Verte dormir

Photo - {author}Cuando duermes y te miro, me pareces el cuenco de misterios y el eco de las supernovas que llaman al otro lado del universo. Tu boca entreabierta, suspirando pecados y promesas ciertas, y las pestañas largas bien cerradas sobre tus ojos de arco iris. Las mejillas blancas, los pómulos enrojecidos por la almohada, la frente serena e inmaculada. Tu rostro suspendido en el sueño como el más beato de los inmortales.

Verte dormir es un espectáculo en la oscuridad de la noche; una nueva disciplina artística; una oportunidad de brindar por la naturaleza contemplando tu belleza. Y en ello quiero pasar mis horas nocturnas, diurnas, muertas, ciegas, vivas, eternas, acechándote mientras descansas, sabiéndote mía bajo el amparo de las sábanas como el loco hambriento que soy, enloquecido por tu hermosura.

Iraultza Askerria

Hoy no me apetece escribir

Refill Pelikan - {author}Hoy no me apetece escribir. Quiero cogerme el día libre, cerrar el tintero y jubilar la pluma. Quiero decirle a la musa que me voy de vacaciones y que apunte en la agenda cualquier nuevo encargo. Quiero que las palabras surjan en mi cabeza sin adjetivos, sin metáforas, con fallos gramaticales y estructuras dispares. Quiero que mis frases no sean leídas una y otra vez.

Hoy no me apetece escribir. Quiero montarme en la moto y accionar el acelerador. Quiero sentir el aire de la costa contra mi rostro mientras escucho acordes expeditos de rock & roll. Quiero detenerme un instante sobre un acantilado y mirar al futuro de la consciencia, donde los deseos se hacen realidad. Quiero que mi corazón se desboque a lomos de la irracionalidad.

Hoy no me apetece escribir. Quiero salir a correr tras una balón de fútbol, apuntar a la portería contraria y encajar un gol por la escuadra. Quiero gritar de júbilo mientras celebro la digna proeza en una ataque de frenesí y locura. Quiero sentir la adrenalina descender hasta los niveles de la tranquilidad. Quiero sudar y caerme sobre la hierba para levantarme luego con mayor entusiasmo.

Hoy no me apetece escribir. Quiero ir a tu oficina y sacarte a la fuerza del pequeño cubículo que compartes con los demás. Quiero encerrarme contigo en el ascensor, detenerlo en mitad del abismo y besarte delirante. Quiero alzar tus muslos por encima de mi cadera y penetrarte violentamente mientras te mantengo en el aire, en el cielo, en el paraíso, y te susurro al oído sucias palabras de amor.

Hoy no me apetece escribir. Y, sin embargo, al hacerlo he vivido todo cuanto quería hacer.

Iraultza Askerria

Religión

Image from page 87 of Me posees, espíritu sagrado, el alma y el corazón, la fe y el coraje. El agua bendita que corre por mis entrañas fluye de tus besos nacarados. Me vuelvo esclavo de tu religiosa simpatía, mientras al borde de tus suspiros rezo por los encantos que guardas. Soy el devoto seguidor de tu firma, aquel que confiesa entre tus piernas los pecados de una lengua maliciosa.
No tengo más deidad que tu nombre, mujer, ni más regla y precepto que tu palabra de oro. Leo la biblia en tu piel meticulosamente como un asceta. Profeta soy de ti misma, mientras sirvo tu versículo y tu verso, tu poesía y tu edén.
Mi universo entero. Mi mundo. Mi cielo y mi infierno cuando te corres. Me alimentas y me amparas. Me vistes y me desvistes. Colocas en mí las tablas de tu pasión, haciendo crecer el fervor que por ti siento.
Tú, mi única religión, mi única ley, mi única diosa.

Iraultza Askerria

Querida lluvia

horizontes - manuel holgado

Incesante lluvia derramada de los tejados del mundo. ¿Dónde estás? ¿Dónde te escondes? ¿A dónde fuiste?

