namoramento,
ma quell’amor che stringe con furore
da la vista de li occhi ha nas[ci]mento.”
Giacomo da Lentini

Paper Writings: God & Shakespeare - L. Whittaker

El Reino de Castilla estaba sumido en una cruenta guerra contra las taifas musulmanas de al-Ándalus, cuando en Italia comenzaba a gestarse una forma poética que llegaría a conquistar todos los rincones de Europa occidental. Hablamos del soneto.

Los albores silicilianos

El soneto nació en Sicilia de la mano de Giacomo da Lentini, un poeta y notario nacido a principios del siglo XIII y fallecido en torno al año 1260. A él se le atribuyen 22 sonetos y ser uno de los máximos representantes de la Escuela Siciliana. La identidad de Giacomo da Lentini como artífice del soneto es naturalmente dudosa, como otros tantos capítulos de la historia. A pesar de todo, la estrofa ya estaba documentada en 1220, año que coincidiría con la juventud de este siciliano.

En cualquier caso, la nueva estructura poética viajó rápidamente por Italia, primero al sur y luego a las regiones centrales. Aquel incipiente soneto presentaba una métrica endecasílaba y una rima con la forma ABAB – ABAB – CDE – CDE.

La madurez del soneto

En la toscana, Guittone d’Arezzo (1235 – 1294) introdujo una variante en los cuartetos, utilizando la rima abrazada (ABBA); de él se conservan 250 sonetos. Contemporáneo de éste fue Guido Guinizelli (1230 – 1276), uno los escritores italianos más influyentes de la época y precursor de una nueva estirpe de poetas conocida como Dolce stil novo.

A esta generación de la segunda mitad del siglo XIII pertenecen autores como Guido Cavalcanti, Cino da Pistoia, Lapo Gianni o Dante Alighieri. Todos ellos cultivaron en mayor o menor medida el soneto. De éste último destaca la obra Vita nuova, donde Dante ensayó el soneto en honor a su amada Beatrice Portinari.

El gran sonetista

A principios del siglo XIV nació Francesco Petrarca. Es, sencillamente, el paradigma del soneto, el sonetista por excelencia. Su influencia es enorme en la poesía occidental ya que originó una nueva corriente conocida como petrarquismo. En su Cancionero aparecen 317 sonetos dedicados a su idealizada Laura. Estos poemas están compuestos por cuartetos, no serventesios, y tercetos de rima variada, una estructura que terminará inspirando a los autores castellanos. Por tanto, fue Petrarca el que dispuso la estructura definitiva del soneto.

Nuevos horizontes

Casi dos siglos de itinerario fueron necesarios para que el soneto se consolidara como una de las formas más notables de componer poemas. La métrica endecasílaba y la rima consonante señalaban un estilo noble y culto; sólo al alcance de los mejores poetas.

Pero a finales del siglo XIV el soneto sólo se había afincado en Italia, aunque no habría que esperar mucho más para empezar a leerlo en otros países europeos. Pero eso ya es otra historia.

Errores comunes en los personajes de nuestras novelas

“Los personajes no deben aparecer como fantasmas sino como realidades creadas, construcciones inmutables de la fantasía: más reales y más consistentes, en definitiva, que la voluble naturalidad de los actores.”
Luigi Pirandello

The Making of Harry Potter 29-05-2012 - Karen Roe

En todas las profesiones y vocaciones, los errores son comunes y están a la orden del día. No en vano, hay un dicho que cita «el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra». Mayor certeza, no habrá en el mundo.

Escribir es, posiblemente, una de las ocupaciones que más desaciertos genera. Sean gramaticales, ortográficos, estructurales o de estilo, hay profesionales que se dedican únicamente a la corrección de textos. Otros, como yo, sufren el acecho constante del fallo y el desliz, de una equivocación inenarrable o de un despiste difícil de perdonar.

Sin embargo, no considero que quien comete faltas ortográficas o gramaticales no sea un buen escritor. Considero que un mal escritor es aquel incapaz de imaginar un paisaje, narrar en un tono uniforme o caracterizar singularmente a su personaje protagonista. Y considero, asimismo, que de los errores se aprende y que para llegar a ser un gran escritor primero hay que ser un pésimo escritor.

Vamos a centrarnos ahora en los errores comunes que cometemos durante la creación de nuestros personajes, que en las novelas especialmente, requieren una verdadera atención. No se les puede perder de vista, y hacerlo puede suponer extraviar para siempre el hilo de una historia magistral.

