Inteligencia

Photo - {author}
Te miro estudiar con la seriedad de un ser omnipotente. Todo lo sabes, todo lo absorbes, pones en duda el más recóndito axioma. Sólo tu aire puede evidenciar la verdad de este planeta vacilante. La boca cerrada como el carnoso muro del saber.

¿Qué esconden esos labios? El cosmos entero. La formación de las galaxias y la trascendencia de las civilizaciones. La más apasionada poesía y la más cultivada prosa. Llenas bibliotecas con tus códices, y mi corazón enamorado se arrodilla ante tu supremo conocimiento.

Me embargas, me pasmas, me desconciertas. Mezcla excitante de intelecto y belleza. Tu rostro adormecido en el silencio del estudio, como una palpitante luna en la noche cerrada. A tus ojos no se les escapa nada. Ni del ayer ni del mañana. Veo en tu nariz el itinerario mágico del oxígeno. Y tu frente, ¡ay tu frente!, frontón de enciclopedias, con dimensiones correctamente calculadas para dejar en ella mis besos enajenados.

Y, entonces, sin pretenderlo, contemplo la risa de tus labios, el enrojecimiento de tus pómulos, el brillo incandescente de tus pupilas, la agitación atómica de tu piel. Te ríes como una flor de primavera, que rodeada de libros, parece aún más hermosa que de costumbre.

Descubro así, mujer mía, el motivo de tu perfección. Tan guapa y sexy que me mareo al observarte. Tan inteligente y aplicada que dejo mi cerebro a tus pies. Yo, cariño, tan enamorado como asombrado de ti, quiero cederte todo lo que un día tuve y, de esta forma, con tu sabiduría, me hagas libre, libre y eterno.

Iraultza Askerria

Sensación de placer

Photo - {author}
De lado sobre la cama. Completamente desnudos los dos. Mi pecho pegado contra tu espalda. Mi cadera unida a tu trasero redondo y turgente. Un pene endurecido traspasando tus piernas ligeramente abiertas. La carne del miembro viril deshaciendo las ingles femeninas. Un brazo protector que rodea tu cabecita sulfurada y alcanza a sobar tus senos. Sudor y sudor, de uno y otro. Dura sensación de placer. Gozoso sentimiento de fuego.

Mi otra mano te recorre el abdomen. Más allá del pubis encuentra la abertura de tus muslos. Justo debajo, el pene enfila la vagina. Acerca la cabeza llameante a la entrada húmeda. Le permite el acceso. Entra.

Unido a ti como una prolongación de tu sexo. Haciendo el amor sobre un colchón blanco. Entre gemidos y gruñidos. Entre exclamaciones y promesas. Amor y placer eterno. Las penetraciones van y vuelven. Tu vagina se excita. Tu clítoris, bajo el impacto de mis dedos masculinos, también. El pene se tambalea en su férreo dominio. Gruñe. Explota. Estalla. Se corre.

Se para el tiempo. Un momento de silencio. Los alientos de uno y otro se disparan mientras retroceden los corazones. Tú también te has corrido; y querrías volver a hacerlo, sintiéndote todavía llena de mí.

Iraultza Askerria

La necesidad de juntarnos

Somewhere over the sky - {author}Sentirme bien por sentirme dentro de tu corazón, en el latir insondable de tu espíritu que, enmarcado en alba niebla, se filtra por los poros de mi piel y pega mis labios a tu constante corretear por el mundo. Me siento así, tan dentro tuyo como tú dentro de mí, en una coalición de hombre y mujer donde no se diferencia el continente de cada uno. Somos el centro y el dúo, la misma esencia y el par de naranjas gemelas, el zumo de tu sexo y el mío bebido a sorbos por nuestras bocas. La misma necesidad de juntarnos y de amarnos y de abrazarnos; el mismo requisito ineludible para sobrevivir. El mundo eres tú; mi vida lleva tu nombre; mis dedos buscan en la oscuridad tu cuerpo tibio y moreno hasta el fin de los tiempos.

Iraultza Askerria

Si tú mueres

Photo - {author}

¿Qué hago si te vas
si te pierdo en este mundo
y las venas de tu puño
dejasen de palpitar?
¿Qué hago si mi amor
tan sincero como puro
pierde eso que es tan tuyo
al que llamo corazón?
¿Qué hago si este sol
no vuelve a rozar tu cara
o si las dulces palabras
ya no visten con tu voz?
¿Qué hago si este mes
que lentamente me abate
se nos vuelve interminable
y jamás te vuelvo a ver?
Moriría si te pierdo,
moriría si te mueres
moriría si fallecen,
los suspiros de tu aliento.

Iraultza Askerria