Llueve ahora, te lo ruego. Bendíceme con tus gélidos cristales. Quiero sentirte sobre mi rostro, como una mano redentora, como un pañuelo que limpia pecados. Mas miro al cielo y no te veo; tan azul como la soledad, tan celeste como la burla de un Dios.

Regresa a este mundo, por favor, te necesito en mi alma. Vuelve a derramarte, a mojarme, a humedecer la tierra seca y árida de mi alma desconsolada. Quiero verte llover sobre mi cara y que tus gotas limpien las lágrimas de mis ojos enamorados.

Ven a mí. Lluvia querida. Lluvia amada.

Iraultza Askerria

Pañuelos

Handkerchief - {author}Vamos a comernos las amarguras que nos mantienen lejos. A salar las penas con sudor carnal y endulzar los kilómetros de besos y caricias. Vistamos el remoto horizonte de sujetadores y calzoncillos, de muchos y diferentes colores, y después, pongamos lámparas y genios en las hebras del sol, para que cumplan e iluminen nuestros deseos. Hagamos una isla en este continente y erijamos monumentos con las barreras que nos rodean. Coloquemos en el aire los cimientos de las montañas y colmemos los ríos de puentes y más puentes. Obremos de tal forma que este gigantesco mundo se convierta en un pañuelo y así, cuando tiremos cada uno de su lado, sentir la fuerza del otro vibrar a través de las células del universo.

Iraultza Askerria

El hotel

Photo - {author}En los hoteles pasábamos desapercibidos. Hablábamos poco en la recepción y nuestras miradas cómplices se alejaban hasta que se cerraba la puerta del elevador. Con paso sigiloso enfilábamos el pasillo, ligeros pero sin prisa, y al cerrar la puerta del dormitorio reservado, sentíamos que ya nadie podía encontrarnos.
Ningún empleado advertía nuestra presencia; ningún cliente. En los crepúsculos, tocábamos nuestras carnes en la tibieza de la bañera. El mármol humedecía nuestros cuerpos en el chapoteo de la carne. Salpicábamos las toallas, los azulejos, las paredes de yeso y piel, pero no emitíamos más ruido que el fluir del agua. Terminábamos agotados en el mar enjabonado, con tu vientre pegajoso por el semen y tu boca gimiendo dentro de la mía. Tan secreta como silenciosa.
Por las noches, recogidos en la intempestiva madrugada, era más sencillo evadirnos de la realidad y hacernos sentir como si no existiéramos. Rompíamos el universo cabalgando de estrella a estrella a través de los galeones del colchón. Los muelles aplaudían nuestra presencia, pero no sin despertar los mundos del espacio exterior. Podíamos devorar la última cena y disfrutar del postre genital, recobrando energías y excitación antes del latigazo: esclavitud, penetración, la cadena montañosa entre el alud de sudor y afluencias demenciales.
Así pasábamos los días y las noches en el hotel. Durmiendo cuando rayaba el mediodía, trasnochando más allá de la madrugada. Solazándonos en la palidez mojada y en la comodidad conyugal. No hubo nunca un hotel que descubriera nuestras lascivas actividades. Siempre supimos guardarnos bien.

Iraultza Askerria

El momento oportuno

el obelisco del presidente Balmaceda 24 metros, la escultura correspondio a Samuel Roman en 1949 - {author} Rocío áspero en mis ojos, cerrados en tus recuerdos desnudos. Carne viva, aliento vivo, y mi amor en tu puño. Llueven lágrimas de vino que se agitan como un junco, mientras llora en la distancia este niño tuyo. El tiempo se demora segundo a segundo, tristemente marcando la vastedad de este mundo. Los caminos son eternos sin que pueda ninguno acercarme a tu cuerpito desnudo y puro. Lloro entonces sumido en este ocaso oscuro; esperando, esperando, el momento oportuno.

