Jodidas ganas de follarte, amor, sin pensar en el mañana ni en las palabras. Cogerte de la cintura estrecha y estrecharte como un trocito de pan contra la pared. Que ganas de quitarte la ropa a mordiscos, y ponerme tus bragas de corbata, mientras beso el río perdido de tus muslos e introduzco en tus labios mis candentes dedos. Gano en ganas para ganarme tu coño y envainar ahí mi cetro de oro, y apuñalarte fieramente boca abajo y tú sufrir mi peso boca arriba. Cogerme del cuello. Cogerte las tetas. Cogernos mutuamente como perros, y salvajemente gemir gloriosos y correrme en tus labios de húmedas mieles…
… para luego dormir a tu vera, sin ganas ya de vivir y sí de morir bajo tu pecho.