De los tres poetas trágicos, Esquilo es el más antiguo de ellos. Se sabe que nació en el año 525 a. C. en Eleusis, ciudad situada a apenas 20 kilómetros de Atenas, en el seno de una familia noble de dramaturgos.
A pesar de que se dedicó a la poesía desde muy joven, no obtuvo su primera victoria en composición dramática hasta el año 484 a. C., cuando frisaba los cuarenta años. El número de ocasiones en que Esquilo se hizo con el primer premio es discutido, si bien algunos autores sitúan la cifra en trece, otros la elevan hasta las veintiocho victorias. Lo que es cierto es que de sus siete obras conservadas en la actualidad, seis fueron merecedoras del premio.
La genialidad de Esquilo queda defendida por el hecho de que, ya fallecido, sus obras siguieron presentándose en los certámenes trágicos, de la mano de su hijo Euforión. Su primogénito logró el primer premio en cuatro ocasiones presentando las obras de Esquilo. Aunque los jueces no permitían que las obras de los difuntos se repusieran en el certamen, con Esquilo hicieron una excepción, lo que atestigua la fe que Grecia tenía en él.
El grueso de su composición asciende a unas ochenta obras, si bien el número no ha podido ser corroborado aún y podría ser incluso mayor. Desgraciadamente, tenemos que contentarnos con apenas siete obras completas y otros tantos fragmentos.
Al igual que su legado trágico, la vida de Esquilo está salpicada de anécdotas muy interesantes. No en vano, tuvo la suerte de vivir en uno de los períodos mas trascendentales de Atenas, lo que dejó una importante huella en sus composiciones, tal y como veremos a continuación.
Esquilo sufrió la tiranía de Hipias, quien fue derrocado entorno al año 510 cuando el poeta era un adolescente. Con el ascenso de los partidarios del sistema democrático, se iniciaron movimientos sociales, reformas políticas y la desarticulación de antiguos grupos tribales que abusaban del poder. El objetivo final era promover la participación ciudadana en las instituciones.
Sin duda, Esquilo creía ciegamente en este sistema político, tan ecuánime y justo, lo cual se dejó sentir en la tragedia Las Euménides (458 a. C.), donde el consejo de Atenas simboliza la garantía de la justicia, el orden y el derecho. Si bien Esquilo vivió cuando ya la tiranía dejaba paso a la democracia, las competencias de una y otra siguieron enfrentadas durante varias décadas.
Muy importante es la participación militar de Esquilo, entre la década del 490 a. C. y 480 a. C., que coincidió con las aspiraciones expansionistas de los persas. Se sabe que participó en la popular Batalla de Maratón y en la Batalla de Salamina, que concluyeron en una victoria decisiva para el contingente griego. De las experiencias vividas en estas confrontaciones, Esquilo gestó la tragedia Los persas en el año 472 a. C..
No quedaba mucho, apenas cuatro años, para que Esquilo y Sófocles se enfrentaran en un concurso dramático que aupó al segundo por encima del primero. Posiblemente, esto significó el declive profesional de este enorme artista, que comenzó a frecuentar Siracusa y murió en la ciudad siciliana de Gela en el año 456 a. C..
Esquilo fue un poeta amante de ligar sus obras en trilogías, componiendo así una idea completa que podía independizarse en otros tantos conceptos. También destaca en él la trascendencia del desarrollo de la historia y los escenarios, minimizando la importancia de los personajes. Esto hace comprender la creatividad de Esquilo, experto en aprovechar las filigranas visuales de la escena.
En sus temas se encuentran varios elementos fundamentales, como puede ser la ideología política, ya mencionada anteriormente, o el dolor humano como eje central del guión que conduce al protagonista hacia el conocimiento, protagonista que, en multitud de ocasiones, hereda la culpabilidad de sus ancestros, convirtiéndolo en un personaje inocente que, sin embargo, sufre.
Aquí finalizamos esta breve biografía de Esquilo, habiendo querido introducir a este personaje clásico, tan importante en la literatura, gracias a obras tan descomunales como Agamenón o Los siete contra Tebas.
Iraultza Askerria