Iraultza Askerria

En la ducha

Photo - {author}Rodeándote la cintura desde la espalda. Mi pecho pegado a tu piel tersa, con tus omóplatos sobresaliendo tiernamente de la epidermis como si quisieran obstaculizar el avance de mi aliento. Más abajo tu culito ideal siendo presionado por el pene erecto, mientras por delante, una mano ansiosa discurre por las raíces de tu incipiente vello hasta la juntura de las ingles.
Ambos desnudos como dioses griegos, en un baño rodeado de mármol, columnas dóricas y frontones fidíacos. El reflejo de nuestra carne excitada buscándose a contraluz de un espejo rectangular. Unos dedos explorando otros dedos, y después, un cuello que se gira, una cabeza que persigue y un beso contraído como una alianza matrimonial.
Luego, tú y yo trastabillando hacia el plato de la ducha, cuya frialdad pronto calcinamos. El agua helada, después tibia, finalmente ardiente; y tu piel mojada por mi lengua ansiosa de penetrarte. Pero en tan pequeño cubículo, apenas podemos maniobrar tú y yo más que como un sólo cuerpo que lucha contra la potestad del jabón y la espuma. Nos enjugamos y nos manchamos de sexo. Te golpeo contra la pared y me arañas la espalda. Rebusco en la invidencia el paso de tus muslos y tu mano experta dirige el miembro hacia la entrada de Dios.
Y como tal, te elevas sobre mí, levitando sobre mi cadera. Bajo tus huesos, me derramo en tu interior. El constante ir y venir de mi flujo sanguíneo por el vaso de tu vientre. Una sola alma, un sólo cuerpo; y el agua, siempre insistente, refrescando esa femínea carne y ese ímpetu viril tan disfrutados.

Iraultza Askerria

¿Qué es un soneto?

“Un soneto perfecto vale por un largo poema.”
Nicolás Boileau

Poesía

Seamos simples: un soneto es la estructura clásica de la poesía culta, compuesta por catorce versos de once sílabas y dividida a su vez en cuatro estrofas; la primera y la segunda formada por cuatro versos (cuartetos) y las últimas dos por tres versos (tercetos); y provista además de rima consonante de tipo ABBA ABBA CDE CDE, aunque la de los tercetos es variable.

Así de sencillo. Cualquier otro intento de definición no son más que florituras y añadidos detallistas, lo cual me encanta y resulta indispensable para conocer las variantes, requisitos y arquetipos de esta forma poética italiana.

Veamos un ejemplo de soneto:

 

Un soneto me manda hacer Violante, (11A)
que en mi vida me he visto en tal aprieto; (11B)
catorce versos dicen que es soneto: (11B)
burla burlando van los tres delante. (11A)

Yo pensé que no hallara consonante (11A)
y estoy a la mitad de otro cuarteto; (11B)
mas si me veo en el primer terceto (11B)
no hay cosa en los cuartetos que me espante. (11A)

Por el primer terceto voy entrando (11C)
y parece que entré con pie derecho, (11D)
pues fin con este verso le voy dando. (11C)

Ya estoy en el segundo, y aún sospecho (11D)
que voy los trece versos acabando; (11C)
contad si son catorce, y está hecho. (11D)

Lope de Vega

 

Métrica y acento rítmico

Es fácilmente visible la estructura formada por dos cuartetos y dos tercetos, además de los versos endecasílabos (once sílabas), que he anotado junto a este poema de Lope de Vega. Por tanto, este ejemplo es un paradigma del soneto clásico: el soneto por antonomasia. No hay más que enumerar las sílabas de cada verso, respetando la sinalefa, para cerciorarse de la métrica correcta.

Además, he subrayado en cada uno de los versos una sílaba en concreto: se trata de la sílaba número seis, sílaba que en los endecasílabos debe estar acentuada; se considera que es un acento rítmico. Aunque pueda parecer una incongruencia, el acento rítmico de la sílaba seis, es más importante que la propia rima.

Para comprobar esto, cambiemos el primer cuarteto, no respetando el acento rítmico de la sexta sílaba:

Un soneto mándame hacer Violante,
que en mi vida nunca vi tal aprieto;
catorce versos tenemos soneto:
van, burla burlando, los tres delante.