El protagonista como fiel reflejo del autor

Uno de los peligros más habituales, y que acecha especialmente a los autores jóvenes, es crear personajes idénticos al escritor. Esto puede ser correcto si se trata de una autobiografía o de una novela en primera persona donde abundan episodios inspirados en experiencias personales. Sin embargo, cuando se trata de ficción pura, es un gravísimo yerro.

En ocasiones, el escritor concibe una idea y una trama ejemplar, un magnífico argumento y una ambientación completamente ficticia. Pero resulta, que cuando se pone a escribir, su protagonista toma la naturaleza del propio artista, sucumbe ante la soberbia del autor que lo ha concebido; piensa, habla y actúa como él. Así, el propio escritor se vuelve protagonista de su novela de ficción.

Es un error muy habitual, especialmente al principio, y cuya única solución es distanciarse por completo de la historia y comprender que el protagonista debe interpretar su propia historia, no protagonizarla el propio autor.

No conocer a los personajes

El lector no tiene que saberlo todo sobre los personajes de la novela. El autor, por el contrario, debe conocer lo absolutamente todo, cualquier detalle. Desde cómo se llamaba su padre hasta dónde conoció a su chica.

Desconocer cualquier rasgo del protagonista hará de él un personaje hueco, vacuo, insustancial. El lector debe asimilar las características más distintivas del protagonista. El escritor debe conocer todas las demás.

Escribir es la capacidad de imaginarse otra vida con todo lujo de detalles. Una armonía plena entre el escribano y el protagonista hará que la novela siga por un buen cauce. Esta simbiosis es vital para uno u otro, y sobre todo, para atrapar al lector durante el resto de la narración.

La pasividad del personaje

Un fallo garrafal es construir frente a nuestro compañero un camino largo y recto. Sin curvas, sin obstáculos, sin señales de prohibido el paso. El protagonista de una novela debe sufrir y reír, llorar y pensar. Debe exhibir un dinamismo propio de los héroes. La pasividad condenan a un personaje y a toda una obra al olvido y al aburrimiento. Personajes activos y vivos aferran al lector a la trama, enganchan su curiosidad hasta el final de la obra.

Igualmente importante es la evolución de los personajes. Un protagonista que empieza y termina la novela de la misma forma es un personaje incompleto. ¿No ha aprendido nada tras tantas páginas? ¿No ha cambiado nada en su alma? ¿No ha odiado o amado o vivido o sufrido? Si lo ha hecho, el escritor tiene que demostrar estas transformaciones en la personalidad de su protagonista.

Como anexo a esto y conociendo la popularidad que la obra tiene en estos momentos, recomiendo la lectura de la saga Canción de hielo y fuego para comprender cómo debe evolucionar un personaje. Los protagonistas de estas novelas están perfectamente caracterizados y se hace patente la transformación de cada uno de ellos a lo largo de la trama. Aunque no la considero una obra maestra de la literatura, la caracterización de los personajes de Juego de tronos es magistral.

Los personajes planos

Debido a que no todos los personajes son protagonistas, no todos cumplen la misma función y, por tanto, no todos requieren la misma atención por parte del escritor. Los personajes secundarios, aunque importantes, no deben ser más tangibles que los protagonistas.

Ahora bien, tampoco hay que llenar la obra de personajes planos. Si bien los protagonistas son como un hijo, los restantes personajes deben actuar como un amigo o un conocido del autor. Un ser que pueda darse a conocer con una cara y una personalidad, independientemente de que nos importe o no dónde nació o cómo se llama.

Una equivocación muy frecuente es describir estos personajes homogéneamente; volátiles y tenues como el vacío. Descripciones genéricas como “alto y delgado” o “calvo y de ojos azules” aburren y empañan de monotonía una buena historia. En la vida real cada individuo destaca por sus grandes defectos y sus grandes virtudes; igualmente cada personaje de la novela —por poca importancia que pudiera tener— debe representarse con los rasgos más distinguidos de su forma de ser.

Hay que tener en cuenta lo siguiente: para que el lector se imagine un personaje, el escritor tiene que habérselo imaginado primero.

Errores a evitar

En definitiva, hay que evitar engendrar personajes idénticos al autor, sin detalle, vacíos, incompletos, genéricos, pasivos, sin dinamismo, planos, que no crecen, que no evolucionan y que no han sido imaginados previamente.

Si evitamos estos errores nuestros personajes estarán llenos de vida y avanzarán por la novela demostrando personalidad, carácter y progreso. Conseguirlo no es difícil siguiendo unas pautas y unos pequeños trucos que expondré en un próximo artículo.

Y ahora, como último apunte, igual que dedicamos largas horas a la elaboración de la trama, debemos dedicar el mismo tiempo a la concepción de los personajes. Hacerlo hará de nuestra novela una obra completa.