Yo no sé escribir liras,
lo intenté muchos años, y los versos
me decían: “que miras,
tú, juglar, tan diversos
los versos que colócalos reversos!
lo intenté muchos años, y los versos
me decían: “que miras,
tú, juglar, tan diversos
los versos que colócalos reversos!
Se reían las sílabas
de mí, y yo lloraba desquiciado.
La estrofa imparisílaba
de verso enrevesado
fallaba siempre en métrica o rimado.
de mí, y yo lloraba desquiciado.
La estrofa imparisílaba
de verso enrevesado
fallaba siempre en métrica o rimado.
Traté con los sonetos
por olvidar la pena de la lira.
¡Me cansásteis cuartetos!
Y como quien suspira
volví a centrar aquí el punto de mira.
por olvidar la pena de la lira.
¡Me cansásteis cuartetos!
Y como quien suspira
volví a centrar aquí el punto de mira.
Dominaba los once,
pero los siete aún se resistían
busqué una treta entonce:
vi que si se rompían
en siete y cuatro sílabas volvían.
pero los siete aún se resistían
busqué una treta entonce:
vi que si se rompían
en siete y cuatro sílabas volvían.
Así escribí la lira:
haciendo endecasílaba la estrofa;
y como quien retira
del verso la voz fofa
en siete convertí la dura estrofa.
haciendo endecasílaba la estrofa;
y como quien retira
del verso la voz fofa
en siete convertí la dura estrofa.