Si se lee con atención, se percibirá un sonido inarmónico, una caótica confusión en el tercer verso, algo que nos obliga a cortar la lectura debido a la traba que supone el acento rítmico de la séptima sílaba. Los restantes versos disponen el acento rítmico en la sílaba cinco. Ninguno se marca en la sílaba seis, que es la regla universal del verso endecasílabo.

Ahora bien, como toda regla universal, puede infringirse, estableciéndose el acento rítmico en el verso 5, en el 4 y 8, etc. Pero sea cual sea el elegido, es primordial mantener una estructura fija para no obstaculizar la lectura y marcar el soneto con un ritmo musical y acompasado.

La rima

La métrica contempla la clásica estructura del endecasílabo, incluyendo su acento métrico de la sílaba seis. La rima es igual de respetuosa con el clasicismo del siglo de oro de las letras españolas.

Los cuartetos conforman la sucesión rimada de ABBA ABBA. Es la más extendida, aunque no la única. También es aceptable la forma ABAB ABAB, en cuyo caso los cuartetos se denominan serventesios.

Los tercetos son algo más complejos. Su rima se encadena entre uno y otro verso formando estructuras rimadas del tipo CDE-CDE, CDC-DCD y otras menos extendidas. Desde mi modesto punto de vista, la elaboración de un terceto es más complicada que la de un cuarteto, razón por la cual hay que tener muy clara la rima que se va a emplear.

Sea cual sea la elección, es importante elaborar el verso con rima consonante.

Las variantes

Hasta aquí se ha estudiado el soneto clásico, el mismo que nos legaron Lope, Quevedo y Góngora. Desde entonces, han transcurrido siglos y el soneto ha adquirido nuevas formas y diseños, desde el soneto alejandrino de Ruben Darío hasta el soneto polimétrico de Manuel Machado, sin olvidarnos de sonetos de arte menor conocidos como sonetillos de ocho, siete… y hasta tres sílabas. También se componen complicadísimos soneto con eco, del cual os cedo un ejemplo, o el prolongado soneto con estrambote.

Mil y una formas que nos demuestran la variedad de la poesía, y que siempre queda algo por inventar en un arte tan versátil como éste. Si quieres saber más sobre el soneto te recomiendo la lectura de un artículo histórico dedicado a sus orígenes y, si te atreves a escribirlo sigue mis consejos en cómo escribir un soneto.

Iraultza Askerria

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Inteligencia

Photo - {author}
Te miro estudiar con la seriedad de un ser omnipotente. Todo lo sabes, todo lo absorbes, pones en duda el más recóndito axioma. Sólo tu aire puede evidenciar la verdad de este planeta vacilante. La boca cerrada como el carnoso muro del saber.

¿Qué esconden esos labios? El cosmos entero. La formación de las galaxias y la trascendencia de las civilizaciones. La más apasionada poesía y la más cultivada prosa. Llenas bibliotecas con tus códices, y mi corazón enamorado se arrodilla ante tu supremo conocimiento.

Me embargas, me pasmas, me desconciertas. Mezcla excitante de intelecto y belleza. Tu rostro adormecido en el silencio del estudio, como una palpitante luna en la noche cerrada. A tus ojos no se les escapa nada. Ni del ayer ni del mañana. Veo en tu nariz el itinerario mágico del oxígeno. Y tu frente, ¡ay tu frente!, frontón de enciclopedias, con dimensiones correctamente calculadas para dejar en ella mis besos enajenados.

Y, entonces, sin pretenderlo, contemplo la risa de tus labios, el enrojecimiento de tus pómulos, el brillo incandescente de tus pupilas, la agitación atómica de tu piel. Te ríes como una flor de primavera, que rodeada de libros, parece aún más hermosa que de costumbre.

Descubro así, mujer mía, el motivo de tu perfección. Tan guapa y sexy que me mareo al observarte. Tan inteligente y aplicada que dejo mi cerebro a tus pies. Yo, cariño, tan enamorado como asombrado de ti, quiero cederte todo lo que un día tuve y, de esta forma, con tu sabiduría, me hagas libre, libre y eterno.

Iraultza Askerria